Del elogio a la decepción, un clásico del FMI

El Fondo Monetario apoyó con entusiasmo el cambio de orientación económica que impuso el macrismo, pero ahora admitió que los resultados fueron decepcionantes.

El Fondo Monetario apoyó con entusiasmo el cambio de orientación económica que impuso el macrismo, pero ahora admitió que los resultados fueron decepcionantes. “Hay una menor expectativa de recuperación a corto plazo en Argentina y Brasil”, alertó en un nuevo informe.

El Fondo Monetario Internacional admitió ayer su decepción por la evolución de la economía argentina en 2016, pese a sus generosos elogios por el cambio de orientación que impuso el gobierno de Mauricio Macri. El organismo difundió ayer la actualización de su documento sobre las perspectivas de la economía mundial para 2017. Allí afirmó que la Argentina es uno de los países de América latina que “defraudó” con la tasa de crecimiento en el segundo semestre del año pasado. La entidad había celebrado las medidas de ajuste ortodoxo de Cambiemos; en particular, la fuerte devaluación de diciembre de 2015, la liberación de los controles cambiarios y la devolución de retenciones al complejo agropecuario. Pero ahora ubicó al país junto con Brasil entre las economías de peor performance de la región. Las autoridades del Fondo indicaron que el escenario para economías emergentes empieza a complicarse por los cambios de mando en Estados Unidos, tras la victoria de Trump.

El FMI calculó que el crecimiento de Latinoamérica será de 1,2 por ciento en 2017, cuando en su anterior informe lo había ubicado en 1,6 por ciento. “En América latina, la revisión a la baja refleja en gran medida una menor expectativa de recuperación a corto plazo en Argentina y Brasil tras cifras de crecimiento que defraudaron las expectativas en torno al segundo semestre de 2016, condiciones financieras más restrictivas y vientos en contra más fuertes para México debido a la incertidumbre relacionada con Estados Unidos, así como el deterioro ininterrumpido de la situación en Venezuela”, precisó el organismo. Aún no actualizó la proyección hecha en septiembre pasado para la Argentina, cuando estimó una contracción del 1,8 por ciento del PIB en 2016 y una suba del 2,7 por ciento para 2017.

El organismo a cargo de Christine Lagarde está en el radar de los funcionarios del Gobierno. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dijo hace menos de tres meses que si el país se enfrenta a un peor escenario financiero, por el aumento de la tasa de interés para tomar deuda en los mercados de capitales internacionales, el Fondo podría ser una fuente de financiamiento barata por hasta 25.000 millones de dólares. La cifra representa más del 60 por ciento de las reservas del país. El FMI, pese a la buena sintonía con el macrismo, no fue optimista con la situación económica del país e incluso lo ubicó entre los mercados emergentes donde se observan las mayores tensiones de actividad. “El panorama de economías de mercados emergentes sigue siendo diverso. La actividad fue más débil de lo esperado en algunos países de América Latina que están atravesando una recesión, como Argentina y Brasil, así como en Turquía, cuyos ingresos por turismo sufrieron una profunda contracción”, indicó el documento del Fondo.

El FMI fue más optimista con el crecimiento de las economías avanzadas. Proyectó que crecerán 1,9 por ciento en 2017, cuando había estimado un alza del 1,8 por ciento en la edición anterior de su documento sobre perspectivas mundiales. El economista Jefe del Fondo, Maurice Obstfeld, aseguró que Estados Unidos, Europa y Japón le darán mayor impulso a la economía global. El crecimiento mundial se ubicará, según el organismo, en 3,4 por ciento este año, cuando en 2016 había marcado un 3,1 por ciento, la tasa más baja desde la crisis financiera internacional en 2008-2009.

Obstfeld, no obstante, aseguró que existen riesgos importantes para el crecimiento del mundo vinculados con el éxito o fracaso de las políticas económicas de Donald Trump en Estados Unidos. “Si un aumento de la demanda agregada alimentado por la política fiscal se topa con limitaciones de capacidad más rígidas, la curva de las tasas de interés tendrá que empinarse para contener la inflación, el dólar se apreciará con fuerza, el crecimiento real disminuirá, la presión presupuestaria se acentuará y el déficit nacional en cuenta corriente se ahondará”, dijo. Agregó que “este último escenario, en el cual se profundizan los desequilibrios mundiales, redobla el riesgo de medidas proteccionistas seguidas de represalias. También la posibilidad de que las condiciones financieras mundiales se compliquen con celeridad inesperada, generando tensiones para muchos mercados emergentes y algunas economías de bajo ingreso”, planteó.

Esta situación podría potenciar la recesión interna en la Argentina, por la dificultad para acceder a nuevos capitales financieros a tasas moderadas y sostener el programa de megaendeudamiento iniciado en 2016. La intención de las autoridades del Palacio de Hacienda es colocar al menos 5000 millones de dólares en los mercados internacionales antes del viernes, cuando asumirá Trump.

Fuente: página 12