Tomada, en Turquía: «En el G-20 hay una mayor sensibilidad a favor de fortalecer y mejorar el empleo»
06/09/2015 El País
El ministro de Trabajo consideró que «existe una mayor preocupación por la desigualdad y la caída de los ingresos en el mundo, y de ahí surgen compromisos para abordar estos problemas con políticas fiscales que fomenten economías productivas e inclusivas».
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, aseguró que el G-20 está avanzando hacia una «mayor sensibilidad» respecto a la necesidad de «mejorar y fortalecer el empleo» para alcanzar un crecimiento inclusivo, pese a las dificultades que atraviesa la economía mundial.
«Existe una mayor preocupación por la desigualdad y la caída de los ingresos laborales en el mundo, y de ahí surgen compromisos de trabajo para abordar estos problemas con políticas fiscales que fomenten economías productivas e inclusivas», destacó Tomada ante Télam tras participar de una reunión conjunta entre los Ministros de Trabajo y Finanzas de los países industrializados y emergentes en Ankara, Turquía.
Asimismo, durante el encuentro, Tomada advirtió a sus colegas sobre las consecuencias de la desigualdad y señaló que «atenta contra nuestras economías reales, el bienestar de nuestros trabajadores, y la estabilidad misma de nuestras democracias».
También recordó que ante la peor crisis argentina de los años 2001/2002 la recuperación se basó en «el rol proactivo del Estado y haber colocado como ejes centrales al trabajo decente y la inclusión social».
«Sólo la consistencia y articulación de políticas macroeconómicas, financieras y comerciales con las laborales y sociales es lo que permite crecimiento inclusivo», dijo Tomada, quien celebró que Argentina haya introducido en la agenda del G20 el tema de la desigualdad, un hecho que fue reconocido por varios países.
Al término de la reunión, no obstante, el ministro argentino reconoció que, si bien no se ha producido «cambios sustantivos», -en referencia a las políticas de los países desarrollados del G-20- se puede apreciar una «sensibilidad diferente» y una «toma de conciencia» sobre temas centrales como son mejorar y fortalecer el empleo».
«No hay posibilidad de una sociedad equilibrada y con paz social con ésta desigualdad, con éstos niveles de pérdida de empleo y ésta precarización», advirtió Tomada.
El ministro señaló como positivo que «desde la política económica el empleo ya se mire como algo que hay que empezar a recuperar».
En ese sentido, Tomada remarcó como positivo el hecho de escuchar a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, «mencionando con interés y preocupación el tema de la desigualdad, algo que habitualmente no figura en su agenda».
«También vemos cómo el secretario general de la OCDE hace propuestas concretas, sobre medidas y acciones que se pueden tomar en el marco de las políticas públicas para reducir la desigualdad», subrayó Tomada.
«Esta reunión ha sido buena porque tiene la virtud de cruzar a los ministros de Economía con ciertos datos de la realidad que les proporcionamos los ministros de Trabajo», apuntó.
Después de dos días de reuniones, la primera con sus pares y hoy con los ministros de Finanzas del G-20- de la que participó el Secretario de Finanzas argentino Pablo López-, Tomada insistió en «el mundo perdió el vinculo con el trabajo», y esto debería llevar a que los países de la Unión Europea «se replanteen sus políticas neoliberales».
«Hay que decir basta de flexibilidad y rebajas de salarios porque significan deterioro, y cuando se pierden los salarios, la sociedad se divide y se pierde cohesión», enfatizó.
Tras el encuentro de los responsables de Empleo y Finanzas, que tuvo lugar en el lujoso hotel Sheraton de Ankara, el viceprimer ministro turco, Cevdet Yilmaz, afirmó en conferencia de prensa que los países del G-20 siguen comprometidos con la meta de crecer un 2,1% hasta 2018, y de hacerlo de forma «inclusiva».
Para argumentar que es posible alcanzar el objetivo de «crecer y reducir las desigualdades», Yilmaz puso como ejemplos los casos de Argentina, México y Turquía.
No obstante, a la hora de responder a la pregunta de cómo alcanzar ese crecimiento inclusivo, dijo que las estrategias se deben adecuar a cada país, aunque subrayó que los ministros de Finanzas defienden la necesidad de una «estabilidad fiscal».
«Sabemos que debemos dar confianza y credibilidad para disipar las incertidumbres a nivel global», añadió Yilmaz, en referencia a los temores en torno a la desaceleración de la economía mundial, por el «aterrizaje» de China, y otras economías emergentes, y los problemas que persisten en la Unión Europea, sobretodo Grecia.
Por otro lado, la Reserva Federal de Estados Unidos se dispone a elevar las tasas de interés este año, en contraste con los programas de expansión del Banco Central Europeo y los rectores de tasas de otras economías como India y Australia. El efecto secundario de ello sería la valorización del dólar y el desplome de otras grandes divisas, un escenario que podría desatar nuevas turbulencias.
Ante ello, el G-20 busca enviar un mensaje claro de «cooperación» a través del compromiso con ciertas políticas de estabilidad y empleo.
Entre los acuerdos de Empleo alcanzados se proponen fortalecer el «diálogo social», la «negociación colectiva», la «legislación laboral», para garantizar el respeto de los derechos laborales, y la protección social.
En cuanto a la igualdad de salarios, se comprometen a alcanzar acuerdos de salarios mínimos, y la promoción de los acuerdos colectivos. También a mejorar los ingresos de las mujeres y los jóvenes, en los que ponen en el centro de las políticas de reducción de desempleo.
Por otro lado, el G-20 se dispone a invertir en educación y formación para jóvenes y mujeres, especialmente los menos calificados. Y a facilitar apoyo y financiación a las pymes, para crear más empleos de calidad.