Los acuerdos de Gustavo Petro, una apertura para garantizar la gobernabilidad
El 19 de junio Gustavo Petro fue electo por más de once millones de colombianos. Con vistas a la asunción presidencial de 7 de agosto, Télam consultó a analistas y dirigentes políticos sobre cómo serán los primeros pasos del mandatario de izquierda que puso fin a la hegemonía bipartidista.
04/07/2022 EL MUNDOEl 19 de junio Gustavo Petro fue electo por más de once millones de colombianos. Con vistas a la asunción presidencial de 7 de agosto, Télam consultó a analistas y dirigentes políticos sobre cómo serán los primeros pasos del mandatario de izquierda que puso fin a la hegemonía bipartidista.
A dos semanas de su consagración como presidente electo de Colombia, Gustavo Petro avanza en el bordado de un Gran Acuerdo Nacional que le dé en el Congreso una base de gobernabilidad, lo que requiere de una apertura ideológica que necesitará disciplina de los partidos que integran el Pacto Histórico, porque «se ha dado cuenta de que no puede aislarse» si pretende tener éxito y que su gobierno sea efectivamente «el fin de la hegemonía bipartidista» en Colombia, según los analistas consultados por Télam.
Petro fue electo por más de once millones de votos, un número que pese a ser de una adhesión histórica a una propuesta de izquierda, él suele admitir que se trata solamente de la “mitad de Colombia”. Su desafío, según argumenta, es trazar puentes con la «otra mitad» del país que quedó pintada de un color diferentes en los comicios del 19 de junio, de esa convicción surgió su propuesta de un Gran Acuerdo Nacional.
“Petro se ha dado cuenta que no puede aislarse ni gobernar para unos pocos sino que le toca buscar la gobernabilidad a partir de la sumatoria de fuerzas y, dialécticamente, la construcción de nuevos acuerdos que le permita entrar en nuevos consensos para el país”, dijo a Télam el presidente de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos, Felipe Mendoza.
Por su parte, la senadora del Pacto Histórico (PH) María José Pizarro Rodríguez, dijo a esta agencia que con esta victoria “se rompe la hegemonía bipartidista de más de 200 años” y que “llega para gobernar una forma de pensamiento distinta” que “abre la posibilidad de cumplir con el anhelo de generaciones que es reconciliar a la nación colombiana” y por eso el próximo va a ser un “gobierno del diálogo y de la concertación”.
“No llegamos hasta aquí para el revanchismo, para la venganza, y no hemos aguantado tantos sufrimientos para actuar de manera distinta al diálogo, al abrazo y la seducción. Estaríamos siendo inferiores y no habríamos aprendido nada en tantos años de guerra”, agregó, en sintonía con Petro, la hija del asesinado excandidato a presidente Carlos Pizarro.
Luego de la elección, Petro logró el apoyo del Partido Liberal (PL) del expresidente Cesar Gaviria, que lejos de la izquierda fue para Mendoza “quien abrió las compuertas del Estado colombiano al neoliberalismo”, y del partido Alianza Verde porque según el politólogo, el presidente electo “tenía muy claro que así como había ganado la voluntad popular tenía que entrar en un proceso de organizar sus propias tropas para el Congreso, buscando una gobernabilidad práctica y contundente”.
En tanto, el líder de la bancada del PH y uno de los que aspira a presidir la Cámara de Representantes, David Racero, comentó a Télam que ven “con muy buenos ojos la llegada del PL” porque comparten “muchas banderas desde la campaña” y “era más lo que nos unía que lo que nos separaba”.
También aseguró que si, de cara al próximo Congreso que asume el 20 de julio, el PH suma a sus 20 bancas las del PL (32), ya tendrían “números considerables”, y con “Alianza Verde (17), el Partido Comunes (5)” y parte de “las circunscripciones especiales de paz” (16), estimó que están “llegando al escenario de mayorías”.
Sin embargo, la Cámara baja tiene 188 escaños con lo cual hasta allí podrían ser una bancada mayoritaria pero sin quórum propio. Por eso los acuerdos que intentó Petro en los últimos días con el Partido Conservador (PC) buscar sumar parte de sus 25 asientos.
