El Gobierno confirmó que pisa las paritarias

En plena polémica, Francos dijo que "si uno permite que los salarios se vayan más allá de lo que se ha establecido como pauta, los precios después aumentan". 

En plena polémica, Francos dijo que «si uno permite que los salarios se vayan más allá de lo que se ha establecido como pauta, los precios después aumentan».

Un alto funcionario del Gobierno Nacional blanqueó públicamente que, a diferencia de lo que dice el Presidente Javier Milei, el Ejecutivo está pisando las paritarias y presionando a las partes para que cierren acuerdos salariales a la baja. El encargado de formalizar lo que ya se daba de hecho fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien explicó en declaraciones televisivas que «si uno permite que los salarios se vayan más allá de lo que se ha establecido como pauta, como tope, los precios después aumentan y los mismos que reclaman por aumento de salarios, vuelven a reclamar».

Además, le consultaron si esto era un ancla para la inflación, a lo que Francos respondió que «todo es un ancla para la inflación, pero esto no es recortar el salario, sino establecer la relación de los ingresos con los índices de inflación». Aquí el funcionario muestra, además, que el Gobierno quiere frenar sí o sí los sueldos porque no está seguro de cómo comandar una economía de precios estables si los ingresos poblacionales suben. En síntesis, no sólo tienen anclado el dólar sino, también, los salarios y pone a la economía en el freezer para ver si puede llegar a las elecciones con los precios contenidos. En paralelo a esa declaraciones del ministro Francos, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, también habló del tema y pidió cambiar la discusión por los salarios y que se haga por regiones, citando el caso de países de Europa.

Las declaraciones del jefe de Gabinete confirman lo que Página I12 contó en su edición del miércoles, respecto a la mano del Gobierno Nacional en las paritarias mercantiles. Caputo le ordenó al secretario de Trabajo, Julio Cordero, tumbar el acuerdo paritario de Comercio en una reunión de la cartera laboral y la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS) y la Cámara de Comercio (CAC), que preside Natalio Mario Grinnman, uno de los empresarios de mayor afinidad con Milei. En ese mitin, les pidieron a las partes algo inédito, que bajen los aumentos conseguidos en una discusión «entre privados». En principio, no lo consiguieron. Las partes se negaron.

A Caputo no le gustó que se comunicara una suba del 5,4 por ciento en la paritaria mercantil, muy por encima de la pauta homologable de entre 1 y 3 por ciento. El problema, además, es que ese acuerdo tiene una suba de casi el doble de la acordada. Por eso el ministro apuesta todo a tumbarla. Además, del costo total de los comercios y supermercados, el salario explica el 60 por ciento, es decir, ese aumentó se irá a precios en góndola sin mayores vueltas.

Comercio, el laboratorio de pruebas
La paritaria de Comercio cerró con subas de 1,9, 1,8 y 1,7 por ciento a pagar en los meses de mayo, junio y julio, respectivamente. Además, tiene sumas fijas mensuales con un primer tramo de 35 mil pesos, siendo el tercero y cuarto tramo, de 40 mil pesos. Este último, también, se incorpora al sueldo básico de julio.

De este modo, incorporando esos montos, la paritaria mercantil termina siendo del 9,6 por ciento, es decir, muy por encima de lo que el Gobierno quiere homologar.

En la reunión mencionada, Cordero les pidió a Grinnman y Cavallieri que entendieran que ese acuerdo «es inflacionario». El sindicato respondió que no se puede medir de esa manera lo que es la recuperación del ingreso de los trabajadores. Y Grinnman quedó en una posición incómoda, porque el Gobierno lo contaba entre los ceos que podían ayudar, pero aquí aparecía validando una paritaria por encima de la media

Sturzenegger quiere discutir por región
En este escenario, Sturzenegger aportó otra visión al tema y pidió modificar las formas de negociar sueldos. «Argentina tiene negociaciones salariales que son sectoriales nacionales. Alemania tiene negociaciones salariales que son regionales. Otro país que tiene el mismo sistema que argentina es Italia», explicó el funcionario.

El problema con este enfoque del Gobierno es que obligaría a cambiar la legislación laboral actual, porque los convenios colectivos no dan lugar a la posición que plantea el funcionario nacional.

En este sentido, Sturzenegger profundizó al manifestar que «Argentina tiene un arreglo salarial que es el mismo para todo el territorio nacional». En la misma línea, sumó que  «eso le impone al mercado laboral una rigidez que no permite ni siquiera tomar en cuenta las condiciones regionales o de productividad».

Fuentes oficiales aseguran que, en realidad, lo que plantea Sturzenegger no es algo casual sino que es parte de una agenda legislativa que el Gobierno Nacional busca introducir luego de las elecciones, cuando espera tener mayor respaldo de votos propios en el Parlamento.

Fuente: Página 12