Ganar dinero con la muerte: la explotación contemporánea
Si durante un largo tiempo lo propio de la explotación moderna era extraer la plusvalía, haciendo del trabajo vivo fuerza de trabajo como mercancía que encubría el excedente, el mundo contemporáneo de las finanzas ahora obtiene su renta con la producción de muerte a escala planetaria.
27/08/2021 OPINIÓNSi durante un largo tiempo lo propio de la explotación moderna era extraer la plusvalía, haciendo del trabajo vivo fuerza de trabajo como mercancía que encubría el excedente, el mundo contemporáneo de las finanzas ahora obtiene su renta con la producción de muerte a escala planetaria.
Muerte de las criaturas humanas, muerte de la tierra, muerte de las naciones, muerte en las pandemias donde el capitalismo se ceba con la inequidad efectuada en sus prácticas monopólicas y lobbistas.
Las razones para entender lo que significa el capitalismo exceden la crítica de la explotación, es el destino de ser hablante, sexuado y mortal lo que está en juego.
Todo esto conduciría a pensar en que un proyecto de emancipación es necesariamente anticapitalista. Y en lo estratégico lo es.
Pero este término arrastra una confusión estructural que debe distinguirse. Ser «anti» no significa estar por fuera del capitalismo ni implica disponer de las herramientas para establecer el corte, la ruptura que haría emerger ese «anti» en el capitalismo. Salvo que se piense que hay una clase predestinada para realizar semejante operación histórica. Basta mirar la fragmentación de mundo actual para percibir que esa clase homogénea y unida no existe más, si es que alguna vez existió.
La política hoy en día, si quiere, a pesar de todo, mantener su vocación transformadora, debe separarse de las utopías paralizantes y narcisistas que solo construyen un imaginario testimonial.
Política es territorios, antagonismos constitutivos, articulación de fuerzas en lucha, posiciones de combate heterogéneas que demandan ser articuladas, nuevos sujetos de los márgenes, tradiciones que jugaron un rol central en las sensibilidades del campo popular.
Y todo ello bajo el problemático asunto de disputar el Estado para que este no sea un mero ente técnico-administrativo.
Semejante desafío, que a muchos les puede parecer insuficiente, no puede ni comenzar si no se trabaja permanentemente por la creación de una voluntad colectiva y popular que desee, en principio frenar, para luego seguir insistiendo en la emancipación, el proyecto del nuevo «viva la muerte» de las oligarquías explotadoras financieras, que mantienen sin conseguirlo del todo, atrapado al mundo para asegurar un futuro sin porvenir.
Por Jorge Alemán