Río Cuarto: Ante la difícil situación económica, cierra el Comedor Arveja Esperanza

A pesar de la creciente demanda no pudo sostenerse por la falta de recursos. En el lugar trabajaban 15 mujeres que aportaban el 10% de su ingreso para pagar el alquiler y poder brindar meriendas y cenas en Jardín Norte

A pesar de la creciente demanda no pudo sostenerse por la falta de recursos. En el lugar trabajaban 15 mujeres que aportaban el 10% de su ingreso para pagar el alquiler y poder brindar meriendas y cenas en Jardín Norte

Cuando la inflación carcomió los ingresos y hubo una fuerte pérdida de poder adquisitivo, precarización del empleo y aumento de la desocupación, los comedores comunitarios trabajan incansablemente para garantizar un plato de comida a las personas que se acercan a pedir ayuda. La demanda no paró de crecer en los últimos meses y hoy el sostenimiento de estos espacios populares se torna cada vez más difícil y a veces imposible, como le ocurrió al Centro Comunitario “Arveja Esperanza”, que funcionaba desde hace más de 7 años en el barrio Jardín Norte y se vio obligado a cerrar sus puertas.

El Centro Comunitario Arveja Esperanza ayudaba a cientos de personas con copa de leche, cena y viandas. El “Arveja”, como lo llaman quienes integran el espacio, impulsaba además diferentes actividades recreativas y culturales.

El comedor estaba organizado por 15 mujeres de ese barrio, en su mayoría jefas de familia. “Entre nosotras aportábamos el 10% de nuestro ingreso para pagar el alquiler del lugar donde funcionaba el merendero y al quedar nuestro salario congelado, se hizo imposible continuar haciendo ese aporte”, comentó Paula Salvo, una de las coordinadoras del lugar.

Durante su funcionamiento acompañaban a 65 familias, un total de más de 150 personas. “Si bien recibíamos ciertos aportes puntuales del Municipio, la mayoría de los recursos para elaborar las viandas lo conseguíamos nosotros, haciendo rifas, buscando donaciones, recibiendo ayuda de otros comedores, rebuscándonosla entre nosotros”, agregó.

En el último año, la demanda de personas que iban a buscar la merienda y la cena creció fuertemente, con personas mayores, adultos que tienen trabajo y que aun así no llegan a fin de mes y muchas otras desempleadas.

Las trabajadoras populares del “Arveja” esperan volver a tener un lugar en donde puedan ayudar a la gente: “Nosotras hacemos este trabajo sin recibir ninguna remuneración, lo hacemos de corazón; sin embargo, es un trabajo muy complejo y nos duele saber que familias del Jardín Norte se van a quedar sin cenar o merendar. La verdad es que ya no sabemos cómo hacer para poder seguir brindando esta asistencia; el alquiler del lugar aumentó más del 300% y la boleta de luz llegó a 100 mil pesos, siendo que sólo tenemos una heladera enchufada”, explicó Paula Salvo.

Para Carolina Bustos, otra de las trabajadoras, la lucha por sostener el espacio continúa: “Es una tristeza muy grande, porque son muchos años de trabajo y la razón del cierre es exclusivamente económica. Nosotras creemos que ha habido muchas políticas de ajuste a nivel nacional que han ido impactando en lo local, desde la eliminación de la ley de alquileres que nos afecta directamente hasta el aumento de los servicios”.

Además del comedor comunitario, en el mismo lugar funcionaba “El Galponcito”, un espacio de educación popular orientado a actividades culturales y recreativas para las infancias y juventudes. Cuando se les pregunta sobre sus sensaciones ante el cierre del espacio, reflexionan: “Nosotras todavía no lo asumimos. De un mes para otro tenemos que dejar de hacer el trabajo en el que venimos remando hace 7 años. Estamos muy tristes porque a la mayoría de la gente la conocemos, conocemos sus historias, su vida. Al cerrar este comedor, muchas personas deben recorrer mayores distancias para acceder a un plato de comida y sabemos que varias de ellas no tienen movilidad, ni nadie que los acompañe. Es muy difícil; nosotras sentimos que es dejarlos a la deriva y la verdad nos duele el corazón. Vamos a seguir trabajando para ver qué inventamos porque todos estamos luchando por un mismo objetivo”, concluyó.

Fuente: Puntal