Neuquén tiene 90 edificios en construcción que jaquean la convivencia con antiguos pobladores
El ritmo de construcción de mantiene estable con respecto al año pasado. La ciudad crece en altura y surgen quejas de los vecinos.
27/09/2023 MUNICIPIOSEl ritmo de construcción de mantiene estable con respecto al año pasado. La ciudad crece en altura y surgen quejas de los vecinos.
El derrumbe de una bandeja de contención que se produjo esta semana en un edificio de Santa Genoveva despertó el debate sobre los problemas de convivencia entre los antiguos pobladores de las zonas más céntricas de Neuquén y un ritmo vertiginoso de construcción que parece no detenerse. En la ciudad ya hay 90 edificios de más de tres pisos en obra y, muchas veces, las tareas de los albañiles terminan por perjudicar o hasta generar peligros para los vecinos de casas bajas.
Por su cercanía al centro y la presencia de corredores más amplios, como las calles San Juan o Islas Malvinas, el barrio de Santa Genoveva es uno de los más elegidos por las empresas constructoras para desarrollar torres de departamentos de tres o más pisos. Pero no es el único: también hay muchas obras en marcha en las zonas de Centro Este o Centro Oeste, en calles como Belgrano o San Martín, que son las que primero buscan los inversores por la cercanía con el microcentro y la posibilidad de edificar en altura según el código urbano.
El subsecretario de Obras Particulares de la Municipalidad de Neuquén, Luis López de Murillas, afirmó que hay 90 edificios de tres pisos o más que están actualmente en construcción. A ellos se suman cientos de proyectos en marcha para la construcción de viviendas unifamiliares, dúplex o complejos más pequeños de departamentos.
«La ciudad de Neuquén tiene una buena dinámica en la construcción», dijo y agregó que es muy fácil darse cuenta de la buena salud que tiene el rubro. Cualquiera que circule por la ciudad se cruza con grúas o cercos de obras, ya que el ritmo de construcción de edificios se mantiene con los mismos números altos que tenía en 2022, porque la migración que recibe la ciudad motoriza la demanda de viviendas y muchos optan por invertir sus ahorros en ladrillos.
Aunque este ritmo de construcción se traduce en buenas noticias para la economía, también es un factor de dolores de cabeza para los vecinos más antiguos de la ciudad, que sufren por una convivencia «con rispideces» con las empresas constructoras, según detalló el funcionario. Aclaró que su oficina suele realizar inspecciones periódicas, que se suman a las que hacen a demanda de los vecinos, cuando se comunican para hacer reclamos por obras con irregularidades, que terminan por generar daños en sus casas.
Entre los reclamos más comunes, por ejemplo, se cuentan las quejas por vuelcos de hormigón en propiedades aledañas a las obras. «Es bastante común cuando se bombea con bombas mecánicas de elevación del hormigón, se producen bolsones de aire que escupen hormigón para los costados», dijo López de Murillas a LMNeuquén.
Agregó que también se reclama por caída de elementos de construcción o de los albañiles a sectores fuera de la obra. En los días de vientos más intensos, la Dirección de Inspecciones solicita a todos los responsables de las obras que apuntales las bandejas de contención o los cercos de obra, y que no dejen materiales sueltos El funcionario señaló que cada vez se ven menos accidentes de este tipo, pero admitió que siguen existiendo.
A ellos se suman los reclamos de vecinos que ven daños estructurales en sus viviendas a causa, por ejemplo, de la construcción de subsuelos o cocheras subterráneas en las torres. «Los suelos predominantes de la ciudad suelen ser de tipo arenosos, no es la mejor condición para hacer pozos. Se pueden hacer, hay técnicas para hacerlos pero generalmente a las propiedades linderas que son antiguas les suelen producir agrietamientos o fisuras», indicó.
Ante esta situación, el Código exige que las empresas constructoras tengan un seguro que cubre este tipo de daños en viviendas aledañas. Sin embargo, López de Murillas aclaró que la responsabilidad de la Municipalidad sólo alcanza al control de las compañías para que tengan todos los permisos en regla y se ajusten a las ordenanzas vigentes y el Código Urbano.
Si respetan todos estos puntos, el Municipio aprueba la obra y otorga el permiso de construcción. Sin embargo, los proyectos pueden ser clausurados y frenados cuando se detectan irregularidades, tal como ocurrió en el derrumbe de la obra de Río Desaguadero, en Santa Genoveva, que sólo podrá reanudar las tareas cuando presente un informe técnico que demuestre que se reforzaron las bandejas de contención del edificio, que se suma a otras penalidades que impuso el Ejecutivo local.
Si bien la convivencia de casas bajas de mayor antigüedad con edificios de gran envergadura suele generar problemas de convivencia y hasta situaciones de peligro, la Municipalidad no interviene en los conflictos entre vecinos. Por eso, el funcionario aclaró que los perjudicados pueden reclamar al seguro que tiene la obra o incluso a las propias empresas constructoras para que los compensen por las fisuras u otros daños en las viviendas, en un reclamo que excede a la facultades del gobierno local.
No obstante, el subsecretario afirmó que el crecimiento de la ciudad en altura es un fenómeno de transformación que suelen vivir las grandes ciudades, ya que la expansión de sus límites de manera horizontal suele generar muchos inconvenientes para otros aspectos de la vida cotidiana, como el transporte, el estacionamiento, la prestación de servicios o la recolección de residuos. Por eso, es frecuente que los barrios más céntricos de la ciudades cambien su aspecto para mostrar cada vez más torres de departamentos.
López de Murillas aseguró que los departamentos pequeños y más céntricos son demandados tanto por los habitantes que recién llegan a la ciudad a partir de las oportunidades de empleo como por los que ya vivían en casas con jardín en las afueras y se inclinan por unidades dentro de edificios, que son más seguras y accesibles para la movilidad urbana. Por eso, en la ciudad hay 90 edificios en marcha y el ritmo no parece estar cerca de detenerse.
En ese sentido, indicó que los barrios más cercanos al microcentro sufrieron una gran metamorfosis en los últimos años. En esos puntos, como se da en el caso de Santa Genoveva, los viejos chalets ceden espacio a las grandes torres de departamentos que pueblan, por ejemplo, las calles San Juan o Islas Malvinas. Si bien este recambio obedece al crecimiento demográfico de la ciudad, en una suerte de proceso natural para ganar cercanía y desarrollar un urbanismo más compacto, también es motivo de quejas entre los antiguos pobladores de Neuquén.