La Matanza, un caso testigo de la opulencia porteña
Una radiografía de la desigualdad en el reparto de fondos entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios de la Provincia, y La Matanza como ejemplo.
09/12/2020 MUNICIPIOSUna radiografía de la desigualdad en el reparto de fondos entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios de la Provincia, y La Matanza como ejemplo.
La batalla por la coparticipación está en su punto más alto luego de que el Congreso de la Nación aprobara la reparación del porcentaje de reparto para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que Mauricio Macri había llevado por decreto del 1,4% al 3,75% y luego se acomodó en 3,5% tras el pacto fiscal de 2018.
Ayer el gobernador bonaerense Axel Kicillof salió al cruce del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y denunció una vez más que Mauricio Macri transfirió más fondos de los que le correspondían a la ciudad. “Macri cuando fue presidente discriminó de nuevo a la provincia de Buenos Aires. No estoy hablando de los hechos, estoy hablando de la realidad”, aseguró el Gobernador.
Además, pidió que haya una reparación, y apuntó al caso La Matanza, un municipio de características similares a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires respecto a cantidad de habitantes y superficie territorial, pero que sin embargo recibe una cantidad sensiblemente menor de fondos para invertir y gestionar.
«Si le dieron de mas (a CABA) y no corresponde será cuestión de distribuirlo de otra manera. Y digo eso acá en La Matanza, porque La Matanza no anda muy lejos respecto en población a la Ciudad de Buenos Aires. Ahora si uno compara los recursos que recibe CABA con los que recibe La Matanza, entonces se da cuenta que algo anda muy mal en los parámetros mínimos de la equidad», denunció Kicillof.
La brutal inequidad entre dos ciudades
La comparación de Kicillof es certera. En 2019, el último año del que se tienen registros completos, La Matanza recibió en total $ 8.083 millones de los recursos coparticipables bonaerenses. El mismo año, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recibió $ 84.796 millones por la coparticipación federal. Es decir, 10 veces más.
Los números son más injustos si se compara por habitantes. Aunque el último censo se realizó en 2010, las proyecciones bonaerenses de población que realizó la gestión de María Eugenia Vidal indicaban que para 2019 el municipio de La Matanza tenía 2.233.860 habitantes. El mismo estudio pero a nivel nacional, realizado por el INDEC, estimaban 3.075.646 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para 2019. De esa forma, la capital del país contó en promedio con $27.570,29 anuales de fondos nacionales para invertir en cada habitante, mientras que La Matanza debió “arreglarse” con $3.618,68 por vecino.
¿Por qué hay tanta diferencia? Según es el ex Diputado Nacional y actual secretario administrativo del Senado bonaerense, Roberto Feletti, “la ciudad de Buenos Aires es una ciudad autónoma, con rango de provincia y con rango de municipio en un mismo ente jurídico. Disfruta del beneficio de una coparticipación extraordinaria del impuesto a los ingresos brutos, que es de corte provincial, pero que las provincias acuerdan repartir por el convenio multilateral”, explicó a INFOCIELO.
“Y el segundo punto es que ha venido beneficiándose de una serie de transferencias. La última era 1,18% de distribución primaria, que la Nación le cedía. En total, cuando uno mira el gasto por habitante, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene de gasto publico total por habitante casi $220.000 por año, contra La Matanza, que si vemos el presupuesto municipal te da $10.000 por año por habitante de gasto público. Siendo ambos distritos urbanos”, amplió Feletti.
Más allá del éxito o del fracaso de las distintas gestiones políticas, los números delatan una gran injusticia y explican en parte las diferentes realidades entre una ciudad y otra. Lo mismo ocurre con el resto de los municipios bonaerenses. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires recibe de coparticipación la misma cantidad que los 48 municipios bonaerenses que más fondos reciben, en conjunto. Entre ellos La Plata, Mar del Plata, Olavarría, Tandil, Tigre, Tres de Febrero, Lomas de Zamora, Azul, San Isidro, Lanús y Quilmes.
