El conservador Alckmin como vice de Lula activa el debate sobre alianzas en el PT

Entre desconfianzas y optimismos, el Partido de los Trabajadores inició un debate informal sobre la posibilidad de sumar como candidato a vicepresidente al exgobernador paulista Geraldo Alckmin

Entre desconfianzas y optimismos, el Partido de los Trabajadores inició un debate informal sobre la posibilidad de sumar como candidato a vicepresidente al exgobernador paulista Geraldo Alckmin, como una forma de ampliar la base de gobierno en caso de ganar las elecciones de 2022.

El opositor Partido de los Trabajadores (PT) inició este miércoles un debate informal interno sobre la posibilidad de sumar como candidato a vicepresidente de Luiz Inácio Lula da Silva al exgobernador paulista Geraldo Alckmin, uno de sus históricos rivales, como una forma de ampliar la base de gobierno en caso de vencer las elecciones de 2022 en Brasil.

Sobre todo porque el lunes, en Bruselas, en el marco de su gira por Europa, el expresidente no rechazó la posibilidad de que Alckmin, aún afiliado al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, del expresidente Fernando Henrique Cardoso) pueda ser su compañero de fórmula el año próximo.

Según informaron fuentes de las distintas corrientes internas del PT, dentro de la fuerza existe un sector que ve con desconfianza la posibilidad: sumar a un centroderechista puede ser el plan B de las elites económicas.

Pero también hay optimistas que abonan la teoría al afirmar que de esta forma se expande la base parlamentaria y se evitan los errores de negociación política del pasado.

«Lula y Alckmin están dando claras señales de que figuras opuestas están comenzando a dialogar. Alckmin le puede llegar a traer a Lula apoyos de la opinión pública conservadora y del empresariado conservador», dijo a Télam el cientista político Alberto Carlos Almedida, del Instituto Brasilis y autor de los libros sobre el electorado «La Cabeza del Brasileño» y «El Voto del Brasileño».

Según Almeida, este guiño del favorito en los sondeos Lula a una figura como Alckmin contribuye a evitar un escenario cada vez más tirante como ocurre en Estados Unidos entre republicanos y demócratas, y se refleja más en la experiencia de cogobernabilidad alemana entre la Democracia Cristiana (CDU) y el Partido Social Demócrata (SPD).

Cuatro veces gobernador del estado de San Pablo, Alckmin quedó marginado del PSDB luego de sacar el 5% de los votos en 2018 y ahora puede afiliarse al Partido Social Demócrata (PSD), del dirigente conservador Gilberto Kassab, o al Partido Socialista Brasileño (PSB), que ya tiene una alianza con el PT para varios estados.

Esta ingeniería electoral de partidos forma parte de los movimientos de Lula para lanzar su candidatura, siendo amplio favorito incluso a ganar en primera vuelta según las encuestas, pero con un condimento extra: el exmetalúrgico quiere una base fiel de 200 legisladores para poder llevar adelante una agenda propia sin tener que ceder a los grupos de la llamada ‘vieja política» de la derecha.

El diario Folha de Sao Paulo publicó en la fecha que dentro del PT existe el razonamiento de que Alckmin es confiable y no haría movimientos destituyentes contra Lula.

«Pero Alckmin sería un nombre aceptado por la derecha y el mercado financiero, lo que facilitaría un movimiento para la caída de Lula en caso de una crisis», también apuntó Folha.

Tengo una extraordinaria relación de respeto con Alckmin, fui presidente cuando el era gobernador, dialogábamos mucho. No hay nada de lo que ocurrió entre ambos que no pueda ser reconciliado» Luiz Inácio «Lula» da Silva

El lunes, en Bruselas, en el marco de su gira europea, Lula dijo: «Tengo una extraordinaria relación de respeto con Alckmin, fui presidente cuando el era gobernador, dialogábamos mucho. No hay nada de lo que ocurrió entre ambos que no pueda ser reconciliado».

Lula recordó que enfrentó a Alckmin en el balotaje de 2006 y comparó la situación con un partido de fútbol. «Dentro del campo de juego cada uno dio todo para su equipo, pero una vez que termina el partido uno sigue conversando».

Sin embargo, no confirmó el nombre de un eventual compañero de fórmula como tampoco su postulación: «Ya tengo 22 vices si es por la prensa, no discuto al vice porque aún no tengo mi candidatura. Cuando decida mi candidatura buscaré mi vice».

Lula hizo una suerte de alianza con la clase empresaria nacional para llegar a la presidencia entre 2003 y 2010, luego de vencer las elecciones junto al empresario José Alencar en 2002, y tras tres intentos frustrados con fórmulas formadas íntegramente dentro del campo popular.

El tratamiento de jefe de Estado dado en Europa, sobre todo este miércoles al ser recibido en el Eliseo por el presidente francés, Emmanuel Macron, aumentó el perfil del líder del PT dentro de las clases dominantes y el discurso del mercado financiero de que el exsindicalista es un «extremista de izquierda» así como Bolsonaro es un «extremista de derecha».

El acercamiento con Alckmin también debe ayudar a romper cierto recelo hacia Lula en el estado de San Pablo, aunque dentro del PT existen dirigentes que apuestan a que esa alianza para elegir a un vice de derecha o centroderecha tenga el foco a Minas Gerais, el segundo estado en importancia electoral del país.

Alencar, dueño del gigante textil Coteminas, justamente era de Minas Gerais, el estado mediterráneo que forma parte de la tradición de la composición política del país, como los casos del expresidente Juscelino Kubitschen (1956-1961) o Tancredo Neves, fallecido en 1985 antes de asumir el gobierno de transición posdictadura.

Alckmin, para un sector de la izquierda brasileña, forma parte de la conjura que terminó en el juicio político y destitución de Dilma Rousseff en 2016.

Siendo gobernador de San Pablo, en 2015 y 2016 Alckmin se alió al ala más extremista de su espacio que organizaba las manifestaciones en la avenida Paulista para pedir la caída de Rousseff.

Considerado un practicante católico vinculado al Opus Dei, liberó el uso del subte para que la población pueda llegar en forma gratuita a pedir la destitución de la entonces mandataria.

Fuente: Telam