Universidades nacionales: ¿última estocada antes de transferirlas a las provincias?

El ahogo presupuestario y el veto a la Ley de Financiamiento ¿forman parte de un plan? El antecedente neuquino con Carlos Menem.

El ahogo presupuestario y el veto a la Ley de Financiamiento ¿forman parte de un plan? El antecedente neuquino con Carlos Menem.

La educación universitaria pública nacional, la única que todavía permanece bajo control del Estado, sufrió una nueva estocada este sábado con el anuncio del veto presidencial a la recién aprobada Ley de Financiamiento.

La pulseada a capa y espada de Javier Milei por mantener el déficit cero choca con los alcances de la norma votada por los senadores que implicaría para este año un costo fiscal de 0,14% del PBI, equivalente a $738.595 millones, según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Además, el financiamiento plantea una actualización para los salarios de docentes y no docentes que atraviesan el peor momento de la historia reciente, al punto que, en el caso de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), se tuvo que declarar la emergencia en este rubro; un varapalo que desalienta a la mejor materia gris de la región a tomar horas cátedras con el impacto que tal dificultad supone para la calidad educativa.

Las universidades nacionales de Río Negro y San Martín presentaron recientemente un informe, publicado y avalado por el Comité Ejecutivo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), en el cual evalúan el deterioro en la situación salarial de los trabajadores y las trabajadoras docentes y no docentes de las universidades nacionales.

El documento destaca que los salarios de más del 85% de las y los docentes están por debajo de la línea de pobreza. A la vez, más del 60% de las y los no docentes se encuentran en esa situación.

Es decir, el bochazo a la Ley de Financiamiento aprobada por el Senado no solamente deja a las universidades libradas a su suerte para afrontar los gastos fijos, sino que supone un brutal mazazo para profesores que todavía defienden a la educación pública pese al empobrecimiento de su economía personal y familiar.

La radicalización de Milei en sostener el déficit cero, como se ve, parece ir más allá del equilibrio de las cuentas públicas e insinúa una evidente maniobra de desmontar una estructura, como la de las universidades, a las que desprecia decididamente.

El camino de Carlos Menem
En ese tren, no resultaría desatinado descartar que el líder libertario quiera desprenderse de la educación universitaria para transferirla a las provincias, tal como Carlos Menem lo hizo en 1992. Durante ese año el gobernador de la época, Jorge Sobisch, terminó de recibir el Colegio Normal de Zapala (actual IFD 13) y el Colegio San Martín (IFD 12) que incluía desde los niveles inicial hasta terciario superior.

La diferencia ahora podría ser que ese modelo no incluya los recursos para sostener a las universidades tal como se plantea en la actualidad con el ajuste salvaje, sino que las provincias asuman la responsabilidad de sostenerlas si es que les interesa su supervivencia.

Desde hace unas décadas, pero especialmente desde el gobierno de Mauricio Macri, ocasión en la que las universidades comenzaron a desfinanciarse, la Provincia, comenzó a asistir con recursos a la UNCo. Posteriormente, tras la llegada del MPN al poder municipal, la ciudad también empezó a hacer aportes, a diferencia del extinto Horacio Quiroga quien siempre mantuvo una relación conflictiva con la institución y se desmarcó convenientemente de sus pesares financieros.

Paradójicamente, la UNCo nació como Universidad Provincial del Neuquén, fundada por Felipe Sapag. ¿Será ese el futuro que se fragua en los altos hornos mileístas? La paralización de la obra pública para que se las provincias se hagan cargo de sus ejecuciones y la eliminación de subsidios al transporte en el interior del país son dos ejemplos que no deberían desestimarse.

Todas estas hipótesis seguramente formarán parte de la discusión en las campañas electorales de las legislativas del año que viene por lo cual, seguramente, la UNCo no será ajena pues para el sentimiento de la gente de Neuquén es mucho más que una institución académica y difícilmente se resignen a verla desaparecer.

Por Alfredo Enrique

Fuente: La Mañana Neuquén