Erradicaron unos 30 basurales clandestinos en Villa Mercedes, pero quedan 16
03/02/2015 MUNICIPIOSEl mayor problema son aquellos en las márgenes del río Quinto. Piden que la gente no arroje residuos en los «puntos verdes».
A menos de 150 metros de la Costanera, por donde el río Quinto abraza la ciudad, hay un punto verde donde puede arrojarse el material verde, ramas, pasto, hojas y tierra. Sin embargo, días atrás las cuadrillas del área de Planificación y Planeamiento Urbano debieron irrumpir en el terreno con máquinas y camiones para sacar una gran cantidad de bolsas de polietileno, cartones, plásticos y demás residuos domiciliarios. El panorama en ese sector es reiterativo en otras zonas. Si bien lograron erradicar unos treinta basurales clandestinos que un grupo de vecinos genera, aún resta terminar con otros dieciséis que quedan en las afueras de la ciudad, en especial a lo largo de las márgenes del río Quinto.
Los terrenos comprendidos entre calle Suipacha y Olloqui son un verdadero dolor de cabeza. «Es complicado pero mantenemos la constancia y ha disminuido que la gente arroje basura de manera indiscriminada. Aún tenemos problemas en la costanera con la acumulación de basura que tiran, estamos trabajando en la avenida Costanera que va a lograr mayor circulación de gente y esperamos que haya control social, para que ayude a que la gente no ensucie», señaló el secretario de Servicios Públicos, Daniel Desotti.
La lucha está concentrada en erradicar los basurales clandestinos que hoy afectan a quienes circulan por Braulio Moyano y Sallorenzo y algunos sectores del complejo habitacional La Ribera.
«Dentro de la ciudad ha bajado considerablemente, la gente ha tomado conciencia, y en Sarmiento y Chile, o en la ruta 8 disminuyeron considerablemente. Erradicamos el de Asia y Dársena, que traía muchos problemas y hoy la gente lo está cuidando. Los problemas persisten por las malas prácticas de ciertos vecinos, que siguen sacándola y tirándola donde no deben», se lamentó el funcionario.
En el último año detectaron unas cincuenta zonas problemáticas que logran disminuir a casi la mitad. «La inversión en máquinas es muy alta, el gasto de operatividad para levantar basurales es alto, esos recursos podríamos destinarlos a la recolección domiciliaria y hacerla diferenciada que sería mejor. Deben contratarse horas de pala, de camiones, transferencias de un lado al otro. Se direcciona dinero a estos lugares cuando no debería ser así», indicó.
Aunque cueste imaginarlo, quienes depositan los desechos son vecinos de todas las clases sociales, y a veces de diferentes barrios que viajan varias cuadras para llevar las bolsas y dejarlas donde les plazca. «Hemos hecho multas pero logramos más objetivos con la campaña, que asuman el compromiso de que no lo vuelva hacer después que pague la multa», describió Desotti.
Sólo material verde
Los «puntos verdes» son los únicos lugares habilitados para que depositen todo el material verde que descartan de la poda, como ramas y césped, y tierra. Hay cinco distribuidos en los extremos de la ciudad: uno en Olloqui y Curupaytí, otro en Olloqui y Costanera, el tercero en Sargento Baigorria y Eleodoro Lobos, en el complejo La Ribera está en Bulevar Adre y la rotonda, y el último en Sallorenzo y Braulio Moyano, que hoy fue convertido en uno de los basurales más grandes de Villa Mercedes. Los escombros y restos de materiales de construcción deben ser llevados hasta el Kilómetro 5. No deben dejar residuos domiciliarios porque los perros rompen las bolsas, el viento las desparrama y termina contaminando una hectárea», aseveró Desotti.