La portera cipoleña que en plena crisis vende tortas fritas en la vereda de la escuela rural donde trabaja
En el Día del Trabajo, la historia de Violeta, portera cipoleña de una escuela rural. Crió sola a 6 hijos y dos viven con ella: "Un sueldo no alcanza".
02/05/2024 MUNICIPIOSEn el Día del Trabajo, la historia de Violeta, portera cipoleña de una escuela rural. Crió sola a 6 hijos y dos viven con ella: «Un sueldo no alcanza».
Justo cuando llega el fotógrafo de LM Cipolletti a Violeta, la querida portera, le quedan muy pocos productos para exhibir en el humilde puestito que improvisa en la vía pública. Siempre con buena actitud y humor, suelta una sonrisa sabiendo que de algún modo se va a poder ilustrar la nota.
Es que el clima inestable acompañó para la venta de tortas fritas y rosquitas. De repente se nubló y refrescó y los clientes arrasaron con todo. En especial aquellos que pasaban por La Falda y se tentaron. Los que paran y le compran habitualmente y otros nuevos.
Su sobrina Verónica, fiel compañera, se las ingenia y consigue un par de rosquitas y tortas fritas más. Ahora sí que se pueden tomar imágenes significativas en la vereda de la escuela rural 121.
Ya cumplió con su labor en el establecimiento educativo y ahora esta luchadora también está por culminar su tarea adicional, con la que junta unos pesos extras en plena crisis.
Fue justamente la situación económica la que “hace poco más de un año” la motivó a ponerse a cocinar estas delicias que vende en la vía pública, a la salida del colegio.
“Es que los sueldos no alcanzan. Yo soy madre soltera de 6 hijos, 3 mujeres y 3 varones. Quedan dos conmigo, pero no se puede aflojar. Además, poné que tengo 4 hermosos nietos. Ayuda este ingreso cuando una está apretadita como ahora”, revela la mujer que cuenta con una larga trayectoria en el rubro docente.
“Acá llevo casi 9 años y en la escuela 142 estuve 16 años. Muchos chicos vi pasar que una quiere como si fueran propios”, asegura la histórica portera con evidente emoción.
Sobre el emprendimiento con el que intenta hacerle frente a la inflación en tiempos tan difíciles, recuerda: “Empezamos primero con las tortas fritas, luego le sumamos las empanadas que fueron un éxito, también la rosquita…”.
En los días grises, sale el sol para ellas. “Trabajamos mucho cuando está nublado o lloviendo, la gente lleva más. Hoy en día cobramos apenas 3.500 pesos la docena y 1.800 la mitad, o sea la media docena. A veces se vende más torta fritas y a veces salen mucho las rosquitas, que son riquísimas”.
Acerca del perfil de los clientes asegura: “Nos compra la gente que pasa, conocidos, amigos, algunos padres de los alumnos”.
La receta de las tortas fritas y rosquitas
Luego confía los secretos de los manjares. “Amasamos todo nosotras. El secreto es la buena onda. Las rosquitas las hacemos con dos huevos, levaduras, azúcar, ralladura de limón, naranja etc. Y las tortas fritas más fácil, levadura, sal y no mucho más”, explica.
Agradece tanto a los clientes como a las generosas autoridades de la escuela, que incentivan a la gente a comprarles: “Los mismos maestros dicen allá están los porteros, vendiendo torta fritas, aprovechen…”.
Bromea con su sobrina, a la que tiene “cortita” según admite Vero con una sonrisa. Ella, su tía, también está feliz y “contenta porque se puede salir adelante. A veces arrancamos a las 8 de la mañana, o a las 6, según el clima. Agradecerles a todos y desearles un feliz día este 1 de mayo”, culmina Violeta, un ejemplo de laburante, una mujer que no está al horno pese a todo porque la pelea cada día con mucha garra.
Violeta también, en este caso, es color esperanza…