Neuquén: Una ciudad poco amigable para los discapacitados

Se dificulta la circulación de las personas con movilidad reducida.

Se dificulta la circulación de las personas con movilidad reducida.

Escalones, desniveles, baldosas sueltas y esquinas sin rampas. Es el panorama que deben enfrentar cotidianamente las personas con discapacidades motrices y visuales al circular por las poco amistosas veredas de la ciudad. En los barrios la situación es aún peor, especialmente en el oeste.

Si bien parte de Neuquén está construida sobre la barda, lo que supone que habrá pendientes y aceras adaptadas al terreno irregular, es poco amistosa para aquellas personas que tienen movilidad reducida o no pueden ver. Incluso, en muchos casos el problema se transfiere a las madres, quienes se ven obligadas a transitar con los carritos infantiles por la calle.

Buenas y malas

El centro de la ciudad es uno de los sectores mejor adaptados para la circulación de personas con discapacidad. Posee rampas en todas las esquinas, hay pocos escalones y desniveles y las veredas se encuentran mayormente en un buen estado. Aunque aún queda pendiente la instalación de semáforos sonoros, lo que sería de gran ayuda para los ciegos.

Al respecto, el presidente de la Fundación Awkinko de personas con discapacidad visual, Marcelino Muñoz, explicó que en toda la Patagonia existe sólo uno de estos dispositivos. “Se encuentra a la salida de la Escuela 7, donde nosotros aprendemos a independizarnos”, señaló.

En tal sentido, expresó que otro de los desafíos cotidianos es ubicarse, ya que la cartelería está escrita con caracteres tradicionales. “Nos ayudaría mucho que los carteles nomencladores estén en braille”, aseguró.

No se respetan las normas

Uno de los problemas recurrentes es la inconsciencia de gran parte de los neuquinos que hacen la vista gorda y estacionan sus vehículos en las rampas.

Esto ya lo reflejó el deportista Juan María Nimo, a través de la campaña denominada “La Lección de la Rampa”, en la que realizaba un salto acrobático sobre los autos que cometían esta infracción.

Incluso, a la hora de caminar por la vereda de una confitería ven sus posibilidades reducidas, ya que las mesas impiden su paso. “Deberían tener un sendero por el que pueda pasar una persona en silla de ruedas junto a su acompañante, pero hay veces que no entran dos a la vez”, detalló.

Muñoz aseguró que la falta conciencia y de solidaridad con los discapacitados se da en todos los ámbitos, pero especialmente en el tránsito, donde los conductores son desconsiderados y agresivos. “A veces nos quieren pegar”, indicó.

A pesar de esto, señaló que los edificios públicos, tanto provinciales como municipales, han incorporado cambios que generan la inclusión de las personas con estas discapacidades.

“Este año la Casa de Gobierno incorporó una rampa; pasó desapercibido para la gente que puede ver, pero para nosotros es un gran gesto”, concluyó.

Un trabajo que ayuda a vivir con la dificultad

NEUQUÉN

La Fundación Awkinko de personas con discapacidad visual se encarga de recibir a la gente que no tiene cupo en la Escuela Especial Nº 7 o que recientemente perdió la visión, y le enseña a afrontar su nueva vida. Fundada en 2006, cuenta con socios de toda la provincia.

Marcelino Muñoz, presidente de la organización, contó en diálogo con LM Neuquén que capacitan a sus socios en todo lo que refiere a la independencia. “Les enseñamos a caminar con el bastón, a cocinar, planchar, a vivir solos y convivir con su discapacidad”, explicó.

También les ayudan a realizar distintas destrezas, como natación y gimnasia rítmica, para que se puedan desarrollar plenamente como personas y gocen de buena salud. Además, ofrecen asesoramiento legal, los ayudan a tramitar jubilaciones y les brindan contención emocional. “Es muy fuerte pasar de ver a quedarte ciego, a veces lloramos juntos, pero entre todos nos ayudamos y salimos adelante”, manifestó Muñoz.

Uno de los ejes de la fundación es el apoyo que les brindan a las personas en situación de calle, ya que les ofrecen platos de comida. “Nuestro sueño como fundación es tener un lugar propio con habitaciones y camas, para que cuando venga gente del interior a realizar chequeos médicos u operaciones, tengan donde dormir gratuitamente”, contó.

Historia de vida

Perdió la visión en un accidente laboral

Marcelino Muñoz nació en Neuquén hace casi 53 años y desarrolló toda su vida en la provincia con normalidad. Sin embargo, hace más de una década sufrió un accidente laboral que le desprendió las retinas.

Luego de estar seis meses con los ojos dilatados, consiguió un donante de córnea, pero en un giro inesperado del destino su cuerpo rechazó y destruyó los implantes, por lo que quedó completamente ciego.

“Estuve un año encerrado en mi casa y engordé tanto que superé los 100 kilos”, sentenció. Luego de ese mal momento, se dedicó de lleno a ayudar a las personas que sufrieron la misma situación, a través de la Fundación Awkinko.

La sede de la entidad se encuentra en Don Bosco 395 y la cuota para la afiliación cuesta sólo 30 pesos.

Problemas

Los lugares más complicados

-La zona bancaria

-Roca y Avenida Argentina

-Olascoaga y Ruta

-Ministro González desde Entre Ríos hasta la Avenida

-Olascoaga y Sarmiento

-Brentana y Belgrano

-Los barrios del oeste (Z1, Islas Malvinas y Villa Ceferino, entre otros)

Fuente: La Mañana Neuquén