Imperdible: el último arreo del norte neuquino visto desde el aire

Una pasión que contra todo pronóstico se resiste a desaparecer. Tanto es así que la Ruta 43 no se puede concebir sin animales y arrieros a sus costados o cuando no queda otra sobre la cinta asfáltica.

Un emprendedor audiovisual logró captar el pasado viernes el último arreo de la temporada por la mítica ruta 43. Fue a la altura del paraje La Primavera.

El norte neuquino es magia, es autenticidad y sobre todo es tradición y costumbres. Estas cualidades ancestrales acompañan a los arreos, a la hoy marketinera Trashumancia, desde siempre. Una pasión que contra todo pronóstico se resiste a desaparecer. Tanto es así que la Ruta 43 no se puede concebir sin animales y arrieros a sus costados o cuando no queda otra sobre la cinta asfáltica.

Nadie puede negar que sea un trabajo cargado de esfuerzos y sacrificios extremos, a veces hasta perder la vida. Pero tampoco nadie puede negar que ésta raigambre cultural viene en el ADN de cualquier habitante de este rincón provincial. Es por esta razón que siempre habrá algún campesino que abrace este acervo tan característico y único y le dé la continuidad necesaria en el tiempo del futuro. Este año los valientes crianceros tuvieron un enemigo inesperado en el regreso de sus veranadas de las altas cordilleras: un invierno anticipado. Es así que muchos se encontraron en el camino con temporales de lluvias y nieve. Aún así persistieron en su labor y lograron llegar con la ayuda de todos a sus invernadas, para ya en noviembre con las fuerzas renovadas volver a cumplir el cíclico ritual.

El último arreo y las nuevas tecnologías
El viernes 31 de mayo la llamada “ruta de los arreos”, la Ruta provincial 43, fue testigo del andar del último regreso de las invernadas de un criancero y su impresionante tropa. En la perfecta y armoniosa geografía del paraje La Primavera y en medio del clima frío propio del invierno anticipado un joven de Huinganco logró captar unas increíbles imágenes aéreas con los nuevos dispositivos tecnológicos que permiten dimensionar desde otra perspectiva esa ambivalencia de una misma actividad: la belleza y el sacrificio.

Juan Gabriel Sepúlveda, titular del emprendimiento audiovisual Septron, logró captar con un drone el último arreo bajando de las alturas del norte neuquino. “Sinceramente no tengo idea de quién era el dueño del piño de ese día. Estimo que tiene que haber sido de alguna invernada cercana, porque no llevaban apoyo logístico. Esas imágenes las hice cerca de la primavera entre Chos Malal y Huinganco”, contó el joven en contacto con LMNeuquén. Respecto a la grabación del video contó: “Siempre me gustó la fotografía y siempre que puedo salgo con el equipo para grabar o hacer fotos. Más que nada para intentar mostrar la cultura y los paisajes del norte neuquino que muchas veces no se difunden tanto como otros sectores de la provincia”.

Todo ligado siempre a los arreos
La historia de Juan Gabriel, como la de todos los habitantes del norte neuquino de una y otra manera siempre está ligada al campo y a los arreos. “Mis padres José Lisandro Sepúlveda y Alicia Troncoso siempre tuvieron animales. Nada muy grande, solo para consumo familiar. Así que tengo la suerte de conocer de cerca la vida del productor y la cultura de la zona”, relató. En este sentido se mostró también orgulloso de andar los mismos lugares de veranada e invernada que anduvieron y trabajaron sus abuelos Lisandro Sepúlveda y Orfelina Cerda.

Para poner en valor esa historia y la historia de tantos crianceros del norte neuquino, Juan desde hace unos 10 años comenzó con su emprendimiento “Septron” y desde entonces son muy conocidas sus postales y videos de los arreos y de todo el trabajo que implica la Trashumancia. Para quienes deseen saber más de su tarea audiovisual lo pueden encontrar en Instagram como juangabrielseptron.

Fuente: La Mañana Neuquén