Qué hay detrás del abrazo de Milei a China 

Argentina ya está estructuralmente asociada a China. Pero además, Milei hasta ahora no consiguió del "mundo democrático", como le gusta decir, el apoyo financiero esperado.

Argentina ya está estructuralmente asociada a China. Pero además, Milei hasta ahora no consiguió del «mundo democrático», como le gusta decir, el apoyo financiero esperado.

El nuevo giro en el aire del presidente Javier Milei para apoyar abiertamente a China luego de haberla defenestrado públicamente es la frutilla del postre de una larga lista de gestos y acciones de acercamiento entre la administración libertaria y Beijing. Por detrás del abrazo a China está la ausencia de nuevas inversiones y de financiamiento de parte del «mundo democrático», como le gusta decir al mandatario, sumado al hecho obvio de que Argentina tiene ya una fuerte dependencia de corte estructural respecto del gigante asiático. «Yo no haría negocios con China. Yo no vendo mi moral ni hago pactos con comunistas», dijo el Presidente en una entrevista. El concepto, con leves modificaciones, fue repetido varias veces. Pero ahora la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, viajará en noviembre a ese país para participar de una feria de negocios y negociar temas vinculados al swap, las represas y la ampliación del parque solar Cauchari, en Jujuy. Y el propio Javier Milei hará lo propio, según adelantó, en enero para participar nada más y nada menos que de la cumbre de la Celac en Beijing, un agrupamiento que en cualquier otro momento el Presidente podría haber tildado de una «manga de soretes», o tal vez algo mucho peor.

El domingo, Milei le dijo a Susana Giménez que “China es un socio comercial muy interesante porque ellos no exigen nada. Lo único que piden es que no los molesten”. Hace un año, el Milei candidato decía: «No solo no voy a hacer negocios con China. No voy a hacer negocios con ningún comunista. Soy defensor de la libertad, la paz y la democracia. Los chinos no entran ahí, Putin no entra ahí».

Real politik
Desde la campaña electoral hasta esta parte, Milei tuvo muchos más gestos retóricos de enemistad hacia China que actos concretos de gobierno en esa dirección. En el comienzo de su gestión, el gobierno libertario anunciaba la renuncia a sumarse al grupo de economías emergentes BRICS, bloque del que China es miembro junto con Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, justificando que los nuevos ejes de política exterior diferían de los del anterior gobierno de Alberto Fernández. También en los albores de la administración libertaria, se dieron señales de cierta ambigüedad respecto de la relación con Taiwán, que es una línea roja para la China continental.

Pero lo cierto es que fuentes con conocimiento de la relación con China vienen advirtiendo desde hace varios meses que el gobierno libertario trata de aceitar el vínculo con Beijing. El disparador fue la necesidad de renovar el swap de monedas, que exigía en junio un pago de 5 mil millones de dólares de parte del Banco Central, algo que hubiera hecho explotar por el aire el programa económico de Milei.

La canciller Diana Mondino viajó a finales de abril a Beijing acompañada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili. En junio, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció el entendimiento, que contempló evitar devolver el tramo utilizado por el gobierno anterior y además una extensión del plazo para el pago de intereses hasta junio del año próximo. No fue un impedimento las declaraciones de Mondino acerca de que «son chinos, son todos iguales”, en relación a la supuesta actividad militar en la base espacial de Neuquén.

Mangueo
En enero, Milei republicaba en en la red social X: “La izquierda quiere para vos: el salario de Cuba, la Libertad de Corea del Norte, la justicia de China y la abundancia de Venezuela”. La semana pasada, Milei celebró que “tuvimos una reunión con el embajador –de China– y al otro día nos destrabaron el swap”, y anticipó que viajará a Beijing en enero para la cumbre de la Celac. Ante la sugerencia de Giménez sobre pedir un «taxi aéreo», Milei dijo: Total, si voy de mangueo, mangueo más.

Ernesto Fernández Taboada, Director Ejecutivo del Consejo Argentino Chino, referente a la hora de analizar la relación bilateral, comentó a Página/12 que «celebramos que se reconozca que China como un aliado importante en cuanto a tecnología, inversiones y comercio. En el país hay unas 75 empresas chinas que están trabajando en diferentes ámbitos y creemos que pueden venir más en función de que las relaciones políticas sean sostenidas y amigables. Quizás anteriormente hubo algún apresuramiento en las declaraciones. Estamos seguros de que las autoridades han recapacitado y se han dado cuenta de lo valioso que es tener una buena relación con China».

Lo cierto es que por detrás del acercamiento a China hay una fuerte necesidad de obtener divisas que el gigante asiático provee por el lado comercial y en las inversiones, dado que el «mundo democrático», como le gusta(ba) decir a Milei, hasta ahora no le ha ofrecido al gobierno los dólares necesarios para profundizar su plan.

Entre las inversiones de China en el país se destacan las represas hidroeléctricas del sur y el Belgrano Cargas, proyectos de infraestructura acordados país-país que están parados a la espera de que políticamente haya un puntapié.

En el caso de las represas, se calcula que la central Cepernic cuenta con un grado de avance del 41 por ciento, mientras que en la presa Kirchner sería del 20 por ciento. Ya habría cerca de 2500 millones de dólares invertidos. Por ahora, las obras están paralizadas. En tanto, la modernización del Belgrano Cargas, con fondos chinos, está contemplada en el Presupuesto 2025.

China también cuenta con fuertes proyectos de inversión en el sector del litio y minería, entre otros sectores, y ahora podría sumarse la instalación de una fábrica automotriz en Córdoba, según dijo el embajador Wang Wei. Asimismo, China es el segundo mayor socio comercial de Argentina, detrás de Brasil.

Fuente: Página 12