Es por eso que el Jefe de Gobierno porteño agotará los recursos y posibilidades para mantener sus fondos intactos. “La Ciudad dejó de recibir 150 millones de pesos por día. Para fin de año será un total de 13.000 millones de pesos y, para el próximo, 53.000 millones de pesos”, se quejó Larreta el martes pasado. Nada dijo del beneficio que le otorgó el ex presidente Mauricio Macri al aumentar más de 2% la porción de coparticipación para su Ciudad Autónoma.
Además, el Jefe de Gobierno porteño detalló que “los 65.000 millones de pesos que deja de percibir -es decir, 12.000 millones de pesos más que el recorte anterior- se traducen en el 88% del presupuesto de salud. Equivale a menos patrulleros. Equivale a la construcción de 217 escuelas primarias, a 13.000 viviendas nuevas en barrios populares, a la construcción de 475 kilómetros de cloacas y pluviales, a la construcción de obras y al mantenimiento del espacio público”.
Con un recorte de $65.000 millones, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 2019 hubiese recibido $ 19.796 millones. Aún así, serían $11.000 millones más que La Matanza. Y hubiesen sido $ 6.436,52 por habitante, por año. El doble que el municipio bonaerense más poblado –y que más fondos recibe–.
De esa forma, Larreta queda preso de sus palabras y los números le dan la razón al gobernador Kicillof: El reparto es injusto. Si el reparto de fondos fuese equitativo a la cantidad de habitantes, en 2019 La Matanza debería haber recibido $61.588 millones. ¿Cuántos hospitales, escuelas, viviendas y kilómetros de cloacas podría haber hecho la gestión de Fernando Espinoza con $53.504 millones más por año?
Para que el partidismo no se interponga, la comparación se podría hacer con la ciudad de La Plata, gobernada por Juntos por el Cambio. En 2019 el municipio de Julio Garro recibió fondos de coparticipación por $3.622 millones. Si la distribución fuera equitativa por habitantes respecto a CABA, y nivelando “para arriba” -es decir, llevando a La Plata al mismo nivel de reparto por habitante que CABA-, debería haber recibido $19.539 millones. Casi $16.000 millones más.
“Lo desigual que es esta ciudad respecto al resto del país”
La frase de Alberto Fernández fue un escándalo para varios porteños, que la tomaron como una ofensa. Desde la Jefatura de Gobierno cuestionaron al mandatario y le pidieron que “nivele para arriba”, en lugar de “nivelar para abajo”. Sin embargo, en los números, el Presidente tiene razón.
“Se pueden ver las diferencias que existen en el espacio público, en lo que es asfaltos, en lo que es veredas, en lo que es iluminación, de una situación urbana a otra”, señaló Roberto Feletti a este medio. A diferencia de lo que sostienen desde Juntos por el Cambio, que se debe a la buena gestión amarilla en la Ciudad contra la mala gestión peronista de La Matanza, parece más real el argumento de que tiene que ver con un presupuesto abismalmente mayor.
“Los porteños tienen un gasto público por habitante muchísimo más alto. Y este desequilibrio que perjudica mucho a la provincia de Buenos Aires, que realmente la perjudica mucho, nunca fue corregido”, indicó Roberto Feletti, y agregó que “un municipio lindante a CABA tiene 22 veces menos gasto público que CABA, a pesar de que en él residen 2 millones de habitantes. Esta inequidad es lo que después se refleja en el deterioro socioeconomico del conurbano”.
Ese dato explica la diferencia al cruzar el Riachuelo o la General Paz. Un Jefe de Gobierno maneja hoy 22 veces más recursos que cualquier intendente del conurbano, que además parte de condiciones socioeconómicas y problemáticas sociales muy diferentes.
La desigualdad está a la vista, y también la necesidad de rediscutir el reparto de fondos para crear y consolidar un sistema más justo y equitativo, que no sea en detrimento de la capital del país, pero que tampoco perjudique a la provincia de Buenos Aires y a sus municipios, que aportan gran parte del capital productivo que luego tributa CABA. Parece ser la hora de llevar la discusión al Congreso.