Macri pone a otro con la mira en Paraguay: un ex Newman, amigo de Nicky Caputo, a Yacyretá

Alfonso Peña, ingeniero civil, ex Mirgor, la ensambladora electrónica de su amigo Nicolás Caputo, y compañero de estudios del ex presidente Mauricio Macri en el colegio Cardenal Newman. El ex mandatario perdió la pulseada por la embajada en Paraguay

Alfonso Peña, ingeniero civil, ex Mirgor, la ensambladora electrónica de su amigo Nicolás Caputo, y compañero de estudios del ex presidente Mauricio Macri en el colegio Cardenal Newman. El ex mandatario perdió la pulseada por la embajada en Paraguay

Alfonso Peña, ingeniero civil, ex Mirgor, la ensambladora electrónica de su amigo Nicolás Caputo, y compañero de estudios del ex presidente Mauricio Macri en el colegio Cardenal Newman, está confirmado aunque no oficilizado como director Ejecutivo por la Argentina en la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), el organismo que gestiona la mayor generadora hidroeléctrica, compartida con Paraguay, que aporte alrededor del 14 por ciento de la energía que consume el país.

Peña presidió además la compañía Decavial, que se asoció a Caputo SA para una controvertida operación inmobiliaria: la compra del terreno del ex Hospital Ferroviario porteño por unos 6 millones de dólares, en 2008. El tema es que, poco después, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo entonces de Macri, modificó la zonificación del predio y les generó una alta ganancia a las dos firmas, que revendieron el terreno a 23 millones de dólares.

Ese “negocio” redondo suena como antecedente del que, en 2016, hizo el grupo Macri, asociado a los ex jugadores  Carlos Tévez y Guillermo Barros Schelotto, cuando Mauricio ejercía el Poder Ejecutivo nacional. Fue un cambio de manos en un solo año con una rentabilidad nunca vista.

Con una autorización express del Banco Nación –años más tarde objetada en forma tajante por la Auditoría General de la Nación–, le compraron los proyectos de parques eólicos que había obtenido por licitación la española entonces en problemas Isolux. Eran para la construcción de seis parques eólicos en Miramar y en Loma Blanca. Después de esa operación, el Gobierno nacional aumentó los precios que pagaba por la energía limpia: de 41 a 76,23 dólares por megavatio hora, en momentos en que los precios estaban a la baja. Así, la cotización de las acciones subió considerablemente y eso le permitió a la sociedad Macri-Tévez revender los papeles revaluados a la operadora Genneia y la fabricante china de molinos de viento Goldwind. La ganancia fue de alrededor de 70 millones de dólares. La parte del León fue para los Macri. Tévez ganó 17 millones y Guillermo Barros Schelotto unos 700 mil dólares, que terminaron en cuentas en el exterior.

El próximo director de Yacyretá también ocupó una silla en el directorio de Cunumí SA, firma adjudicataria de varias licitaciones de obra pública en la Ciudad de Buenos Aires cuando Macri era jefe de Gobierno porteño.

El vínculo de Peña con Macri, y de Macri con Yacyretá, se cierra con Yacylec, la empresa de la familia del ex presidente que distribuía parte de la energía generada por la hidroeléctrica compartida con Paraguay.

El peronismo denunció un turbio acuerdo entre el entonces jefe del Estado Macri y su par paraguayo Horacio Cartes, líder del Partido Colorado. La oposición paraguaya había denuncido a Cartes por reconocer una deuda nacional con Argentina de más de 4 mil millones de dólares por la construcción de la represa, en la que una protagonista era la ya disuelta constructora Iecsa. Sí, también del grupo Macri.

Los negocios de Macri con Cartes desatan sospechas de un lado y el otro de la frontera, pero no están del todo claros. Durante la cuarentena, hubo ruido cuando el argentino emprendió en un avión perteneciente al hombre fuerte paraguayo un oscuro viaje a Asunción que nunca explicó. Cartes estaba entonces peleado con su sucesor, Mario Abdo Benítez. Poco después, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo calificó como “significativamente corrupto”.

Hay más. Yacyretá se encuentra en proceso de obras para la construcción de la ampliación conocida como Aña Cuá, con otras 3 turbinas que complementarán las 20 existentes en el brazo del río Paraná del mismo nombre. Eso permitirá aumentar la capacidad de generación en un 10%.

Cuando el ex presidente Alberto Fernández visitó Paraguay en mayo de 2022 recordó que la obra de Aña Cuá se había iniciado durante el gobierno de Macri. “La habían calculado en 650 millones de dólares, cuando esa obra la licitamos con el gobierno de Mario Abdo (sucesor de Cartes), costó poco más de 300 millones”. El peronista preguntó entonces en público: “¿Quién se iba a robar más de 300 millones de dólares?”. Era cuando Iecsa estaba entre las favoritas para parte de las obras, las civiles. Finalmente, en un proceso en el que también hizo lobby Alemania, quedó fuera la firma que oficialmente comandaba el primo del ex presidente, Angelo Calcaterra, y que luego vendió a Marcelo Mindlin (Sacde).

Directa o indirectamente, Macri estuvo detrás de todos esos negocios. Y esa parece ser la dimensión principal de su asociación con el actual presidente Javier Milei. Pulseó para colocar al misionero Humberto Schiavoni al frente de la embajada argentina en Asunción. Ex senador nacional, también fue director de Yacyretá, pero durante el mandato provisional de Eduardo Duhalde. Y después, se integró al macrismo.

Como en otros de los tantos tironeos por cargos que implican cajas o negocios, Milei y la canciller, Diana Mondino, impusieron a Guillermo Nielsen, quien intervino en la campaña de la Libertad Avanza. Pero como ya es norma en la gestión libertaria, todo puede darse vuelta de nuevo.

El ente binacional Yacyretá tiene un director nombrado por cada país y un consejo administrativo compuesto por cuatro miembros argentinos y otros tantos de Paraguay.

La represa construida en el curso alto del río Paraná se extiende entre Ituzaingo, en la provincia de Corrientes, y el departamento de Misiones, en Paraguay. Su potencia instalada es de 3.200 megavatios. Como los requerimientos eléctricos de Paraguay están cubiertos, el país vecino consume, en promedio, apenas entre el 10 y el 13% de la energía producida. El excedente de su parte se lo vende por contrato a la Argentina.

El 3 de diciembre pasado se cumplieron 50 años de la firma del Tratado de Yacyretá entre el entonces presidente Juan Domingo Perón y el dictador Alfredo Stroessner, que dio pie a la construcción de la hidroeléctrica binacional. Fue en 1973, cuando asomaba la primera gran crisis petrolera global. En rigor, los primeros sondeos técnicos para una obra de tamaño alcance se iniciaron en 1958.

Fuente: El Ciudadano