Tensión en Lincoln: El intendente entra por la puerta de atrás para esquivar un acampe de despedidos
18/03/2016 SINDICATOS
Los trabajadores ocupan la entrada a la Municipalidad y reclaman una reunión con Salvador Serenal. Ante el silencio del Gobierno, concejales oficialistas salieron a defender la finalización de los «contratos políticos».
Trabajadores despedidos de Lincoln cumplen 20 días de acampe en la Municipalidad para reclamar su reincorporación y avisan al intendente que no se irán hasta que los reciba.
Los manifestantes aseguran que Salvador Serenal “no entra por la puerta delantera” del municipio para esquivar la protesta y en cambio, “llena de policía de civil” el lugar. El viernes, el jefe comunal de Cambiemos falló a una reunión pautada con los ex empleados y la situación se tensa.
Ante el silencio del municipio, concejales oficialistas salieron a defender la decisión de terminar con los contratos y aseguraron que “con el acampe no se consigue nada”. “La no renovación de contrato fue una decisión tomada por el departamento Ejecutivo y tiene sus motivos para haberla llevado a cabo”, dijo Patricia Galinelli (Cambiemos) y disparó contra los trabajadores: “La medida del acampe es más para victimizarse y llamar la atención que para defender sus derechos”.
Por su parte, el radical Patricio Cardiel informó que se espera “un pedido de informes” para saber “si están bien o mal despedidos”. “El método para reclamar, no sé si es justo o no, pero, por los dichos del Intendente en conferencia, ya no hay vuelta atrás sobre esos casos. Aunque cada cual defiende su lugar y cada uno tiene la posibilidad de ir a la Justicia”, dijo el concejal en defensa de Serenal.
A principios de marzo, el intendente vinculó la protesta con un intento de “desestabilización” a su Gobierno y aseguró que los despedidos tenían “contratos políticos” de Jorge Fernández. «En la transición, Fernández colocó en planta permanente a 180 en categoría 1 y 2, lo cual es ilegal y vergonzoso para los trabajadores de carrera. A otros no los conocían ni sus compañero. No me va a temblar la mano. Es un tema terminado», había dicho el jefe comunal.