Lula defiende en la OIT la tributación de los superricos y la lucha contra el hambre
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó, ayer jueves, que el bienestar de la población está vinculado a los compromisos de preservar el medio ambiente y defendió la relación entre capital y trabajo para minimizar las desigualdades sociales.
18/06/2024 EL MUNDOEl presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó, ayer jueves, que el bienestar de la población está vinculado a los compromisos de preservar el medio ambiente y defendió la relación entre capital y trabajo para minimizar las desigualdades sociales. Lula habló en la sesión de clausura del foro inaugural de la Coalición Mundial por la Justicia Social en el ámbito de la 112ª Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra, Suiza.
Al enumerar varios problemas que es necesario afrontar para mejorar la calidad del trabajo en el mundo, el brasileño afirmó que la OIT es aún más relevante dados los desafíos que existen hoy. El foro es una iniciativa del director general de la OIT, Gilbert Houngbo, junto al cual Lula ejercerá la copresidencia de la coalición.
“No hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia con desigualdad. Por eso acepté la invitación del Director General Gilbert de copresidir la Coalición Mundial por la Justicia Social. Será fundamental para implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El ODS 8 [Objetivo de Desarrollo Sostenible 8] sobre Trabajo Decente para Todos no avanza a la velocidad y escala necesarias para alcanzar sus indicadores”, afirmó Lula, recordando que “la informalidad, la precariedad y la pobreza son persistentes”.
Empleos informales
“El número de personas con empleos informales saltó de aproximadamente 1.700 millones en 2005 a 2.000 millones este año. Los ingresos laborales siguen cayendo para quienes tienen menos educación. Las nuevas generaciones no encuentran espacio en el mercado. Muchos no estudian ni trabajan y hay un alto desánimo. Casi 215 millones, más que la población de Brasil, viven en la pobreza extrema, a pesar de tener empleo. Las desigualdades de género, raza, orientación sexual y origen geográfico están agravando este escenario”, destacó.
Para Lula, la relación entre capital y trabajo es importante para minimizar las desigualdades sociales. “Recuperar el papel del Estado como planificador del desarrollo es una tarea urgente. La mano invisible del mercado no hace más que empeorar las desigualdades. El crecimiento de la productividad no ha ido acompañado de aumentos salariales, lo que ha generado insatisfacción y mucha polarización. No se puede hablar de economía y finanzas sin hablar de empleo e ingresos. Necesitamos una nueva globalización, una globalización con rostro humano”, afirmó.
El presidente defendió la tributación de los superricos y recordó que la justicia social y la lucha contra las desigualdades son prioridades para la presidencia brasileña del G20, grupo de las 20 mayores economías del mundo. “Estamos debatiendo cómo promover una transición justa y utilizar tecnologías emergentes para mejorar el mundo del trabajo. Nuestra iniciativa prioritaria, la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, busca acelerar los esfuerzos para eliminar estos flagelos. Brasil está impulsando la propuesta de gravar a los superricos en los debates del G20”, afirmó.
“Nunca antes el mundo había tenido tantos multimillonarios. Estamos hablando de 3.000 personas que poseen casi 15 billones de dólares en activos. Esto representa la suma de la riqueza de Japón, Alemania, India y el Reino Unido. Es más de lo que se estima que necesitan los países en desarrollo para hacer frente al cambio climático. La concentración de ingresos es tan absurda que algunos individuos tienen sus propios programas espaciales. No necesitamos buscar soluciones en Marte. Es la Tierra la que necesita nuestros cuidados”, añadió el presidente, en referencia al multimillonario Elon Musk, propietario de la empresa de exploración espacial Space X.
Transición ecológica y digital
Lula también recordó que el bienestar de los ciudadanos está directamente vinculado al compromiso, “que debe ser compartido por todos”, con la preservación del medio ambiente. Para el presidente, abordar el cambio climático debe centrarse en la transición energética en la promoción del desarrollo sostenible en sus dimensiones económica, social y ambiental.
“Los bosques tropicales no son santuarios para el placer de la élite global, ni pueden ser tratados como depósitos de riqueza para exportar. Debajo de cada árbol viven trabajadores que necesitan empleo e ingresos. La sociobioeconomía, la industrialización verde y las energías renovables son grandes oportunidades para aumentar el bienestar colectivo e implementar la transición justa que defendemos”, dijo Lula, destacando también que la transición ecológica debe pensarse junto con la transición digital.
“Las acciones y políticas encaminadas a desarrollar habilidades digitales y sostenibles serán fundamentales en una economía global cada vez más descarbonizada e intensiva en tecnología […]. La inteligencia artificial transformará radicalmente nuestra forma de vida. Habrá que actuar para que sus beneficios lleguen a todos y no sólo a los mismos países que siempre se llevan la mejor parte. De lo contrario, tenderá a reforzar los sesgos y jerarquías geopolíticas, culturales, sociales y de género”, afirmó.
Finalmente, el presidente destacó la importancia de poner en marcha la coalición y defendió una vez más la participación más igualitaria de los países en desarrollo en los órganos de gobernanza global.
“La coalición que lanzamos hoy será una herramienta central para construir una transición con justicia social, trabajo decente e igualdad. Esto será particularmente importante en este contexto de transición hacia un orden multipolar, que requerirá cambios profundos en las instituciones. Por eso Brasil trabajará por la ratificación de la Enmienda de 1986 a la Constitución de la OIT, que propone eliminar los puestos permanentes de los países más industrializados en el consejo de la organización”, afirmó.
“No tiene sentido pedir a los países en desarrollo que contribuyan a resolver las crisis que enfrenta el mundo hoy sin que estén adecuadamente representados en los principales órganos de gobernanza global. Nuestras decisiones sólo tendrán legitimidad y eficacia si se toman e implementan democráticamente”, añadió el presidente.
Coalición Mundial
Lanzada el año pasado, la Coalición Mundial para la Justicia Social cuenta ahora con más de 250 miembros, incluidos gobiernos, organizaciones de trabajadores y empleadores, organizaciones e instituciones financieras multilaterales y nacionales, organizaciones académicas y organizaciones no gubernamentales internacionales.
La Conferencia Internacional del Trabajo es la reunión anual de los 187 Estados Miembros de la OIT y, este año, se lleva a cabo del 3 al 14 de junio.
La delegación brasileña cuenta con miembros del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además de representantes de la sociedad civil y sindicatos vinculados a trabajadores y empresas. El ministro de Trabajo, Luiz Marinho, se unió a ellos el lunes (10).