El Vaticano reconoció de manera oficial a Palestina como Estado
14/05/2015 EL MUNDOAsí lo expresa en un nuevo tratado, aún sin suscribir, que regula las actividades de la Iglesia Católica en el Medio Oriente.
El Vaticano reconoció a Palestina como Estado en un acuerdo puesto a punto ayer en Roma por negociadores de las dos partes, informó la Santa Sede, una iniciativa que generó de inmediato críticas por parte de Israel. Las actuales relaciones entre la Santa Sede y los palestinos están regidas por un acuerdo firmado en 2000 por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el Vaticano, pero este nuevo tratado será el primero firmado con el Estado de Palestina, lo que se traduce en un reconocimiento formal. El acuerdo bilateral aún debe ser firmado por las dos partes. El ministro del Exterior del Vaticano, monseñor Antoine Camilleri, dijo al diario L’Osservatore Romano que el nuevo tratado formalizará el reconocimiento. «La referencia al Estado de Palestina y lo que dice en el acuerdo está (…) en continuidad con la que fue la posición de la Santa Sede» en 2012, cuando saludó una votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor de elevar el estatus de Palestina a Estado observador» de la ONU.
El Vaticano hablaba hacía rato de manera no oficial de un Estado de Palestina. El presidente palestino, Mahmud Abbas, se reunirá el sábado con el Papa Francisco en el Vaticano, donde asistirá además a la ceremonia de santificación de dos monjas que vivieron en el siglo XIX en Palestina, que en ese entonces formaba parte del Imperio Otomano. Mariam Bawardy y Marie Alphonsine Ghattas serán las primeras figuras santas de habla árabe. Se espera que una gran delegación palestina asista a la ceremonia. La mayoría de los palestinos son musulmanes, pero una pequeña minoría es cristiana.
El Papa argentino Francisco se reunió por última vez con Abbas en junio pasado, cuando, tras su visita a Tierra Santa, invitó al líder palestino y al presidente saliente israelí, Shimon Peres, a sumarse a él en una plegaria por la paz en Medio Oriente. Durante esa visita ya hizo referencias al «Estado de Palestina». El vocero del Ministerio del Exterior israelí, Emmanuel Nahshon, reaccionó «desilusionado» y dijo que la decisión del Vaticano de firmar el acuerdo no contribuirá a que los palestinos vuelvan a la mesa de negociaciones de paz. Agregó que estudiará el nuevo tratado y considerará las medidas pertinentes.
Funcionarios palestinos, en tanto, celebraron el acuerdo. «Damos la bienvenida al reconocimiento (…) como una contribución genuina a la paz y la justicia», dijo Hanan Ashrawi, un alto miembro del Comité Ejecutivo de la OLP. «La importancia de este reconocimiento va más allá de lo político y legal hacia los dominios simbólico y moral y envía un mensaje a toda la gente de conciencia de que el pueblo palestino merece el derecho a la autodeterminación, el reconocimiento formal, la libertad y la categoría de Estado», indicó en un comunicado.
Hasta ahora, 135 países reconocieron a Palestina como Estado soberano. Sin embargo, otras naciones, entre ellas Estados Unidos, consideran que sólo puede ser reconocida como país tras un acuerdo de paz con Israel.
Si bien no se hicieron públicos los contenidos del nuevo acuerdo con el Vaticano, Camilleri dijo que reafirma los principios de libertad de religión en los territorios palestinos y regula temas impositivos, de propiedad y jurisdicción relacionados con la Iglesia Católica. Camilleri indicó que el acuerdo también incluye un llamado a un acuerdo de paz palestino-israelí basado en la solución de los dos Estados y expresó sus esperanzas de que la postura del Vaticano ayude a avanzar en este punto. «Sería bueno si el acuerdo que alcanzamos pudiera de alguna forma ayudar a los palestinos a lograr el establecimiento y reconocimiento de un Estado de Palestina independiente, soberano y democrático, que viva en paz y seguridad con Israel y sus vecinos», apuntó.
La Santa Sede, que mantiene relaciones con Israel desde 1993, negocia también desde 1999 un acuerdo sobre los derechos jurídicos y patrimoniales de las congregaciones católicas en el Estado judío, en particular sus exoneraciones fiscales. Pero cada encuentro semestral se salda con un fracaso. Desde hace años, el Vaticano realiza un ejercicio diplomático delicado entre Israel y los palestinos, al haber comunidades católicas implantadas de ambos lados de esta cuna del cristianismo que sigue siendo un importante lugar de peregrinación. Por un lado, quiere evitar ofender a Israel y despertar los reproches ligados al rol de la Iglesia en la historia del antisemitismo en Europa. Pero por otro milita también por una solución con dos Estados, un estatuto especial reconocido a Jerusalén, ciudad de los tres monoteísmos, y los derechos de los palestinos en Cisjordania y en la Franja de Gaza.
Tambalea Grecia, que otra vez está en recesión
El gobierno de Grecia descartó ayer precipitarse a un referendo para asegurar el apoyo público a unas reformas impopulares, optando en su lugar por hacer un esfuerzo final para lograr un compromiso con sus acreedores a fin de mes. El premier, Alexis Tsipras, cada vez con menos dinero y opciones, presidió ayer su tercera reunión de gabinete en cuatro días para buscar una salida a las complicadas conversaciones con sus prestamistas, que se niegan a entregar ayuda si no hay reformas.
Agregando más presión al gobierno, datos publicados ayer mostraron que el país volvió a la recesión en el primer trimestre, una situación que ya vivió durante seis años. Los analistas culparon de la contracción de un 0,2 por ciento en la economía helena sobre todo al golpe a la confianza y la demanda que está suponiendo la situación. Por ahora, el Ejecutivo asegura que su objetivo sigue siendo llegar a un acuerdo con los acreedores internacionales en vez de recurrir a un referendo o adelantar las elecciones. Atenas reiteró el martes sus esperanzas de sellar un acuerdo a fines de mes, cuando podría quedarse sin dinero si no llegan nuevos fondos. «Estamos trabajando en favor de un compromiso honorable», dijo el ministro del Interior, Nikos Voutsis. «Un recurso inmediato a un referendo o a elecciones no está en nuestro planes ahora mismo».
Las especulaciones acerca de un plebiscito crecieron en los últimos días, después de que Alemania sugirió que Grecia podría necesitar celebrar uno para aprobar las dolorosas reformas económicas en que insisten sus acreedores.
El acuerdo está demostrando ser esquivo pese a meses de conversaciones, sobre todo por la negativa de Tsipras de ceder a las exigencias de recortes adicionales en las pensiones y reformas laborales que faciliten el despido, medidas que, según el gobierno, añadirían un dolor inaceptable a un pueblo que lleva mucho tiempo sufriendo.
En un adelanto de la resistencia que enfrentará Tsipras si hace más concesiones, el grupo de filiación comunista PAME pidió a los sindicatos que se manifiesten el 11 de junio y preparen una huelga en contra de cualquier medida nueva que se acepte como parte de un acuerdo con los acreedores. El Ejecutivo heleno asegura que no traspasará sus «líneas rojas», pero que está haciendo todo lo posible para alcanzar un acuerdo y pidió a sus prestamistas que hagan también su parte.