El sector industrial del país termina el 2025 en crisis: en el último trimestre cerraron 21 grandes empresas que afectaron a más de 4 mil trabajadores
La industria argentina cerrará 2025 atravesada por una profunda crisis, sin señales claras de recuperación y con un fuerte impacto en el empleo.
26/12/2025 El PaísLa industria argentina cerrará 2025 atravesada por una profunda crisis, sin señales claras de recuperación y con un fuerte impacto en el empleo. En el último trimestre del año cerraron 21 grandes empresas industriales, con más de 4.300 trabajadores afectados por despidos, cierres de plantas y suspensiones, en un contexto marcado por la caída del consumo, la pérdida de competitividad y el avance de las importaciones.
El sector industrial finaliza 2025 en una situación crítica. Sin un repunte sostenido de la actividad, el último trimestre del año dejó un saldo de 21 grandes empresas en crisis y 4.382 trabajadores afectados, entre cierres de plantas, despidos y suspensiones. Así lo indica un relevamiento realizado por la consultora Sistémica, que advierte que las regiones más golpeadas fueron la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y el NOA.
En los últimos meses se registró una seguidilla de cierres, suspensiones y reestructuraciones en firmas industriales de distintos rubros. Aunque cada empresa suele justificar estas decisiones en razones internas o estratégicas, el denominador común es la combinación de caída del consumo interno y pérdida de competitividad frente al incremento de las importaciones.
Cierres y despidos por sector
En el rubro cerámico, Ilva cerró su planta de Pilar, en la provincia de Buenos Aires, lo que dejó sin empleo a 300 trabajadores. En la misma jurisdicción, la multinacional Whirlpool, del sector metalmecánico, clausuró la fábrica inaugurada en 2022, con un impacto sobre 220 empleados.
La industria autopartista también sufrió fuertes recortes. Corven despidió a 150 trabajadores en su planta de Venado Tuerto, Santa Fe. SKF cerró sus instalaciones de Tortuguitas, en Buenos Aires, y desvinculó a 145 empleados, mientras que Dana clausuró su establecimiento de Naschel, San Luis, afectando a 50 puestos de trabajo.
En la industria electrónica, Newsan despidió a 150 trabajadores de su planta en Ushuaia, Tierra del Fuego. En paralelo, el sector de equipos eléctricos sumó el cierre de la fábrica de DBT-Cramaco en Sastre, Santa Fe, donde se perdieron 37 empleos.
La crisis también alcanzó a la industria láctea y alimenticia. La Suipachense cerró su planta en Suipacha, Buenos Aires, y prescindió de 143 trabajadores, mientras que la firma Otito dispuso el cierre de su planta en San Pedro, Jujuy, con 40 empleados afectados.
En el sector textil, TN & Platex discontinuó líneas de producción en Corrientes y La Rioja, con 88 desvinculaciones. A su vez, Luxo y Vulcalar cerraron sus fábricas, dejando un saldo conjunto de 168 personas despedidas.
Suspensiones masivas
A los cierres y despidos se sumaron suspensiones de gran magnitud. En la industria metalúrgica, Acindar (ArcelorMittal) aplicó suspensiones en su planta de Villa Constitución, Santa Fe, que alcanzaron a 200 trabajadores.
En el sector alimenticio, Mondelez frenó la actividad de 2.300 empleados en su planta de General Pacheco, provincia de Buenos Aires. En el rubro textil, Textilana (Mauro Sergio) suspendió a 175 trabajadores.
Por último, la filial argentina de Stellantis resolvió adelantar las vacaciones y extender el receso de verano por un mes en su planta de El Palomar, donde se producen los modelos Peugeot 208, 2008 y Partner, y Citroën Berlingo, con actividad paralizada hasta el 4 de enero de 2026.
Un contexto que agrava la crisis
El escenario industrial se ve agravado por la retracción de la inversión extranjera directa (IED). Entre enero y octubre, el flujo neto de IED arrojó un saldo negativo de 1.500 millones de dólares, según el balance cambiario del BCRA, reflejando salidas de capital y procesos de desinversión de empresas ya radicadas en el país.
“El retroceso de la IED convive con un proceso acelerado de cierre de empresas y achicamiento del entramado productivo local. En el último mes se multiplicaron los anuncios de cierres, suspensiones y despidos, con especial impacto en ramas industriales sensibles a la caída del consumo interno y a la competencia de importaciones”, analizó Sistémica.
“El fenómeno no se limita a casos aislados, sino que adopta una lógica sistémica: menor demanda, mayores costos relativos y pérdida de competitividad configuran un escenario en el que muchas firmas optan por reducir operaciones o directamente abandonar el mercado”, señaló el informe, y advirtió que el resultado es “un deterioro del empleo formal y un efecto contractivo adicional sobre la actividad”.
La consultora también cuestionó la idea de una reasignación automática de recursos: “La destrucción de activos y capacidades productivas no habilita la creación de nuevas actividades como sugieren los manuales de economía. Genera pérdida de empleo y chatarra productiva porque el capital no es plastilina y las habilidades de los trabajadores no son universales sino específicas”.
En este contexto, el Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI) aparece como la principal apuesta oficial para revertir la tendencia, aunque su impacto todavía es limitado. “Si bien iniciativas como el RIGI, el RIMI o la reforma laboral representan oportunidades de largo plazo, no alcanzan para frenar la destrucción de capacidad productiva y empleo que se viene intensificando”, sostuvo Sistémica, que concluyó: “La Argentina no puede funcionar solo con sectores primarios; necesitamos sostener y expandir la industria por empleo, innovación y seguridad de abastecimiento”.