Por la crisis hay cada vez más cuidacoches en Rosario: cuáles son las zonas más sensibles

Desde el municipio calculan ese incremento como consecuencia de la cantidad de personas en situación de calle. Cómo interviene el municipio

Desde el municipio calculan ese incremento como consecuencia de la cantidad de personas en situación de calle. Cómo interviene el municipio

La actividad de los cuidacoches se incrementó de manera considerable en Rosario por la crisis social y económica que atraviesa el país. En la mayoría de los casos relevados por la Secretaría de Control municipal involucra a personas en situación de calle y, en otros casos, con pedidos de captura activos por la Justicia penal. Entre las denuncias abundan el excesivo hostigamiento a cambio de dinero, agresiones verbales o físicas o disturbios en la vía pública. Cuál es el camino a seguir para enfrenar esta problemática y qué se propone desde el Concejo Municipal y la Legislatura provincial.

Desde el 18 de abril el municipio ya relevó un total de 320 personas que intentan obtener ingresos económicos a través de esa actividad ilegal, pero estiman que ese número seguirá creciendo. Las iniciativas presentadas en el Concejo pivotean entre la prohibición total y definitiva hasta una reglamentación ordenada bajo un registro de personas que se dedican a esta actividad para poder brindarles otras herramientas.

Sin embargo, en medio de esa discusión polémica que ya lleva años sin solución intentó desembarcar un sindicato oriundo de La Plata encabezado por un policía exonerado de la fuerza y ex barra de Estudiantes, quien purgó una condena por homicidio. Eso reavivó la polémica a un conflicto de vieja data y sin solución.

Un actividad que creció a la par de la crisis
El secretario de Control y Convivencia del municipio, Diego Herrera, aseguró en declaraciones a La Capital que la actividad, que ya contaba con con una cantidad considerable, se expandió en los últimos tiempos a raíz de la crisis social que atraviesa el país.

«Calculamos que se incrementó como consecuencia de personas que viven en situación de calle. De esos 320 que relevamos, seguramente hay alrededor de un grupo de 20 personas que va rotando en diferentes turnos en cada sector», precisó.

«Lo que hicimos desde el 18 de abril es implementar un dispositivo con las direcciones de Control Urbano, de Proximidad y la Policía de Santa Fe durante mañana, tarde y noche, a lo largo y a lo ancho de 17 cuadrículas que diagramamos en base a las estadísticas proporcionadas por las denuncias al 147 y 911», comentó.

Apuntó que se trata de las zonas «más concurridas» por los rosarinos. Entre las irregularidades se encuentran el cobro de tarifa fija, ocupación indebida o reserva estacionamiento entre baldes o tachos; actos de violencia tales como amenazas, insultos o agresiones físicas a vecinos o quienes van locales gastronómicos.

Cuántos cuidacoches fueron detenidos
Desde abril ya hubo 15 detenciones por diferentes irregularidades en torno a esta actividad ilegal. En esos operativos, un cuidacoches portaba una arma blanca; dos llevaban pinzas y alicates, pero no se registró presencia de armas de fuego. En tanto, tres trapitos poseían pedidos de captura, mientras que el resto se encontraba alcoholizado o denunciado por agredir al dueño del vehículo o provocar disturbios en la vía pública.

«Es sabido que cuando alguien no quiere colaborar o no tiene dinero, el cuidacoches se pone violento. O también sucede que el cuidacoches está alcoholizado y provoca disturbios», mencionó para apuntar que «otro punto muy denunciado paseo del siglo principalmente por Rioja, y también la zona de La Florida», aseguró Herrera.

Dónde se realizan los operativos de control
Los operativos realizados por la Secretaría de Control en conjunto con la Policía provincial se llevaron a cabo en el Paseo del Siglo; Pichincha; la zona del hospital Centenario y barrio Agote; bulevar Oroño; Paseo Pellegrini; el entorno del Parque España y la costanera central; el sector del Monumento Nacional a la Bandera y el Concejo Municipal; y el entorno del Centro Municipal de Distrito Centro.

El municipio busca apostar a la «presencia constante» de inspectores en la calle. «Tratamos de que no se sobrapasen con la gente, los identificamos y cuando no cuentan con DNI, se solicita a través de la policía la averiguación de antecedentes», dijo.

Qué proponen desde el Concejo
La concejal del bloque Iniciativa popular, Fernanda Gigliani, recordó que cuenta con un proyecto presentado para abordar la problemática desde una perspectiva que no implique sólo una decisión punitiva. En declaraciones a este medio remarcó la importancia aplicar una transición ordenada «casi artesanal» para poder encontrar una solución.

