El Papa da ejemplo y cobija refugiados
07/09/2015 EL MUNDOFrancisco pidió que cada parroquia de Europa albergue a los sirios, afganos e iraquíes que huyen de las guerras. En el Vaticano acogerán a por lo menos dos familias.
El papa Francisco llamó ayer a todas las comunidades católicas de Europa a que cada una acoja a una familia de refugiados y dijo que empezará por las dos parroquias del Vaticano.
“Que cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio, cada santuario de Europa acoja a una familia”, declaró el Pontífice argentino durante el Ángelus en la plaza San Pedro de Roma, indicando que se trata de un “gesto concreto” en preparación del Jubileo de la Misericordia que se inicia en diciembre.
“Ante la tragedia de decenas de miles de demandantes de asilo que huyen de la muerte, víctimas de la guerra y el hambre, y que caminan hacia una esperanza de vida, el Evangelio nos interpela y nos pide ser ‘los prójimos’ de los más pequeños y los más abandonados, darles una esperanza concreta”, dijo el Papa.
No se trata sólo de decir “ánimo, paciencia”, insistió el Papa ante miles de fieles entusiastas en la plaza San Pedro. “La esperanza cristiana es combativa”, dijo. “Me dirijo a mis hermanos los obispos de Europa, verdaderos pastores, para que apoyen mi llamamiento en su diócesis”, declaró.
Francisco explicó que empezará por su diócesis de Roma y que las dos parroquias del Vaticano acogerán “en los próximos días” a familias de refugiados.
El servicio de prensa del Vaticano explicó que el llamamiento se dirige a las comunidades parroquiales en su conjunto.
Sistema de apadrinamiento
El fundador de la comunidad de Sant’Egidio, Andrea Riccardi, destacó la iniciativa del Papa y pidió que se cree en cada legislación europea un sistema de apadrinamiento para los refugiados que aún no han abandonado sus países.
“Se trataría de permitir a los ciudadanos europeos, a asociaciones, a parroquias o a organizaciones de la sociedad civil de presentarse como garantes de su recepción”, explicó. “Hay que brindar nuestra hospitalidad a quienes han llegado, pero también a quienes están en las zonas de riesgo para evitar que emprendan los viajes de la muerte en el Mediterráneo y la codicia de los traficantes”, amplió.
Solamente Alemania, Francia e Italia totalizan 50.000 parroquias, sin contar las comunidades religiosas -algunas compuestas por un puñado de monjas- y los monasterios.
En agosto, una parte de la clase política italiana recibió mal las declaraciones de altos cargos de la Iglesia que criticaron la indiferencia del gobierno y la instrumentalización a fines electoralistas de la crisis de los migrantes.
Matteo Salvini, jefe de la Liga del Norte, que exige que todos los inmigrantes sean devueltos a Libia, había invitado entonces a la Iglesia a acoger a los inmigrantes en el Vaticano, lo que obligó a Cáritas Italia a recordar que las estructuras católicas ayudan ya a entre 15.000 a 20.000 migrantes cada día en Italia.
El Papa denunció también varias formas de “violencia”, como “construir muros” para impedir el paso de las personas que buscan “un lugar pacífico”.
Comida, ropa y mantas en Alemania
Múnich. Alemania recibió ayer con comida, ropa y mantas a miles de inmigrantes. Batallones de voluntarios se movilizaron en las estaciones de tren de Fráncfor y Múnich, en el oeste y el sur, para recibir a los inmigrantes con carteles en los que se leía “Bienvenidos a Alemania” y ofrecerles comida, ropa y mantas.
“La gente nos trata muy bien aquí, nos tratan como a seres humanos, no como en Siria”, dijo con lágrimas en los ojos Mohamad, un sirio de 32 años que tuvo que abandonar la ciudad de Quseir, devastada por la guerra.
La policía alemana preveía ayer la llegada de 10.000 refugiados, una cifra récord en un solo día, después de que el sábado llegaran otros 7.000, en su gran mayoría en tren o en autobús. A media tarde, cerca de 6.000 hombres, mujeres y niños ya habían llegado a suelo alemán, en su mayoría en Baviera (sur). Los inmigrantes llegan desde Hungría, que este domingo restableció plenamente el tráfico ferroviario, después de cruzar Austria.
En una Europa dividida sobre la respuesta que hay que dar a la peor crisis migratoria desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania decidió flexibilizar sus normas de recepción de ciudadanos sirios.