La oposición impulsa el juicio político a Maduro, que se escuda en el diálogo papal

El presidente denunció un "golpe parlamentario" y convocó a la mesa de negociación que quiere el Papa, que no convence a los opositores.

El presidente denunció un «golpe parlamentario» y convocó a la mesa de negociación que quiere el Papa, que no convence a los opositores.

La Asamblea Nacional de Venezuela resolvió iniciar un juicio político al presidente Nicolás Maduro por romper el orden democrático y violación de los derechos humanos. Poco después, Maduro dijo que el Legislativo está intentado un «golpe de Estado» en su contra. En este escenario de aguda confrontación debe desarrollarse el diálogo impulsado por el Papa Francisco entre la oposición y el régimen chavista.

El pronóstico de esas conversaciones, que deben iniciarse el domingo en la isla Margarita, no es de los mejores. La oposición exige que se desarrollen en Caracas y que se trate el suspendido referendo revocatorio contra Maduro. Este aparece reforzado luego de su inesperada audiencia con el Papa en el Vaticano. La suspensión por el régimen del referendo revocatorio del mandato de Maduro el pasado jueves fue la gota que colmó la paciencia de la oposición y de muchos venezolanos, que no recibieron bien la intervención vaticana. Esta causó tensiones y divisiones en el frente opositor, nucleado en la Mesa de Unidad Democrática, MUD. Y ciertamente la audiencia papal a Maduro fue bienvenida por el aislado régimen venezolano.

«Esta Cámara puede determinar la responsabilidad política del presidente de la república», dijo el diputado Henry Ramos Allup, presidente del congreso unicameral. La iniciativa busca someter al mandatario a juicio político y solicitar a la Contraloría General y la Fiscalía General «que intenten las acciones a que haya lugar para hacer efectivas esas responsabilidades» que tendrían sanciones «penales y administrativas». Los legisladores también acordaron citar a Maduro para el martes 1º de noviembre «para que responda por las graves violaciones a la Constitución y los derechos humanos». De acuerdo con el artículo 222 de la Constitución, la Asamblea tiene la potestad de ejercer función de control mediante investigaciones y la interpelación de cualquier funcionario público.

Maduro no tardó en responder. Dijo, a su regreso al país, que convocará a los otros poderes contra el intento de «golpe parlamentario» de la Asamblea Nacional. Citó para hoy a los representantes de los otros poderes, incluyendo a Ramos Allup, a fin de «evaluar el golpe parlamentario de la Asamblea». Maduro terminó su gira con una visita al Vaticano, donde el martes lo recibió imprevistamente el Papa Francisco. Dijo que regresaba «bendito» por el pontífice. «Vengo reforzado espiritualmente». En la reunión el Papa impuso la apertura de un diálogo con la oposición. Aprovechando la «bendición» papal, Maduro posó de partidario del diálogo y la paz social. Anunció que personalmente irá el domingo a isla Margarita a instalar la mesa de diálogo querida por el Vaticano. «Voy a seguir insistiendo en el diálogo y yo mismo voy a ir a la mesa a conversar con todos los actores que estén ahí».

Réplica opositora. La oposición venezolana llamó para hoy a una gran manifestación en todo el país en protesta por la suspensión del referéndum. Y dijo que la isla Margarita no es el lugar adecuado para el diálogo. El máximo líder opositor Henrique Capriles dijo que «el gobierno busca tiempo y dividir a los venezolanos. Estoy dispuesto a tomarme una foto con el diablo, si eso fuera necesario para solventar la crítica situación del país, pero con testigos», señaló. Capriles criticó la presencia del español José Luis Rodríguez Zapatero entre los «facilitadores» encabezados por el enviado del Papa, Emil Paul Tscherrig, nuncio apostólico en Argentina. «Zapatero cree que la crisis en Venezuela se resuelve sentando en una silla al gobierno y la oposición, pero está muy equivocado». La frase parecía dirigida a alguien más: Jorge Bergoglio. Además, dijo que «el diálogo tiene que ser en Caracas para que el país tenga acceso a este encuentro y a una agenda clara. Nosotros no dejaremos embarcados’ al Papa Francisco, a la Iglesia. Siento que el nuncio de Argentina enviado por el Papa Francisco (Tsherrig) ha sido sorprendido en su buena fe», alegó Capriles, quien exige que el referendo revocatorio sea el centro del eventual diálogo. El gobierno rechaza de plano tal posibilidad.

Fuente: La Capital Rosario