COP30: Lula insta a “derrotar a los negacionistas” del cambio climático y alerta sobre los riesgos de ignorar la evidencia científica

La trigésima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático comenzó este lunes 10 de noviembre en Belém, la primera sede amazónica en la historia de las COP.

La trigésima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático comenzó este lunes 10 de noviembre en Belém, la primera sede amazónica en la historia de las COP. La cumbre abrió marcada por la ausencia de Estados Unidos —segundo mayor emisor global— y por el desafío urgente de mantener vivo el esfuerzo internacional para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C.

En la apertura oficial de la COP30, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó este lunes un mensaje contundente a la comunidad internacional: “Es momento de imponer una nueva derrota a los negacionistas”, advirtió al denunciar el avance de discursos que rechazan la evidencia científica sobre el calentamiento global.

La trigésima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático comenzó este lunes 10 de noviembre en Belém, y el debate está centrando en el desafío urgente de mantener vivo el esfuerzo internacional para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C.

Durante su intervención en la primera sesión plenaria, Lula criticó duramente la desinformación que alimenta el negacionismo climático.

“En la era de la desinformación, los oscurantistas rechazan no solo las evidencias de la ciencia, sino también los avances del multilateralismo. Controlan algoritmos, siembran odio y difunden miedo. Atacan a las instituciones, la ciencia y las universidades”, sostuvo el mandatario.

El presidente también defendió el Acuerdo de París en su décimo aniversario y lamentó el reciente retiro de Estados Unidos tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.

“Es mucho más barato luchar contra el cambio climático que hacer la guerra”, remarcó Lula, en alusión a los conflictos en curso, como la invasión rusa a Ucrania.

Un llamado a acelerar la acción climática
Lula alertó que, pese a algunos avances, el mundo sigue “a la velocidad equivocada”. “Al ritmo actual, aún vamos rumbo a un aumento superior a 1,5°C. Romper esa barrera es un riesgo que no podemos correr”, señaló.

En ese marco, instó a la comunidad internacional a actuar en tres frentes:

1. Cumplir los compromisos existentes y presentar metas climáticas más ambiciosas, con financiamiento para los países más vulnerables.
2. Acelerar la transición energética mediante un plan global para abandonar los combustibles fósiles.
3. Poner a las personas en el centro de la agenda climática, con medidas urgentes de adaptación y mitigación.

Más de treinta años después de la Cúpula de la Tierra, en Río de Janeiro, la Convención sobre el Clima regresa al país donde nació. Hoy, los ojos del mundo se vuelven a Belén con grandes expectativas. Por primera vez en la historia, un COP del clima tendrá lugar en el corazón del Amazonas.

En la imaginación global, no hay mayor símbolo de la causa ambiental que la selva amazónica. Aquí corren los miles de ríos e igarapets que forman el mayor embalse del planeta. Aquí viven miles de especies de plantas y animales que conforman el bioma más diverso de la Tierra. Aquí residen millones de personas y cientos de pueblos indígenas, cuyas vidas están desgarradas por el falso dilema entre la prosperidad y la preservación.

Ellos son quienes, diariamente, combinan en sus estilos de vida la legítima búsqueda de una existencia digna con la misión vital de proteger uno de los más grandes patrimonio natural de la humanidad. Es justo que sea el turno de las amazonas investigar lo que está haciendo el resto del mundo para evitar el colapso de su casa.
2025 es un hito para el multilateralismo.

Celebramos el 80 aniversario de la fundación de las Naciones Unidas y diez años desde la aprobación del Acuerdo de París. La fortaleza del Acuerdo de París radica en el respeto por el protagonismo de cada país en la definición de sus propios objetivos, a la luz de sus capacidades nacionales. Después de una década, se ha convertido en el espejo de las mayores cualidades y limitaciones de la acción multilateral.

Gracias al acuerdo, nos alejamos de las previsiones que predijeron un aumento de hasta cinco grados en la temperatura media mundial para finales de siglo. Demostramos que la movilización colectiva produce resultados. Pero el régimen climático no es inmune a la lógica de suma cero que ha prevalecido en el orden internacional.

En un escenario de inseguridad y desconfianza mutua, los intereses egoístas inmediatos han prevalecido sobre el bien común a largo plazo.

El año 2024 fue el primero en el que la temperatura media de la Tierra superó un grado y medio por encima de los niveles preindustriales. La ciencia ya indica que esta elevación se extenderá por algún tiempo o incluso décadas, pero no podemos abandonar el propósito del Acuerdo de París.

El informe de emisiones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que el planeta estará dos grados y medio más caliente para 2100. Según la hoja de ruta Baku-Belém, las pérdidas humanas y materiales serán drásticas. Es probable que más de 250.000 personas mueran cada año. El PIB global puede reducirse hasta un 30%

Por lo tanto, COP30 será el verdadero COP. Es hora de tomar en serio las alertas científicas. Es hora de enfrentar la realidad y decidir si tendremos o no el coraje y la determinación requeridas para cambiarla.

