Mala economía, voto y los «desencantados» de Vaca Muerta

Los oficialismos no sólo están en crisis tras la pandemia. Hay una cultura reactiva por el desplazamiento de clases a la pobreza. El MPN no fue la excepción.

Los oficialismos no sólo están en crisis tras la pandemia. Hay una cultura reactiva por el desplazamiento de clases a la pobreza. El MPN no fue la excepción.

La elección del domingo se polarizó, pese a cualquier pronóstico, pero la caída de los oficialismos, luego de la pandemia y el ascenso de una clase “no política” hastiada de los partidos tradicionales, también hizo mella en la provincia de Neuquén.

No es sólo el “efecto Milei”, sino el desencanto de una sociedad cada vez más dividida, con dificultades para progresar y lograr un bienestar económico, como es el eje de los gobiernos que promueven el ascenso social.
La situación económica del país hace tiempo que no es buena, pese a los «indicadores de recuperación» luego de la pandemia. Y no hay por ahora otra cosa que capitalice ese descontento, que el «odio hacia lo oficial».
La inflación creciente, la pobreza y el desplazamiento de la clase media a los sectores marginales, comienzan a generar desesperanza y reactividad a los climas electorales. La gente cada vez vota con más bronca y aparecen emergentes que los capitalizan.

Neuquén no escapó a este fenómeno, pese a la caída del sello del MPN, luego de más de 60 años de gobierno, cada vez más apoyado en partidos satélites.

Desde la política, en cada elección el partido provincial se fue desgranando en el interior y echó mano a colectoras y aliados extrapartidarios, para poder alcanzar triunfos. Se dice que el error en política es perder las elecciones, más allá de cómo se gobierne.

Pasó con el alejamiento de Jorge Sobisch y ahora con el de Rolando Figueroa. Cada desmembramiento, deja parte de MPN en el camino que recogen desencantados dirigentes, oportunistas y soñadores.

La salida del partido provincial del gobernador electo, hace tiempo que tiene una función: juntar a los desencantados del oficialismo y los que no perciben el beneficio directo de Vaca Muerta.

Crisis económica y desencanto es la fórmula perfecta para la llegada de alguien que “proponga un sueño”, como dijo Néstor Kirchner en 2003. Un discurso que reactive una esperanza, aunque sea a medias, sin chocar con la insatisfacción a mediano plazo.

El voto bronca se ha instalado tanto, que los oficialismos deben tomar nota. En la provincia, no fue sólo el MPN. Hubo municipios con sorpresas electorales. En Centenario, tras 16 años de permanencia del PJ – con sólo una interrupción- el domingo perdió las elecciones. También perdió el MPN en Vista Alegre y en San Patricio del Chañar. En algunos lugares, las cosas parecían ir sobre carriles normales.

Esta vez, no importa la obra pública, el asfalto o hacer una plaza. La clausura de la participación popular, hace reactivo a un electorado, que hace catarsis con las frustraciones personales y colectivas.

“No se puede vivir en una provincia donde sólo pensás en pagar el alquiler y salir algún fin de semana. Es difícil proyectar un futuro”, se escucha en parte de la calle del desencanto.

Cuando las cosas andan bien, pocos se fijan en los detalles de los gobiernos que, confiados, pisaron el palo de un revés electoral que será duro de digerir.

Por Adriano Calalesinaadrianoc@lmneuquen.com.ar

Fuente: La mañana neuquén