El Grupo de Puebla se presentó como un catalizador de la integración latinoamericana

Fue a través de una propuesta de modelo de desarrollo solidario que está articulada en seis ejes y tiene como objetivo central fortalecer la región para que sea "más integrada y fortalecida", sin la custodia de Estados Unidos.

Fue a través de una propuesta de modelo de desarrollo solidario que está articulada en seis ejes y tiene como objetivo central fortalecer la región para que sea «más integrada y fortalecida», sin la custodia de Estados Unidos.

La integración de América Latina fue uno de los temas centrales del séptimo encuentro del Grupo de Puebla, celebrado esta semana en Ciudad de México, en el que este foro presentó una propuesta de modelo de desarrollo solidario con el fin de sentar las bases necesarias para catapultar un proyecto de unión latinoamericana.

Esta nueva «hoja de ruta del progresismo latinoamericano», basada en un enfoque de género y diferenciado, está articulada en seis ejes: la superación de la desigualdad social, la búsqueda de valor, una nueva política económica, la transición ecológica, la integración como construcción de región y una nueva institucionalidad democrática.

La unión latinoamericana es el objetivo central de esta iniciativa para que una región «más integrada y fortalecida» pueda enfrentar un mundo con desigualdad y cambios tecnológicos profundos, señaló en conferencia de prensa el exministro de Educación brasileño y fundador del foro, Aloizio Mercadante.

«Si no nos integramos, nada de esto va resultar. Nunca habíamos estado tan desintegrados como ahora y nunca había sido tan necesaria la integración como ahora», dijo, por su parte, el expresidente colombiano Ernesto Samper en diálogo con Télam.

«En un mundo globalizado y constituido por bloques es absolutamente irresponsable y suicida no estar integrado en bloque»Ricardo Patiño

El también coordinador del foro responsabilizó a los gobiernos de derecha latinoamericanos por cometer «el gran pecado de ideologizar la integración», al decidir reunirse en los últimos años en clubes regionales por razones ideológicas y no políticas.

«Una cosa es integrarse políticamente y otra actuar como tribus ideológicas», sentenció el exmandatario, quien consideró que la integración pasó a ser un «campo de batalla» en lugar de uno de paz.

También el excanciller ecuatoriano y miembro de este espacio Ricardo Patiño calificó a los Gobiernos conservadores latinoamericanos de «miopes» por intentar destruir la integración regional, tras relegar mecanismos como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

«En un mundo globalizado y constituido por bloques es absolutamente irresponsable y suicida no estar integrado en bloque», manifestó a Télam.

Una situación que ha quedado plasmada con la pandemia, en la que el acceso y la distribución inequitativa de las vacunas en el planeta subrayó la relevancia de los bloques a la hora de negociar con los laboratorios y las grandes potencias.

«A los imperios les cuesta mucho escuchar. El que es muy fuerte normalmente tiene que hacer un gran esfuerzo para acercarse al menos fuerte», explicó a periodistas el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, presente en el encuentro.

En ese sentido, la idea de un nuevo bloque regional defendida por el Grupo de Puebla no solo comprende una unión arancelaria y comercial, como es la del Mercosur, sino que aspira a una unión política y con libre movilidad de personas y conocimientos.

«La mirada está enfocada a una patria grande, donde haya libre circulación de personas, bienes, servicios, culturas e identidades y también una necesidad de autoabastecernos regionalmente», explicó a Télam la exministra de Salud paraguaya Esperanza Martínez.

Una aspiración compartida por la ministra de Mujeres de la Argentina, Elizabeth Gómez Alcorta, quien citó el caso de la Unión Europea (UE), que a su juicio logró tener una integración regional, pese a estar conformada por 27 países con idiomas, historias y religiones distintas.

«¿Por qué no nosotros? Somos países hermanos, tenemos una misma matriz colonial y casi íntegra de la región, también compartimos el idioma y una historia común, pero también un futuro común», planteó.

«La mirada está enfocada a una patria grande, donde haya libre circulación de personas, bienes, servicios, culturas e identidades y también una necesidad de autoabastecernos regionalmente»Esperanza Martínez

Para superar los desafíos que representa este modelo de desarrollo solidario, el Grupo de Puebla decidió apoyar la propuesta hecha por el presidente argentino, Alberto Fernández, y su par mexicano, Andrés López Obrador, de «resucitar a la Celac», donde hoy coinciden los 33 países de América Latina y el Caribe.

«Hagamos una Celac donde quepamos todos los países, una especie de Organización de Estados Americanos (OEA) sin Estados Unidos», defendió Samper y agregó: «No necesitamos a Estados Unidos como un decano de disciplina metido en nuestros propios procesos de integración».

Para ello, en las bases de su iniciativa, el foro propone partir de la «matriz de convergencia» que diseñó Unasur para lograr una Celac «distinta a la actual, más empoderada, con mayor peso político y respaldada técnicamente».

Se trata entonces de un «fortalecimiento del Sur global» como parte de un nuevo esquema de multilateralismo de bloques regionales para gobernar el mundo, mirando a los vecinos o pares, según especifica el texto.

Para catapultar este proyecto, muchos poblanos -como se autodenominan los miembros de este espacio- ven con buenos ojos un eventual triunfo del exmandatario brasileño y favorito en las encuestas Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales que celebrará el gigante sudamericano en octubre de 2022.

«La victoria de Lula podría significar la articulación de un eje muy importante del progresismo en el plano internacional, que son tres gobiernos en países que tienen una relevancia estratégica: Brasil, México y Argentina», dijo a Télam el senador colombiano Iván Cepeda.

Una opinión compartida también por Zapatero, quien consideró que la manera de culminar los procesos de independencia de los países latinoamericanos es la integración y la unión de América Latina.

«Así serian lo suficientemente fuertes para resistir una injerencia», estimó.

En sus casi dos años y medio de existencia, el Grupo de Puebla ha integrado en sus filas a los presidentes de Argentina y Bolivia, a 12 exjefes de Estado y a más de un centenar de líderes progresistas -ministros, parlamentarios, juristas, académicos y observadores- de América Latina, el Caribe y Europa.

«Tenemos un diálogo permanente con líderes, senadores, diputados, cancilleres, jefes de Estado y participamos de una sola cosa: la integración latinoamericana», resumió a Télam el excandidato presidencial chileno y coordinador del foro, Marco Enríquez-Ominami.

Fuente: Telam