«Estoy convencida que está cuestión no se resuelve sólo con el ejercicio de la fuerza. Estamos hablando de gente que esta hace rato fuera del sistema, por eso la solución tiene que ser de fondo», propuso Gigliani en contracara con otros puntos de vista que intentan instalarse desde el Palacio Vasallo.

«No se trata de instituir el trabajo de los cuidacoches sino generar un período de transición donde la Municipalidad haga un relevamiento para poder conocer la situación económica y social de esas familias y empezar a articular casi artesanalmente proyectos de vida alternativos», argumentó respecto a lo que se trató del primer proyecto de ordenanza en la materia.

El concejal del PRO, Cardozo Cardozo, sostuvo que «la única manera de combatir la proliferación de cuidacoches organizados como mafia es a partir de un trabajo conjunto coordinado entre la Municipalidad y la provincia. Lamentablemente no se pudo conseguir en los años anteriores y afortunadamente se está haciendo ahora, de manera sistemática».

En ese marco, destacó que cayeron muchas personas con antecedentes o pedidos de captura y que los resultados de los operativos controlados y ordenados están a la vista.

«Creemos que se debe seguir adelante y no bajar la guardia en zonas críticas tales como Paseo Pellegrini y sus adyacencias como Cochabamba o Montevideo, o Pichincha. Casos a la vista son las áreas controladas como ocurrió en el Festival Bandera y en la zona del Estadio Cubierto de Newell’s, cuando jugó Argentina vs. Serbia en vóley, y como también vamos a seguir insistiendo en el Encuentro de Colectividades, donde funcionó un estacionamiento controlado a beneficio de hospitales», precisó.

Cardozo mencionó que hay dos proyectos ingresados a la Legislatura provincial para prohibir la actividad. Uno lleva la firma del diputado provincial Walter Ghione (Bloque Uno) y el otro, de Germán Scavuzzo (UCR), ambos integantes del frente Unidos.

A su vez, insistió en la prohibición de la actividad en la zona donde funciona el estacionamiento medido y alrededores de canchas de fútbol.

«Todos los niveles del Estado están convencidos de que se debe avanzar sobre este tema, aunque queda un tema pendiente para la política, la Justicia y las fuerzas de seguridad, que son los estadios de fútbol. Espero que tengamos la madurez y la valentía para encarar un tema delicado, que tiene muchas aristas extra», concluyó.

Cuidacoches: una mirada social más allá de la ilegalidad
El exsecretario de Salud Pública municipal y actual concejal por el Frente de la Soberanía, Leonardo Caruana, ofreció una mirada más amplia respecto a esta actividad con ribetes polémicos por la realidad empírica del día a día.

«Estamos hablando de que 1 millón de niños no comen dos comidas en la Argentina, del aumento de la pobreza y la indigencia y de un crecimiento de familias en situación de calle. Entonces el foco prioritario es qué hacemos con los que se vuelcan a la calle a buscar recursos. En este escenario es necesario regular, ya que hubo varios intentos de regulación desde el Estado municipal que sabemos no funcionaron y nunca se sostuvieron en el tiempo», planteó.

En ese sentido, puntualizó: «No se puede regular para unos y para otros no. Es decir regular para el que le molesta la presencia de cuidacoches en calle y no para el que es cuidacoche en la calle. Porque lo que hacemos es fomentar la violencia entre rosarinos, en una ciudad cuyo clima social es de vulnerabilidad también».

A su vez, subrayó que no todo es lo mismo y la generalización complica el diagnóstico y el diseño de una política.

«A veces nos enteramos de los casos de los que sufrieron agresiones de parte de un cuidacoche pero hay quienes consideran al cuidacoche de su cuadra a alguien que lo cuida, que lo ayuda a cruzar, si se trata de un adulto mayor y con niños, te ayuda a estacionar, te da información», comentó.

Y aclaró: «No son todo lo mismo, muchos tienen un vínculo estable y sostenido con los vecinos y vecinas y otros están relacionados con eventos deportivos o grandes recitales y responden a organizaciones delictivas».

Por eso planteó que un modo posible a tomar es el de las ferias de economía social, que regula, capacita, brinda recursos, establece horarios y registros. Y así otorga organicidad a una actividad que surge con alguien que se pone a vender algo en el espacio público».

Fuente: La Capital