El crudo relato de los trabajadores del basural en Cipolletti: «No valoran nuestras vidas»
Tras un nuevo incendio, decenas de recicladores este miércoles trabajan en medio de una humareda tóxica. "Temo una doble tragedia", confiesa el encargado del sector. "Ya estuve internado varias veces", denuncia indignado su ayudante.
17/03/2023 MUNICIPIOSTras un nuevo incendio, decenas de recicladores este miércoles trabajan en medio de una humareda tóxica. «Temo una doble tragedia», confiesa el encargado del sector. «Ya estuve internado varias veces», denuncia indignado su ayudante.
El panorama, en la mañana del miércoles, es preocupante y desolador en el basural cipoleño. La humareda insoportable y los residuos acumulados y diseminados desprolijamente en la inmensidad conforman un combo deprimente tras el nuevo gran incendio que se produjo en el lugar la noche anterior y que afectó a buena parte de la ciudad.
Los ojos se irritan si se permanece apenas un rato allí, los pulmones se inflaman. Cuesta ver y respirar. En medio de la triste escenografía, la peor parte se la llevan esas decenas de recicladores que trabajan en condiciones inhumanas en el lugar rescatando lo que venga para hacerse un mango y exponiendo su salud a muy bajo precio. Tanto ellos como los empleados municipales del sector, se quejan de la falta de respuestas de las autoridades para solucionar un problema recurrente y admiten resignados: «no valoran nuestras vidas».
Jairo hace 5 años que recoge chapa y cartón entre los desechos para hacerse el día, esos 3 mil pesos con los que come y tira. «Lo que más jode es el humo, por la respiración. Lamentablemente ya estamos acostumbrados a esto. Evidentemente prenden de abajo», cuenta este laburante a LM Cipolletti.
Llevaba casi 3 horas y media de estoica tarea en contexto desfavorable y aún le quedaban varias más, tratando de hallar materiales capaces de tentar a «Cifuentes y Salgado, que son los compradores oficiales aquí. Ellos mismos vienen y cargan», explica y sigue camino porque no hay tiempo que perder.
Más experiencia en el rubro aún posee Juan, con 15 años en el sitio. El también expresa su decepción: «Me preocupa lo que pasa, uno está acá arriesgando la salud. Yo tengo 2 hijos y me necesitan sano. En mi caso vendo papel, cartón, chatarra, vidrio…. He llegado a quedarme hasta las 5 o 6 de la mañana. En el mejor de los casos junto 10 lucas. Que se pongan las pilas y manden los camiones para tapar la basura y la tierra».
Súper agitado andaba Héctor, quien mientras se aseguraba una bolsa de pan confesó que la humareda le provoca «mucha tos».
Desgarradoras voces oficiales
En uno de los conteiners tipo «garita» andaba Jesús Rodríguez, el encargado del sector. Gorrita de Boca, camisa con el logo del Gobierno de Cipolletti y una fuerte denuncia por realizar.
Expuso un testimonio desgarrador. «No tenemos maquinaria para trabajar. Ayer no había ninguna que nos permita limpiar y tapar la tierra. Estoy cansado de pedir regador y la pala, que es lo esencial pero no hay caso. Con el mismo calor, el reflejo del vidrio genera fuego e incendio, no te olvides que además la basura produce gas. Ojo que también hay veces que son intencionales los incendios», indicó indignado.
Convencido de que, así como están planteadas las cosas «esto no se va a solucionar», teme por una tragedia. Y razones no le faltan. «No me gusta el humo. Compañeros el año pasado estuvieron internados tres días, yo también tuve problemas. Y la otra son los accidentes: una noche casi me vengo abajo por utilizar una máquina sin luz, no se ve por el humo y circulan las chatas en medio de los recicladores, tengo miedo de que esto termine en una tragedia», confió en su crudo relato.
«Es una lucha, ni agua para nosotros nos mandan. En pandemia nos prometieron premio por trabajar y no hubo caso», completó sobre las carencias elementales.
Pr último, Mario Jara recordó su lamentable historial clínico por los graves trastornos que le ocasionó una intoxicación por la inhalación en anteriores incendios. «Estuve dos veces internado. No tenemos recursos. Han salido bomberos intoxicados de acá y eso que vienen un rato… Imaginate nosotros conviviendo 3 días con el humo tóxico. La segunda vez que me pasó fue por ayudar a un compañero. Los médicos me prohibieron acercarme al humo a partir de eso», reveló con la impotencia propia de quien siente que no es escuchado.
«La maquinaria para tapar la basura sería clave, porque si la basura se acumula y crece, se prende de la nada, genera fuego y gas. Con la máquina y el regador, se mantendría bien, en orden. Esto es todo a pulmón, evitando que no se expanda para las chacras vecinas. Acá nos jugamos la vida, esa que los demás no valoran».