Tartagal se declaró municipio de brazos abiertos a los refugiados sirios

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Las familias de origen árabe de la zona buscan alternativas para recibir a inmigrantes.

Ofrecen un predio para acondicionarlo y realizan gestiones ante Migraciones.

La crisis en Medio Oriente y particularmente en Siria, planteó un nuevo escenario en el mundo y Salta no escapa a ese panorama. Por eso, los descendientes sirios que residen en el norte reaccionaron frente a la contundencia de la realidad y abrieron las puertas para albergar a familiares que quieran venir a nuestra provincia.

La gran etapa de inmigración masiva a la Argentina se enmarca entre los años 1870 y 1929 y el norte fue especialmente elegido por las familias de origen árabe, donde desarrollaron especialmente el comercio además de una importante diversidad de oficios y profesiones. Hoy, hijos, nietos y bisnietos siguen el rumbo trazado por aquellos matrimonios que entonces adoptaron como propia esta tierra.

Brazos abiertos

Con el voto unánime de sus miembros, el Concejo Deliberante declaró a Tartagal como «Municipio de brazos abiertos», y ese gesto político abrió la posibilidad para que la comuna pueda realizar gestiones a nivel nacional y ayudar a que pobladores que residen en la zona reciban a familias sirias y de otras nacionalidades que huyen de la guerra.

Ciro Esper es presidente de la Sociedad Sirio Libanesa de Tartagal, la primera institución intermedia creada en la ciudad norteña, antes incluso que la fundación institucional de la ciudad, establecida en 1924. Nieto de Amado Esper, nacido en 1904 en Mharde (Muhrada), ciudad del norte sirio, explicó que «en el transcurso de esta semana vamos a tener reuniones con la gente de Tartagal y localidades vecinas para saber quiénes están dispuestos a ayudar a los refugiados».

La Sociedad Sirio Libanesa posee un predio de 4 hectáreas ubicado al oeste de la ruta nacional 34, entre Tartagal y General Mosconi, y es por eso que Esper cree que «presentando un pedido al Gobierno de la provincia se puede acondicionar ese lugar que tiene una construcción a medio terminar. La intención es priorizar a los familiares de quienes residen en la zona y que están muy angustiados porque no pueden localizarlos. En nuestro caso, he logrado localizar a familiares Esper, Obeid y Daher, que permanecen en Siria y han decidido quedarse hasta las últimas consecuencias. Han vivido durante cuatro meses en un sótano y si bien ahora la zona donde ellos residen, en la provincia de Hama, está un poco más tranquila, la situación sigue siendo muy preocupante», describió.

Si bien más del 70 por ciento de los refugiados que pugnan por escapar son de origen sirio, los hay libaneses, iraquíes, afganos y yemenitas. «En Salta me reuní con representantes de instituciones y con el director de Migraciones, quien nos interiorizó sobre el tema de los refugiados. La realidad es que hay muchas iniciativas de la colectividad, todos quieren ayudar, pero nos allanaremos a lo que decida la mayoría y una vez que acordemos vamos a pedir una reunión con la Provincia. En la Embajada siria están abocados al tema de los refugiados y si bien se pusieron a disposición, no tienen mucho recursos. A Buenos Aires llegaron 150 chiitas, a Salta capital llegaron 5 y a Jujuy y Mendoza también están llegando familias», dijo .

Lo cierto es que Esper considera que «la llegada de refugiados puede ser un factor importante, no solo para ayudar a los refugiados sirios o libaneses. Estamos hablando de gente muy trabajadora, muy emprendedora que cada día se levanta para trabajar. Un comerciante de Salvador Mazza me dijo que está dispuesto a darles trabajo a 15 personas, y no es el único caso. El trámite se debe hacer en Migraciones para que el organismo determine si están dadas las condiciones de quien se ofrece a cobijar a refugiados. En mi opinión, este gesto de buena voluntad puede redundar en beneficio de toda la zona por su apego al trabajo».

Instituciones y escuelas

Hace poco más de un siglo y tras más de un mes de viaje en barco, los inmigrantes llegaban a América en busca de paz y trabajo. Muchos de los que se instalaron en la Argentina decidieron hacerlo en el norte y, en ciudades como Tartagal y Orán, trabajaron en todo lo que podían y se volcaron en gran número al comercio como vendedores ambulantes. Años después, más adaptados y organizados, fundaron entidades como la Sociedad Sirio Libanesa y, en Tartagal, es la escuela Coronel Vicente de Uriburu la depositaria de la bandera siria.

Imposible no recordar a Miguel Jorge Mimessi, nacido en 1900 en la ciudad libanesa Mimes, por lo que al llegar junto a su hermano Angel a un puerto del este de Brasil, los anotaron con el apellido Mimes. Ambos llegaron solos, enviados por sus padres en busca de un futuro mejor y por Paraguay ingresaron a Santa Victoria Este.

Desde Palestina también llegaron unos pocos años más tarde los hermanos Basilio y Jorge Sabha, casados ambos con dos jóvenes nacidas en Belén Wadia y Sultane. Basilio había entrado por Bolivia alrededor de 1926 y algunos años más tarde regresó con su hermano, con su esposa y su cuñada.

La provincia de Hama en Siria fue el lugar de nacimiento de los hermanos Abraham, Rafael y Salomón Restom, jóvenes que buscaron en Tartagal una vida más próspera. Desde Hama también llegó, en 1900, Simón Ángel. En enero de 1911 arribó al norte Abraham Jorge Esper con 13 años, para trabajar junto a su tío Abraham Yazlle a la localidad de San Ramón de la Nueva Orán, y luego llegó uno de sus hermanos menores, Amado, quien se radicó en el paraje Yariguarenda, 15 kilómetros al norte de Tartagal.

Jorge Amado Skaf fue otro inmigrante sirio, casado con Nahuar Jure y hermana de Domingo Jure. Skaf llegó atraído por lo que un tío residente en Embarcación solía relatarle.

Fuente: El Tribuno, Salta