Con la AUH aumentó la escolarización y la protección social a más de 3,5 millones de niños
30/10/2014 El País
La Asignación Universal por Hijo (AUH) de cuya puesta en marcha se cumplen hoy cinco años, permitió garantizar un piso de ingreso para todas las familias argentinas y, en virtud de su “capacidad para articularse con otras políticas públicas”, contribuyó a fortalecer el acceso a otros derechos básicos esenciales como la salud, la educación y el empleo.
«Es un beneficio de estricta justicia social, es una política de Estado y una nueva concepción del Estado que viene a dar protección a todos los argentinos», dijo el titular de la Anses, Diego Bossio, al referirse al beneficio social, que alcanza ya a 3.524.924 niños de todo el país.
El funcionario dijo a Télam que «la prioridad número uno es proteger a los niños, que tengan derechos pero que también tengan obligaciones».
Bossio anticipó algunos conceptos de un informe que están realizando los equipos técnicos de Anses junto con el doctor en ciencias económicas, escritor y consultor Bernardo Kliksberg.
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Los resultados preliminares permiten advertir que «hay notorias diferencias entre las familias que cobran y las que no cobran» el beneficio.
Y en ese sentido enumeró diferencias en el consumo; en aspectos de higiene y limpieza; pero especialmente en la escolarización: «hay más chicos en la sala de 4 años», dijo Bossio y también aumentó la incidencia -cerca de un 8%- en la escuela secundaria de los chicos que reciben la AUH que quienes no la reciben.
Además, Bossio destacó que de la investigación se desprende que las familias que reciben la AUH «tienden a buscar más trabajo» lo que desmitifica muchos prejuicios.
«Estos estudios dan cuenta que en algunas familias el 25 por ciento de los ingresos es de la AUH y en algunos casos llega al 40», lo que «otorga una seguridad» en esos hogares, reivindicó Bossio.
“Los cinco años son un buen momento para hacer balance tanto de lo significa la AUH como de los retos pendientes”, aseguró a Télam.
Roxana Mazzola, magister en Administración y Políticas Públicas del Centro de Estudios y Desarrollo de Políticas (CEDEP) y autora de «Nuevo paradigma. La Asignación Universal por Hijo».
La Asignación Universal por Hijo es un seguro social por hijo menor de 18 años o discapacitado, al que puede acceder uno de sus padres o tutores en caso de que ambos se encuentren desocupados y no perciban subsidios, planes o pensiones; sean trabajadores informales, temporarios o domésticos que ganan menos del salario mínimo; sean monotributistas sociales o estén privados de su libertad.
El beneficio fue instituido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 29 de octubre de 2009, a través del decreto 1602/09 que creó e incorporó a la Ley 24.714 este nuevo subsistema no contributivo de asignaciones familiares que hoy alcanza a 3,524,924 niños.
La asignación se paga hasta un máximo de 5 hijos y para tener derecho a la percepción del 20 por ciento que se retiene mensualmente se debe acredirar, por cada uno de los niños, la vacunación, controles sanitarios, y asistencia escolar.
A partir de mayo de 2011, las prestaciones se complementaron con en lanzamiento de la Asignación Universal por Embarazo para protección social (AUE), que se otorga a las futuras madres que se encuentren en las doce o más semanas de gestación.
“Antes de la AUH había muchos hogares que no podían contar con un monto estable todos los meses, y lo garantizó promoviendo a la vez el acceso a la educación y a los controles salud. Y esto se fue articulando y con otras políticas, como el Plan Nacer/Sumar o Progresar, permitiendo fortalecer también el sistema de salud y de educación que tienen que estar en condiciones de recibir nuevos chicos y atenderlos”, dijo.
Mazzola hizo hincapié en que la AUH implica “reconocer el derecho a la seguridad social de la niñez” y “no es como un plan social de los ’90” porque este beneficio fue incluido “dentro del sistema de asignaciones familiares de Argentina”, permitiendo que, si se le suman las que provienen del empleo en el sector formal, “la cobertura de seguridad social sea hoy de más del 80 por ciento” cuando, por ejemplo, en los ’90 este universo era del 35 por ciento.
La especialista consideró que la AUH “es una medida que tiende a perfeccionarse cada vez”, al ir ampliando el universo de sus beneficiarios y articulándose con otros programas, lo que constituye “una de sus grandes potencialidades”.
En cuanto a los retos por delante, Mazzola mencionó la necesidad de avanzar hacia una nueva ley de asignaciones familiares que iguale los beneficios y requisitos del sistema formal con la AUH, derribar las barreras de acceso y mejorar la comunicación para que no se perciba como un plan.