“Nadie se esperaba que el PC, uno de los más tradicionales del país, planteara que no se iba a la oposición sino que iba a revisar su posición frente a una posible independencia o su posible (suma al) partido de gobierno”, explicó Mendoza.
El apoyo prometido será sin abandonar la defensa de los principios como “el derecho a la propiedad privada, la libre empresa y la libertad de prensa”, aseguraron desde las filas conservadoras.
El también conservador Partido de la U (liderado por el expresidente Juan Manuel Santos), con 16 escaños en la Cámara baja, anunció que se suma a la alianza parlamentaria del próximo oficialismo.
Los bloques parlamentarios tienen plazo hasta un mes después del inicio de un nuevo gobierno para anunciar si apoyarán o harán oposición al oficialismo, o si actuarán de manera independiente.
Esa última fue la posición que anticipó Rodolfo Hernández (La liga de Gobernantes Anticorrupción) en el Senado. En esa cámara, el PH será la banca mayoritaria pero también sin quórum, por eso también son claves los acuerdos firmados en las últimas dos semanas.
En tanto, el expresidente Álvaro Uribe dijo luego de la reunión con Petro que su espacio, el Centro Democrático, será “una oposición razonable”. Esta fuerza retrocedió su presencia en el Congreso, y quedó con 16 curules en la Cámara baja y 13 en el Senado.
El electo por el PH para presidir el Senado, Roy Barreras, comentó a Télam que su responsabilidad será “sacar adelante desde el Congreso las reformas sociales profundas que el pueblo colombiano exigió eligiendo a Gustavo Petro” y aseguró que con “certeza” el próximo gobierno “le garantizará a los colombianos que hoy no tienen acceso a la pensión la seguridad de un salario mínimo vital”.
Al ser consultado por si la reforma impositiva está entre las prioridades, respondió: “Necesitamos recursos para poder dar la lucha contra el hambre que el presidente Petro ha decidido”.
El diputado Racero aseguró a Télam que “el primer año es fundamental ya que las dos apuestas son el Plan Nacional de Desarrollo (estipulado en la Constitución y que liga el programa de campaña al plan de gestión presidencial), que es la columna vertebral de lo que va a hacer el gobierno y una reforma tributaria integral, justa y progresiva”.
Por su parte, la senadora Gloria Flores declaró a Télam que la bancada de gobierno tiene que “avanzar en el tema pensional para asegurar que todos nuestros viejos -lo decimos con cariño y amor- puedan tener una pensión” y agregó que tienen “desafíos alrededor del Ministerio de la Igualdad, en materia de salud y educación, que son tareas prioritarias”.
Las especulaciones acerca de estos acuerdos sobre la conformación del gabinete no tardaron en llegar pero para Racero no se trata “de una entrega de cargos y puestos, sino más bien el compartir la responsabilidad política” con sectores que comparten una agenda “con puntos claros como la paz, la justicia social y ambiental, la recuperación del Estado de las garras de las mafias”.
El presidente electo ya anunció que el conservador Álvaro Leyva Durán, que tuvo un rol importante en la negociación de la paz con las FARC, será su ministro de Relaciones Exteriores, y días más tarde confirmó en la cartera de Hacienda al reconocido economista José Antonio Ocampo, quien ocupó el mismo cargo entre 1996 y 1997 durante el Gobierno de Ernesto Samper y además es coautor de libros con el premio Nobel Joseph Stiglitz.
De acuerdo con el medio local El Tiempo, Petro pidió a Ocampo “sacar adelante el Plan de Desarrollo y la reforma tributaria antes de diciembre”.
Para el politólogo y consultor Felipe Mendoza, con esas dos designaciones de «moderados» Petro ha “buscado generar confianza estratégica que le permita dar inicio al gobierno desde una perspectiva de la semi tranquilidad”.
De esta forma, estimó que Petro “ha logrado romper ese discurso dual y empezado a gestar dialécticamente una construcción de acuerdos sobre lo fundamental”.