Río Cuarto: La demanda alimentaria creció 50%, señalan en comedores y copas de leche
Es en este año en relación con el 2021. Cada vez atienden a más jubilados y trabajadores informales que no llegan con sus ingresos. Dicen que los planes sociales "sirven para 4 o 5 días". Y que la asistencia estatal se queda atrás
05/08/2022 MUNICIPIOSEs en este año en relación con el 2021. Cada vez atienden a más jubilados y trabajadores informales que no llegan con sus ingresos. Dicen que los planes sociales «sirven para 4 o 5 días». Y que la asistencia estatal se queda atrás
La crisis económica parece tener un reflejo directo en la demanda de asistencia alimentaria de los sectores más vulnerables. Según las organizaciones sociales con presencia en el territorio, la cantidad de personas que asisten a los comedores, merenderos, copas de leche y centros comunitarios de la ciudad aumentó un 50 por ciento en lo que va del año. Además, cada vez tienen más presencia de jubilados, pensionados y trabajadores que no llegan a fin de mes. También buscan ayuda los que tienen planes sociales que, según advierten distintos referentes, solo alcanzan para cubrir una parte pequeña de los gastos de una familia. Finalmente, señalan que el acompañamiento estatal viene a la zaga en relación con las necesidades.
Recientemente, el centro de Almaceneros de Córdoba, que suele aproximarse a los valores del Indec, informó un valor de 60 mil pesos para la canasta alimentaria básica del mes de julio. Por otro lado, el último registro de la Encuesta Permanente de Hogares de ingresos de los trabajadores de la economía informal -marzo- daba cuenta de un haber promedio cercano a los 54 mil pesos.
En función de ese dato, el Centro de Almaceneros hizo una ponderación con múltiples variables, más allá de los ingresos, como por ejemplo, los gastos relacionados con transporte, educación de los hijos y otros, que terminan achicando sensiblemente el poder de compra de las familias cordobesas.
El resultado es alarmante: el 40 por ciento de los hogares de la provincia de Córdoba no logró cubrir los gastos alimentarios básicos por sus propios medios.
Brecha
La brecha entre los ingresos informales y la canasta alimentaria parece haberse ampliado notoriamente y esto tendría un reflejo bastante directo en un fuerte aumento de la demanda en comedores y centros comunitarios. Río Cuarto se ubica dentro de ese contexto de agudización de la crisis.
Valeria Palacios, coordinadora de una veintena de centros comunitarios de la Federación Nacional Territorial, indicó que no solo aumentó la demanda, sino que también se amplió el universo de grupos sociales que buscan la ayuda.
«Hoy atendemos a gente nueva; muchos adultos, que antes se las arreglaban con las changas y ahora no les alcanza o no les salen, desocupados y jubilados. Antes nos dedicábamos a los niños casi exclusivamente. Hay muchísima más gente», señaló.
Consultada respecto al incremento en la demanda alimentaria, aseguró que en la mayoría de los barrios reciben este año un 50 por ciento más de personas que el año pasado, y el número sigue creciendo.
Un panorama similar trazó el referente del Hogar María Madre de Dios, Marcelo Estefanía, quien detalló que en la actualidad trabajan con unas 450 personas en total, entre las que reciben viandas, bolsones de alimento, ropa y calzado. El año pasado, la nómina era de 300 asistentes.
«Tenemos mucha gente que, aun teniendo trabajo, no llega a lo mínimo para comer, y es algo que venimos notando hace un par de meses. Sobre todo con la gente que depende de una jubilación o una pensión», explicó.
Por su parte, Mónica Benítez, de la copa de leche Abuela Pedernera de barrio Oncativo, indicó que se duplicó la oferta de ayuda alimentaria en el sector y que hasta ahora todo es recibido por parte de los vecinos.
«El año pasado había una sola copa de leche en esta parte del barrio y hacíamos 25 viandas. Hoy en día, somos dos, y cada una hace y entrega 25 viandas a los vecinos», detalló.
Programas sociales
En otro orden, la distribución de planes y programas alimentarios, principalmente de la Nación, parece cumplir un rol amortiguador en relación con los efectos de la crisis, pero están lejos de dar soluciones de fondo. En eso también converge la opinión de los referentes del trabajo comunitario.
Marcelo Estefanía detalló que hoy les dan asistencia alimentaria a 450 personas en total, mientras que el año pasado, la nómina era de 300.
«La gente tiene y usa la tarjeta Alimentar y las asignaciones universales por hijo. La mayoría de las familias son de más de cuatro miembros, y como están los precios no le alcanza a nadie. Lo que vemos es que, antes de que acrediten la tarjeta Alimentar, remarcan los precios. O limitan la variedad de marcas, dejando las más caras», aseguró Valeria Palacios.
Por su parte, Marcelo Estefanía, del Comedor María Madre de Dios, señaló que aun «con el plan social, la gente va al comedor igual, porque no le alcanza para vivir».
«El plan les sirve para 4 o 5 días. Después tienen que salir a hacer changas y buscar comida en comedores. Si le dan un trabajo digno, la gente prefiere toda la vida el trabajo», sostuvo.
Atraso en el apoyo estatal
Por otro lado, los referentes territoriales consultados coinciden en que el Estado se quedó atrás en el suministro de alimentos en relación con el avance de la demanda alimentaria. Por el contrario, varias organizaciones ya se habían quejado anteriormente de que no estaban recibiendo insumos alimentarios para abastecer la demanda.
«Una parte de los insumos con los que trabajamos nos los provee la Municipalidad, aproximadamente un 40 por ciento, y el resto es por la solidaridad de la gente. Es buena la ayuda de la Municipalidad, pero no va al ritmo de demanda», indicó Marcelo Estefanía, del Comedor María Madre de Dios.
Con relación al asunto, Valeria Palacios, de Fenat, señaló que el aporte del Municipio no se actualiza desde hace tiempo. «Recibimos la misma cantidad de insumos que teníamos antes de la pandemia. Nos sostenemos con la solidaridad de la gente. Donaciones de alimentos no perecederos. Nos ayudan los vecinos. De la Provincia recibimos mercadería pero en forma muy esporádica», dijo.
Por su parte, Mónica Benítez, del barrio Oncativo, aclaró que recibe insumos de la Municipalidad para dar el servicio de merienda, mientras que consiguen la materia prima para las viandas de la colaboración de otras organizaciones sociales del barrio.