En Caleta Olivia, programas de contención social recibieron apoyo de Nación

Wilson Parada y Lucila Rementería presentaron los elementos adquiridos por el municipio con fondos enviados por Nación.

Wilson Parada y Lucila Rementería presentaron los elementos adquiridos por el municipio con fondos enviados por Nación.

Dos programas destinados a la contención de mujeres que son víctimas de la violencia de género y que fueran elaborados por el municipio de esta ciudad, recibieron el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que aportó 93 mil pesos para la compra de material informático, de librería y otros elementos.

Los mismos fueron adquiridos en comercios locales y fueron presentados por la titular de la Supervisión de la Mujer de la comuna, Lucila Rementería, y Wilson Parada, articulador zonal de la cartera ministerial que conduce Alicia Kirchner.

Uno de los programas se refiere a la Violencia en el Noviazgo y el restante apunta específicamente a brindar una capacitación laboral que contribuya a la contención de mujeres que sufrieron agresiones físicas y psicológicas.

Al respecto, la funcionaria destacó que en la elaboración de los proyectos presentados a Nación en 2013 -con la anuencia del intendente José Córdoba- tuvieron amplia participación las empleadas de áreas municipales que atienden la problemática de la mujer, contándose además con el asesoramiento de una profesional del ministerio nacional, Alicia Moscardi.

Luego de ese trabajo conjunto, Desarrollo Social envió un aporte de 92 mil pesos al municipio caletense que a su vez adquirió una notebook, biblioratos, guillotinas, escritorio y maquinaria para elaborar pan.

Por su parte, Parada dijo que este hecho es una muestra más del trabajo en sintonía que se desarrolla entre el municipio y el gobierno nacional, añadiendo que el mismo continuara profundizándose a través de los Centros de Integración Comunitaria y uniones vecinales, “procurando brindar herramientas que tengan que ver con la protección e inclusión social de muchas personas”.

Fuente: El Patagónico