Ciudad de Buenos Aires: La inflación avanza hacia los 50
En el comienzo del segundo semestre, el proceso inflacionario continúa mostrando fuertes tensiones, en particular por las remarcaciones en alimentos. El índice de la Ciudad dio 2,2 en julio, mientras que el del Congreso arrojó 2,4.
12/08/2016 ECONOMÍAEn el comienzo del segundo semestre, el proceso inflacionario continúa mostrando fuertes tensiones, en particular por las remarcaciones en alimentos. El índice de la Ciudad dio 2,2 en julio, mientras que el del Congreso arrojó 2,4.
La inflación de julio se ubicó en 2,2 por ciento y acumuló en el último año un alza del 47,2 por ciento, según el cálculo del centro de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires. La estimación del Congreso, en tanto, arrojó un incremento de 2,4 por ciento para julio y del 46,0 por ciento interanual. En el comienzo del segundo semestre, el proceso inflacionario continúa mostrando fuertes tensiones, en particular por las remarcaciones sobre los rubros de alimentos, en donde se concentran los gastos de los hogares de menores recursos de la población. El Indec dará a conocer hoy la estimación oficial de precios al consumidor.
El indicador de inflación de la Ciudad arrojó fuertes subas en rubros claves para el consumo de la sociedad. El bloque de alimentos aumentó en julio 3 por ciento, por encima del promedio de precios. El detalle muestra que aceites avanzó 14,4 por ciento, lo que se debió a la desregulación del valor del mercado de este producto. Otras subas relevantes se observaron en verduras (9,7 por ciento), lácteos (2,4 por ciento) y frutas (2,4). A su vez, carnes aumentó 0,9 por ciento, pero los comerciantes del sector ya anunciaron nuevas subas de 5 por ciento en las próximas semanas, tras el cierre de las paritarias de los trabajadores frigoríficos. La carne es uno de los productos de la canasta básica que acumula mayores aumentos en el último año, al incrementarse un 45 por ciento. Asociaciones de consumidores aseguraron que en los últimos meses se registró un fuerte descenso en la cantidad de productos cárnicos consumidos per cápita y un alza de la demanda de polentas y otras harinas, lo que evidencia la merma en la calidad de vida de amplios sectores de la sociedad.
La estimación del centro de estadísticas porteño arrojó además aumentos del 3,6 por ciento en el rubro de salud en julio, por los ajustes en las cuotas de las prepagas (que promediaron el 5 por ciento el mes pasado). Restaurantes y hoteles fue otro de los bloques con importantes remarcaciones, al avanzar al 4,7 por ciento. Las vacaciones de invierno fue uno de los elementos para explicar este ajuste de precios, con comercios y hotelería que registró una muy baja demanda en los primeros meses del año e intentó recuperar algo de rentabilidad con el flujo de turistas de julio. Lo mismo ocurrió en el rubro de recreación y cultura, donde los aumentos en parques turísticos y excursiones se ubicaron en 18,9 por ciento.
La inflación interanual, según el centro de estadísticas porteño, se continuó acelerando en julio, para ubicarse en 47,2 por ciento, cuando había sido de 47,0 por ciento en junio. El fenómeno se debe a un efecto estadístico que, según economistas del mercado, se continuará observando por lo menos hasta noviembre. El punto es que en el indicador de precios interanual deja de computarse la inflación mensual de julio del año pasado (2,0 por ciento) y se empieza a sumar la de julio de este año (2,2), por lo que la suba de precios acumulada en doce meses se incrementa. Como agosto, septiembre y octubre de 2015 fueron los meses de menor suba de precios del año (1,7 por ciento en promedio), los analistas aseguran que en 2016 simplemente por la forma de elaborar las estadísticas la inflación ya no puede cerrar por debajo del 45 por ciento. La cifra resulta elevada si se tiene en cuenta que el objetivo del Gobierno a comienzos del 2016 era terminar el año con un incremento del 25 por ciento.
El proceso inflacionario de este año, a diferencia de lo que ocurrió en la última década, ha desgastado la capacidad de compra de los trabajadores, que negociaron incrementos salariales muy por debajo de la suba de precios. Un estudio de la Umet reveló que hasta junio el incremento de precios asociado a los sectores más vulnerables fue del 52 por ciento, disminuyendo sensiblemente el poder de compra y la calidad de vida de los grupos postergados de la sociedad.