¿Sigue la crisis habitacional en Bariloche?

El relevamiento dejó en evidencia que, si bien existen señales dispares en cuanto a la oferta de alquileres, la crisis habitacional continúa siendo una de las principales preocupaciones en Bariloche

La disponibilidad de alquileres, el aumento de los valores y el crecimiento de la demanda en Bariloche fueron abordados en un relevamiento realizado por el móvil de Noticiero Seis, que recogió testimonios de referentes del sector habitacional, asesores inmobiliarios e inquilinos que actualmente buscan vivienda permanente en la ciudad.

La crisis habitacional en Bariloche volvió a instalarse en la agenda pública. El móvil de Noticiero Seis salió a la calle para dialogar con referentes del sector habitacional e inmobiliario, además de vecinos que se encuentran en la búsqueda de un alquiler permanente. El eje de la consulta giró en torno a la disponibilidad de viviendas, los valores del mercado y las perspectivas a corto y mediano plazo en una ciudad atravesada por un crecimiento poblacional constante y una fuerte presión inmobiliaria.

Uno de los puntos centrales estuvo vinculado al rol del Estado municipal frente a la demanda de tierra y vivienda. En ese sentido, la vicepresidenta del Instituto Municipal de Tierra y Vivienda para el Hábitat Social (IMTVHS), Mariela Guerra, explicó que el organismo cuenta con un registro de postulantes a lotes sociales y que, a partir de la aprobación de una ordenanza, se realizará un sorteo. En ese contexto, advirtió sobre el impacto que tuvo la pandemia en el mercado de alquileres y sostuvo: “Va a haber un sorteo. Y lamentablemente, digo esto por el aumento de los alquileres, después de la pandemia todo lo que generó. Esto aumentó la crisis habitacional”.

Desde el sector inmobiliario privado, la mirada fue más heterogénea. Luca Báez, asesor inmobiliario de Coldwell Banker Patagonia Lakes, señaló que actualmente se observa una mayor oferta en comparación con años anteriores, aunque aclaró que la demanda sigue siendo alta debido al crecimiento sostenido de la población. Según explicó, la búsqueda de alquileres se da tanto en el segmento temporal como en el permanente, con picos vinculados al inicio de las temporadas turísticas, cuando llegan trabajadores por períodos de tres o cuatro meses. En el caso de los residentes, indicó que la mayor disponibilidad genera algo más de tranquilidad, aunque sin resolver de fondo el problema.

La experiencia de quienes buscan alquilar reflejó con crudeza las dificultades del mercado. Luciana, inquilina que se encuentra en la búsqueda de un alquiler permanente, contó que lleva aproximadamente dos meses relevando precios ante la proximidad del vencimiento de su contrato. En su testimonio, remarcó la escasez de opciones y la homogeneización de valores, independientemente de la zona. “Un departamento en el centro te sale 700.000 y en el San Francisco también. O sea, como que ya no se divide por zonas”, expresó, y agregó que los precios resultan elevados incluso para viviendas pequeñas o en condiciones precarias, lo que vuelve cada vez más difícil acceder a una alternativa acorde a las posibilidades económicas.

Guerra amplió el diagnóstico desde el IMTVHS y aportó datos sobre el crecimiento de la demanda social. Indicó que el registro de personas que solicitan soluciones habitacionales aumenta, en promedio, en unas 100 personas o familias por mes, a lo que se suma el trabajo territorial en barrios populares. En ese marco, señaló que relevamientos recientes mostraron un incremento significativo en la cantidad de familias en asentamientos, lo que evidenció una profundización del problema. Según afirmó, se trata de una problemática estructural que se arrastra desde hace muchos años y que actualmente es abordada por el Ejecutivo municipal, destacando que será la primera vez en varios años que se realizará un sorteo de lotes de una magnitud amplia.

Otra visión desde el mercado inmobiliario fue aportada por Bautista Bolo Bolaño, asesor inmobiliario de Grupo Banker, quien describió la crisis habitacional como un fenómeno continuo. En su análisis, sostuvo que la llegada constante de nuevos residentes tensiona una infraestructura urbana que no siempre está preparada para absorber ese crecimiento, tanto en términos de servicios como de disponibilidad habitacional. Al mismo tiempo, explicó que las últimas temporadas turísticas no tuvieron el nivel de demanda esperado, lo que llevó a que algunos propietarios regresaran del alquiler turístico al permanente o semi-permanente, con contratos más cortos, generando así un leve aumento de la oferta.

La voz de los inquilinos volvió a aparecer con el testimonio de Federico, quien relató que los valores de referencia parten, como mínimo, desde los 600 mil pesos para un monoambiente, dependiendo de la zona. Describió la búsqueda como un proceso que exige tiempo, contactos y recorrer distintas plataformas, especialmente redes sociales. Si bien reconoció que el momento de renovar o conseguir un nuevo alquiler genera estrés, consideró que, con perseverancia, es posible encontrar opciones. En su visión, existe cantidad de departamentos disponibles, aunque los precios son elevados. “El valor es caro también, pero uno busca también comodidades. Podés vivir cerca, en el centro. Sabés que vas a pagar un poquito más, pero las comodidades ayudan mucho”, señaló.

Finalmente, Guerra volvió a referirse a los condicionantes estructurales del acceso a la tierra en Bariloche. Afirmó que el municipio trabaja para que continúen las compras de lotes y para que los proyectos privados aporten plusvalía, una exigencia impulsada desde el Ejecutivo local con el objetivo de generar más soluciones habitacionales. También advirtió sobre la escasez de tierras disponibles en algunas zonas y el crecimiento urbano hacia el este, además de la transformación de antiguas viviendas en edificios y comercios. En ese escenario, remarcó que el alto valor de la tierra dificulta el acceso de los residentes locales, que se ven desplazados hacia zonas más alejadas del ejido urbano por falta de recursos económicos, en un contexto atravesado además por la desocupación.

El relevamiento dejó en evidencia que, si bien existen señales dispares en cuanto a la oferta de alquileres, la crisis habitacional continúa siendo una de las principales preocupaciones en Bariloche, atravesada por factores económicos, sociales y urbanos que complejizan su resolución. La crisis del sector comenzó luego de la pandemia, donde un gran número de propietarios decidió volcar sus alquileres permanentes en turísticos, haciendo que la oferta sea menor, mientras que el crecimiento poblacional hizo crecer la demanda.

Fuente: bariloche2000