La nueva planta de residuos de Paraná y el cambio en los hábitos de trabajo

La nueva planta de residuos de Paraná, que comenzará a operar en febrero, demandará una forma diferente de trabajo por lo que los empleados reciben capacitación.

La nueva planta de residuos de Paraná, que comenzará a operar en febrero, demandará una forma diferente de trabajo por lo que los empleados reciben capacitación.

La puesta en marcha de la Planta de Clasificación y Tratamiento de Residuos Manuel Belgrano, de Paraná, implica “habituarse a los puestos de trabajo” y “un cambio cultural” para los recuperadores que hasta el momento recolectaban en el Volcadero. En principio, son 66 los integrantes de la cooperativa que operarán el establecimiento.

A fines de 2014 fue inaugurada oficialmente la Planta de Clasificación y Tratamiento de Residuos de Paraná y el 5 de enero comenzó la capacitación de los 66 integrantes de la cooperativa Nueva Vida que estará a cargo del trabajo que allí se realizará. Está previsto que durante el próximo mes, dos veces por semana, reciban instrucciones sobre cómo seleccionar la basura y operar el instrumental.

El entrenamiento laboral consiste, entre otras cuestiones, en la descarga de los camiones, la clasificación del material orgánico e inorgánico y la limpieza de la planta. Eso informó a EL DIARIO, la secretaria de Medio Ambiente de la Comuna, Juliana Robledo. La funcionaria agregó que de lo que se trata es de “habituarse a los nuevos puestos de trabajo”. Con los sucesivos ajustes se buscará conocer la capacidad de la planta y de los propios operarios. Por ejemplo, entre otras cosas se regulará la velocidad en que correrá la cinta transportadora de residuos.

La nueva metodología de trabajo “es un cambio cultural grande. La gente está animada por aprender y generar cosas positivas” afirmó Robledo. Además de las cuestiones estrictamente laborales también se enseñarán pautas de higiene, seguridad y primeros auxilios. Próximamente, también se realizará el control de la salud de los obreros y las obreras.

Uno de los nuevos criterios de trabajo está centrado en las ventajas de separación según los distintos tipos y valores del papel y el cartón que hay en el mercado.

Se estima que la planta comience progresivamente a funcionar a partir de febrero. Si bien está previsto que los operarios se desempeñen en tres turnos, en la primera etapa habrá un sola jornada de seis horas. Luego, se reorganizará y ampliará la tarea. Para esto, hay más inscriptos para ingresar. En total, el establecimiento tiene capacidad para albergar a 150 operarios en tres turnos.

Robledo que “si bien los contactos con los trabajadores comenzaron hace tiempo, el proceso sistemático de conformación y fortalecimiento de la cooperativa se realiza desde fines de septiembre”.

POLÍTICA. Estas medidas son parte de la política de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) que el Gobierno Municipal lleva adelante. En este marco, también se impulsa el recambio de caballos por motocarros, la colocación de contenedores en la zona centro, la incorporación de camiones de recolección.

La nueva planta, denominada Manuel Belgrano, está emplazada en la jurisdicción de la Unidad Municipal 2, lindando con el Volcadero, entre las calles República de Siria, Base Primavera y Florencio Ameghino. En los alrededores también están previstas inversiones en el Centro de Salud San Martín, en el Jardín Maternal Isleritos, el playón deportivo y en el vivero escuela.

CONVOCADOS. Los miembros de la cooperativa Nueva Vida fueron convocados por el Municipio a través de las comisiones vecinales de la zona. “Se trata de trabajadores del Volcadero que viven en la zona, conocen la tarea y a quiénes son parte del circuito” dijo Robledo y añadió que “al principio se acercaron entre 20 y 30 personas y costó que tomaran confianza”, pero luego se logró comenzar con la organización.

SEPARACIÓN. Consultada sobre el rol que debe cumplir la ciudadanía en relación al nuevo tratamiento de la basura, la funcionaria dijo que será de una gran ayuda la separación de los residuos en húmedos y secos (orgánicos e inorgánicos). “Se nota la diferencia al momento del trabajo en la planta”, valoró.

Después de la puesta a punto del proceso central, Robledo aseguró que la separación en origen comenzará de manera sistemática en diferentes zonas de la ciudad. Para esto se llevarán adelante campañas de concientización a través de diferentes medios.

COMERCIALIZACIÓN. La comercialización de lo que se obtenga de la planta está en evaluación. Una vez consolidada la cooperativa de trabajo, se pondrá en marca el proceso de venta. “Al principio, seguramente habrá un acompañamiento de la Municipalidad para que luego tome su propia dinámica”, finalizó la secretaria de Medio Ambiente.

DISPOSICIÓN FINAL. Aquello que no pueda reciclarse ni venderse será depositado en el actual basural a cielo abierto. Esto implica un menor impacto de lo que en la actualidad se genera. De todos modos, está previsto para el futuro, un predio fuera del ejido urbano para su disposición final bajo condiciones ambientales y sanitarias controladas.

Contaminación

El Volcadero es un foco de contaminación para la ciudad. El humo que se genera por la quema y los lixiviados (producto de la descomposición) afectan el suelo, el agua y el aire y enferman principalmente a las personas que viven y trabajan en ese medio.

Con la implementación de la Girsu se intentará disminuir las consecuencias de un atentado contra el ambiente que se ha perpetrado durante décadas.

Fuente: El Diario de Entre Ríos