Crisis en los comercios barriales de Salta: los consumidores compran lo justo

Los minoristas describieron que la pérdida del poder adquisitivo de sus clientes fue uno de los principales motivos. Además, afirmaron que los vecinos cambiaron sus hábitos de consumo.

Los minoristas describieron que la pérdida del poder adquisitivo de sus clientes fue uno de los principales motivos. Además, afirmaron que los vecinos cambiaron sus hábitos de consumo.

Mientras los políticos y dirigentes del país aseguran que la recuperación económica llegará en el tercer trimestre del año, para los sectores que forman la microeconomía esa posibilidad parece lejana. En este proceso de alza que algunos economistas advierten que se hará realidad inevitablemente, los que tendrán mayores desafíos serán los pequeños comerciantes, ya que su subsistencia depende exclusivamente del salario de los trabajadores.

Para los comerciantes de barrio, las expectativas de una pronta recuperación económica por ahora son escasas y manifiestan que la recesión se fue agudizando con el tiempo o por lo menos se mantuvo.

Lo real es que el país atravesó el octavo mes consecutivo en el que las ventas se retrajeron. Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa las ventas minoristas en agosto cayeron un 7,4% frente al mismo mes del año pasado. También aclara el organismo que se sintió la fuerte pérdida de poder adquisitivo de las familias.

En una recorrida barrial que incluyó almacenes, pollerías, lavaderos, negocios familiares de comidas y minisupermercados, El Tribuno pudo comprobar que la sensación generalizada es que la situación económica sigue siendo igual que a principio de año.

Casi al unísono, todos los comerciantes pequeños declararon que sus clientes, que en su gran mayoría son los vecinos del barrio, compran «lo justo», «lo que van a consumir en el día», y que «están eligiendo segundas marcas».

Además, remarcaron que los tarifazos complicaron los márgenes de ganancias. Un punto a favor, y que hay que destacar, es que todos los comerciantes consultados notaron que hay una importante baja en el proceso inflacionario y que los precios de los productos no aumentan constantemente. Este escenario les plantea una luz de esperanza.

ALGUNOS TESTIMONIOS
«Está dura la situación, cada vez cuesta más. A partir del 15 ya empiezan a bajar las ventas y el consumo. Antes era después del 25 cuando la plata ya no alcanzaba», contó Inés, propietaria de un minisúper ubicado en barrio Periodista, a diario El Tribuno.

El negocio abrió sus puertas en el 1989, así que conoce sobre crisis económicas en el país. Quizás una de las claves de su supervivencia sea la convivencia entre la «libretita del fiado» y un posnet que adquirió hace un tiempo.

«Vender con tarjeta me ayuda mucho. Después del día 15 las ventas con el posnet se me incrementan muchísimo», comentó la mujer. Y agregó: «Sigo manteniendo el fiado porque hay mucha gente que no tiene tarjeta. Cada vez me cuesta más mantener las cuentas, porque antes me las cancelaban los primeros días del mes. Ahora cancelan en varios días».

Para Inés la situación cambió los hábitos de consumo. Ahora, sus clientes «llevan lo justo», ya que ajustaron sus niveles de gasto.

Para Alfredo, la situación no es distinta. Su novia tiene una pollería y él la ayuda con el negocio. Contó que hay una merma en las ganancias porque los clientes piden los productos más económicos. «Cada vez se nota más la pérdida del poder adquisitivo. Después del 20 de cada mes ya no hay más efectivo en la calle», sentenció Alfredo.

Justo tiene un pequeño lavadero en el barrio Intersindical y desde enero sufrió una intensa caída en su actividad.

«Hubo una merma en la cantidad de vehículos por lo menos del 30%. Creo que se debe a que la gente cuida más la plata», señaló.

Justo aseguró que los tarifazos también complicaron su situación y provocaron que los márgenes de ganancias fueran cada vez menores. «Espero que mejore hasta fin de año. Estamos apostando a eso o vamos a tener que cerrar.

Nos está costando mantener el negocio», remarcó.

PÉRDIDA DEL SALARIO
El proceso de recuperación para los comerciantes barriales será más lento, ya que depende exclusivamente del poder adquisitivo de los vecinos.

El aumento de los servicios del gas y la energía eléctrica, así como la creciente INFLACIÓNafectaron directamente el bolsillo de los asalariados. Hasta junio, el salario en términos reales había caído un 8% para los que tienen un trabajo registrado.

Fuente: El Tribuno Salta