Alquileres: qué pasa en la Ciudad de Buenos Aires
La nueva ley a nivel nacional estableció un índice de actualización que no está favoreciendo a los inquilinos. Además, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta carece de una política específica para regular el mercado.
20/10/2021 ECONOMÍALa nueva ley a nivel nacional estableció un índice de actualización que no está favoreciendo a los inquilinos. Además, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta carece de una política específica para regular el mercado. Por el contrario, fomenta la especulación inmobiliaria.
El pasado julio se cumplió un año de la aplicación de la Ley de Alquileres que tenía como objetivo poner un freno al aumento persistente de la locación de viviendas. Sin embargo, los inquilinos siguen teniendo dificultades para pagar el alquiler. El mes pasado, por un monoambiente en Capital Federal el promedio fue 30.722 pesos, según el último informe del CESO.
La nueva norma determinó que los contratos tendrán una actualización anual de acuerdo con el Índice para Contratos de Locación (ICL), el cual contempla por partes iguales la variación de la inflación (IPC-Indec) y de los salarios según la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte)). En octubre la variación de ese indicador fue 47,62 por ciento.
Si bien los contratos con duración de tres años tienen dos aumentos, alquilar sigue siendo un problema por el alza de precios por encima de la mejora en los ingresos. Un mercado inmobiliario especulativo atenta contra el objetivo principal de la ley. La elevada rentabilidad por la diferencia entre el costo de construcción del m2 y su valor de venta es la principal razón para la expansión de inversiones en el sector.
El flamante secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, explicó que «el valor promedio del m2 terminado en la Ciudad del Buenos Aires poscrisis 2001 era de 900 dólares, y en el año 2018 alcanzó su pico situándose en 3100 dólares. En una década y media la revaluación inmobiliaria fue del 244 por ciento. La contracara de este flujo de capitales atraído por una renta extraordinaria, sólo comparable con la agropecuaria, fue el alejamiento creciente de los asalariados del acceso a la vivienda en la Ciudad».
Según el más reciente informe de CESO, alquilar un monoambiente en Capital Federal suma 30.722 pesos en promedio. Este monto muestra un aumento interanual de 45,8 por ciento. El promedio de las ofertas de dos ambientes ha aumentado de 26.678 pesos a 38.047 pesos en 12 meses, un alza de 42,6 por ciento. Mientras que en octubre de 2020 las unidades habitacionales de tres ambientes se encontraban a 42.670 pesos en promedio, hoy alcanzan a 58.845 pesos, un aumento interanual de 37,9 por ciento.
“El hecho de que en este contexto siga siendo complicado pagar los alquileres tiene que ver fundamentalmente con que los salarios aún no lograron recuperar la capacidad de compra que vienen perdiendo hace años. Que el salario mínimo sea casi del mismo valor del alquiler de un monoambiente es algo particular de CABA porque el m2 es muy caro. ¿Que está haciendo el gobierno porteño para hacerse cargo de esa problemática?”, afirma Virginia Brunengo, economista de CESO.
Por su parte, Gervasio Muñoz, presidente de la Federación de Inquilinos, sostiene que la dificultad para pagar el alquiler se debe en gran parte a la falta de control por parte del Estado en el cumplimiento de la ley y en el mercado inmobiliario. “No existen estadísticas oficiales más allá del Índice de Contrato de Locación. Sobre 3 millones de contratos de alquiler solo se registraron 300 mil. El 90 por ciento restante está en la ilegalidad porque es obligatorio registrar el contrato de alquiler. Esto es algo que establece la ley de alquileres”.
Muñoz agrega que «los contratos estén regulados es la única forma de saber realmente el valor por el cual se firman los contratos y no hacer cuentas en función a lo que publica zonaprop, que es un portal del mercado inmobiliario para elevar el precio de los alquileres. Eso es clave no sólo para entender que no hay estadísticas reales, sino que es un mercado informal e ilegal”.
En abril de 2021, el decreto que congelaba el valor de los alquileres y prohibía los desalojos dejó de estar en vigencia. «Esto implicó que los contratos renovados se llevaran a cabo con el precio liberado. Los propietarios fijaron el precio inicial del alquiler y llevaron aumentos de entre el 100 y el 150 por ciento», explica Muñoz.
“Hoy lo que le falta a la ley es regular el precio inicial. Esa es la discusión que se viene pero para eso hace falta voluntad del Gobierno nacional. Sin datos no es posible hacer políticas públicas. ¿Cuándo va a tener el Estado el mismo rol sobre el precio de los alquileres como tiene con el resto de los precios de la economía?”, indica Muñoz.