Expertos advierten que el impuesto global del 15% beneficiará a los países ricos

Un grupo de intelectuales -del que forman parte Joseph Stiglitz y Thomas Piketty- cuestionó la decisión de la OCDE y propuso gravar todos los beneficios mundiales de las multinacionales en función de sus actividades reales, con un impuesto "mucho más ambicioso" que el acordado.

Un grupo de intelectuales -del que forman parte Joseph Stiglitz y Thomas Piketty- cuestionó la decisión de la OCDE y propuso gravar todos los beneficios mundiales de las multinacionales en función de sus actividades reales, con un impuesto «mucho más ambicioso» que el acordado.

Economistas e intelectuales de renombre mundial rechazaron en un documento difundido este martes el acuerdo alcanzado el pasado viernes que busca imponer un impuesto mínimo global a todas las multinacionales, independientemente del país donde declaren sus ganancias, argumentando que solo favorecerá a los países desarrollados.

El 8 de octubre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acordó imponer impuesto mínimo global a las multinacionales del 15%.

El histórico acuerdo que pone fin al sistema tributario centenario está respaldado por 136 países que representan más del 90% del PIB mundial y reasignará más de 125.000 millones de dólares.

Esto supone un gran cambio para algunos países, como Irlanda, que han atraído a las empresas internacionales en gran medida a través de un impuesto de sociedades mucho más bajo.

Sin embargo, este martes el diario francés Le Monde publicó una carta abierta de los 14 miembros de la ICRICT, la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional a los miembros del G20, integrada por Joseph E. Stiglitz y Thomas Piketty, entre otros, que consideran que el acuerdo alcanzado beneficia principalmente a los países ricos.

El documento admite que el acuerdo da cuenta de «la necesidad de un impuesto mínimo global para acabar con el modelo de (..) los paraísos fiscales».

No obstante, la ICRICT considera que una reforma integral hubiera consistido en gravar todos los beneficios mundiales de las multinacionales en función de sus actividades reales en cada país, es decir, asignando los beneficios empresariales globales de las multinacionales a los distintos países según una fórmula, en función de los factores clave que generan beneficios (empleo, ventas y activos).

Por ello, critica que este proceso de reforma «se ha diluido de tal manera que beneficiará de manera abrumadora a los países ricos».

«Las propuestas para un impuesto mínimo efectivo global del 21% (o incluso mejor del 25%, como defendemos) fueron rechazadas en la búsqueda del mínimo común denominador del 15%, un éxito para Irlanda, una pérdida para el resto del mundo» agrega el texto.

La ICRICT considera que una reforma integral consistiría en gravar todos los beneficios mundiales de las multinacionales en función de sus actividades reales y aboga por un impuesto mínimo efectivo global sobre las multinacionales mucho más ambicioso que el 15% acordado el viernes bajo el marco de la OCDE.

Según la Comisión, la reforma podría haber generado más de US$ 200 mil millones en mayores ingresos fiscales en todo el mundo con una tasa impositiva del 21%, pero sólo generará US$ 100 mil millones con la tasa impositiva acordada del 15%.

Lo anterior porque «al dar prioridad a la aplicación del impuesto mínimo a los países donde se encuentran las sedes de las multinacionales, se espera que la mayor parte de los ingresos adicionales la reciba un pequeño número de países ricos». reclaman los firmantes.

El grupo argumenta que ese criterio deja de lado la aplicación del principio de equidad.

«La historia te juzgará con dureza si pierdes la oportunidad de hacerlo bien»(A)carta abierta de la ICRICT

Según los firmantes, entre los que se cuentan también el economista Gabriel Zucman y la eurodiputada ecologista Eva Joly, «el acuerdo actual no se basa en una comprensión adecuada de la economía de los impuestos a las ganancias corporativas y refuerza las desigualdades globales».

«Abordar los complejos desafíos globales que enfrenta el mundo hoy (..) requiere decisiones visionarias que dejen a un lado el interés nacional en la búsqueda del bien común. Significa ponerse del lado no de las multinacionales y los paraísos fiscales, sino de los ciudadanos tanto del Norte global como del Sur global». agrega el documento.

«La historia te juzgará con dureza si pierdes la oportunidad de hacerlo bien», concluye.

Fuente: telam