Para Brasil, COP30 será la culminación de un camino pavimentado a lo largo de nuestras presidencias del G20 y BRICS.

En el G20, ponemos sobre la misma mesa los ministerios de medio ambiente y finanzas de las 20 economías que representan alrededor del 80% de las emisiones mundiales. En BRICS reafirmamos la importancia central de la financiación del clima, la capacitación y la transferencia de tecnología. Esta Cumbre de Liderazgo es una innovación que estamos trayendo al universo COPs.

Las convergencias ya se conocen. Nuestro objetivo será enfrentar las diferencias. Nosotros los líderes podemos y debemos discutir todo más allá de los muros de la Convención. Las palabras pronunciadas aquí serán la brújula del viaje que realizarán nuestras delegaciones durante las próximas dos semanas.

La humanidad ha sido consciente del impacto del cambio climático durante más de 35 años, desde la publicación del primer informe del IPCC.

Pero se necesitó veintiocho conferencias para reconocer por primera vez en Dubai la necesidad de alejarse de los combustibles fósiles y detener e invertir la deforestación.

Le llevó un año adicional a Bakú admitir la posibilidad de expandir la financiación del clima a un billón y trescientos mil millones de dólares.

Belém honrará los legados de los COPs 28 y 29.
Acelerar la transición energética y proteger la naturaleza son las dos formas más efectivas de contener el calentamiento global. Estoy convencido de que a pesar de nuestras dificultades y contradicciones, necesitamos hojas de ruta para, de manera justa y planificada, invertir la deforestación, superar la dependencia de los combustibles fósiles y movilizar los recursos necesarios para alcanzar estos objetivos.

Para avanzar, tendrás que superar dos contratiempos.

La primera es la desconexión entre las salas diplomáticas y el mundo real.

Puede que la gente no entienda lo que son las emisiones de carbono o las toneladas métricas, pero sienten contaminación. Puede que no entiendan lo que son los sumideros de carbono o los reguladores del clima, pero reconocen el valor de los bosques y los océanos. Puede que no seas versado en concesión o financiación mixta, pero sabes que nada se puede hacer sin recursos. Puede que no asimilen la importancia de un aumento de un grado y medio en la temperatura global, pero sufren sequías, inundaciones y huracanes.

La lucha contra el cambio climático debe estar en el corazón de cada gobierno, cada empresa, la decisión de cada persona.

El concepto de mutirão, que traduce un esfuerzo colectivo alrededor de un objetivo común, es el espíritu que animará a Belén. La participación de la sociedad civil y el compromiso de los gobiernos subnacionales serán cruciales.

Nos inspirarán los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales, para quienes la sostenibilidad siempre ha sido sinónimo de vivir.

La segunda desintegración es la desconexión entre el contexto geopolítico y la emergencia climática.

Las fuerzas extremistas fabrican mentiras para obtener ganancias electorales y encarcelar a las generaciones futuras a un modelo obsoleto que perpetúa las disparidades sociales y económicas y la degradación del medio ambiente.

Las rivalidades estratégicas y los conflictos armados distraen la atención y drenan recursos que deberían canalizarse hacia el enfrentamiento del calentamiento global. Mientras tanto, la ventana de oportunidad para nosotros para actuar se está cerrando rápidamente.

El cambio climático es el resultado de la misma dinámica que, a lo largo de siglos, ha fracturado nuestras sociedades entre ricos y pobres y cenizan el mundo entre países desarrollados y países en desarrollo. Será imposible contenerlo sin superar las desigualdades dentro y entre las naciones.

La justicia climática está vinculada a la lucha contra el hambre y la pobreza, la lucha contra el racismo, la igualdad de género y la promoción de una gobernanza mundial más representativa e inclusiva.

Ausencias que marcan la cumbre
La cumbre de líderes de la COP30 se desarrolla con una presencia mínima de jefes de Estado latinoamericanos: solo asistieron Xiomara Castro (Honduras), Gustavo Petro (Colombia) y Gabriel Boric (Chile), todos aliados políticos de Lula.

Entre las ausencias destacadas se encuentran:

EE. UU., cuyo presidente Donald Trump volvió a retirar al país del Acuerdo de París.
Javier Milei (Argentina), crítico del consenso científico sobre el cambio climático.
Santiago Peña (Paraguay) y Daniel Noboa (Ecuador).
Claudia Sheinbaum (México) y Yamandú Orsi (Uruguay).
Nicolás Maduro (Venezuela), en medio de tensiones con Washington.
Luis Arce (Bolivia) y varios mandatarios en transición institucional.

También llamaron la atención las ausencias de líderes de peso a nivel global como Xi Jinping (China) y Narendra Modi (India).

La COP30 continuará hasta el 21 de noviembre con negociaciones clave sobre financiamiento, mitigación, deforestación y transición energética, en un escenario global marcado por tensiones políticas y urgencias climáticas.

Fuente: Misiones Online