Tu botella mi ladrillo avanza con el comedor de los chicos de La Ciénaga
Un grupo de jóvenes boy scouts lleva adelante la campaña para levantar las paredes del salón del merendero Arcángel Rafael, adonde concurren unas 100 personas.
07/05/2016 MUNICIPIOSUn grupo de jóvenes boy scouts lleva adelante la campaña para levantar las paredes del salón del merendero Arcángel Rafael, adonde concurren unas 100 personas.
En barrio La Ciénaga, un grupo de boy scouts se reúne dos veces por semana para dar una mano. Son todos jóvenes de 17 años, algunos de un poco más, que no tienen miedo de arremangarse para trabajar por los que más necesitan.
Desde hace dos años llevan adelante la campaña «Tu botella mi ladrillo». El objetivo es levantar las paredes de un merendero donde 100 personas acuden todas las tardes a tomar la merienda. Se trata del local que funciona en la casa de la familia Chocobar, bautizado Arcángel Rafael.
Allí, todos los sábados un grupo de scouts y demás voluntarios se convocan para llenar botellas descartables con arena que serán los ladrillos del futuro salón del comedor. El sueño no es poco. Para que chicos y abuelos estén cómodos, el salón tendrá 10 metros de largo por cinco de ancho y se conectará con la salida posterior de la casa donde se está armando una canchita. Mientras esperan, los chicos juegan en el jardín de Nora, la dueña de casa.
«Ahora vamos a hacer una prueba con una escalera a base de botellas de plástico. Queremos ver cómo se ligan con el cemento», contó Mauro González de 19 años. Él trabaja en este proyecto desde hace dos años.
La idea del comedor con botellas surgió durante una reunión de compañeros.
«Fue durante las inundaciones en Buenos Aires. Estabamos viendo cómo podíamos ayudar. Entonces nos dimos cuenta de que había muchos voluntarios y vimos que acá también hay necesidades. El padre de la iglesia de villa Las Rosas nos contó sobre un merendero y resolvimos que teníamos que darles una mano», detalló Mauro, al recordar los primeros pasos de la campaña.
Construir con botellas no es nuevo. En Misiones una casa completa -incluyendo sus muebles- fueron fabricados con botellas descartables. En el Alfarcito también se construyó con botellas, y acá en La Ciénaga el proyecto está a un paso de concretarse.
La primera etapa del proyecto fue la difusión, luego fue la parte de recolección. Los chicos no dudaron en recorrer todas las radios y escuelas de Salta para conseguir las botellas. Juntaron 10 mil, algunas están en el patio de los Chocobar y otras en el fondo de la iglesia de villa Las Rosas.
«Otra tarea fue traerlas. Lo hicimos por etapas. Las llenamos con arena que se saca del río y otro tanto que llegó por donación. Todos los sábados venimos a hacer las botellas y hacemos actividades por los chicos», destacó Mauro.
La iniciativa cuenta con el asesoramiento del arquitecto Sebastián Rivero, quien les recomendó hacer una primera prueba con la escalera.
«El cemento llegó gracias a donaciones. Como todo lo que se está haciendo», agregó el joven scout.
Pablo Romero es sacerdote de la iglesia de villa Las Rosas y capellán de la zona 27 que integra la Comisión de Pastoral de Scout Católica (Copaspa). Este sacerdote junto a los chicos scouts llevan adelante la tarea de acercar las donaciones al comedor. «Hoy el merendero funciona en el garage de la casa y el objetivo es que los chicos tengan un espacio solo para ellos. Además de la merienda, los chicos también festejan fechas especiales como el Día del Niño, Navidad o Reyes», contó el sacerdote.
Soñando con la construcción, el capellán agregó que el techo será de chapa, mientras que para las paredes todavía faltan algunos materiales.
Algunos de los elementos que todavía faltan son 12 metros de hierro de 6 mm, 6 barras de hierro de 8 mm, 15 barras de hierro de 10 mm, 30 bolsas de cemento, 16 barras de hierro de 12 mm, 10 kg de alambre n§ 14 y 6 m3 de ripiosa.
«La lista está en la página de Facebook «Tu botella mi ladrillo», agregó el padre.
Cristian Morales es otro de los jóvenes que se acerca todos los fines de semana a llenar las botellas. «No tenemos un número fijo, por lo que van rotando los grupos y además también se suma gente, que no es scout, pero que igual quiere participar en la obra. Y es bienvenida», aseguró Cristian.
Aquellos que quieran donar su tiempo también pueden mandar un mensaje a través de Facebook. David Cutipa tiene 40 años y hace 30 que está en los scout. «La experiencia es hermosa. Pensando en el prójimo que es la idea de los scouts», dijo. Mirando la obra, David afirmó que la idea es terminar este año. «Siempre invitamos a los que quieran ayudar», aseguró el scout, y agregó que cuando los chicos vean terminada la obra sentirán una emoción que recordarán toda la vida.
Los creadores del merendero
Néstor y Nora le pusieron al espacio el nombre de su hijo fallecido. Este merendero funciona hace 5 años. En un principio tuvo el aporte solidario del municipio de San Lorenzo, aun cuando no estaba registrado.
“Nunca pensamos en tener un lugar como este, pero luego de la muerte de mi hijo surgió la necesidad de hacer algo por los chicos y así comenzó todo”, contó Néstor Chocobar, padre de familia y dueño de casa.
Esta familia tiene 3 hijos mayores, uno de ellos fallecido durante un accidente de tránsito. Rafael era el mayor y cuando murió su madre no sabía qué hacer en casa. De un día para el otro la idea de asistir a los chicos del barrio tomó forma y se concretó. Nora Velázquez es la cocinera del merendero y esposa de Néstor. Dos veces en la semana amasa 10 kilos de harina para que los chicos tengan pan casero a la hora de la merienda.
Se levanta a las 8, toma unos mates y se dedica a ordenar su casa.
En el fondo tiene un hermoso jardín cargado de flores y bancas donde los chicos se sientan a jugar y corretear, mientras esperan que se los llame a tomar el desayuno.