El Papa contra el liberalismo económico

En un reportaje al diario El País, Francisco se mostró preocupado por América latina y las políticas de exclusión que se aplican, y cauteloso cuando se le pidió opinión sobre el nuevo presidente norteamericano.

En un reportaje al diario El País, Francisco se mostró preocupado por América latina y las políticas de exclusión que se aplican, y cauteloso cuando se le pidió opinión sobre el nuevo presidente norteamericano.

En un extenso reportaje concedido al diario español El País, el papa Francisco se mostró cauteloso cuando se le pidió una opinión sobre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump señalando que hay que “ver qué pasa” para no caer en una “gran imprudencia”, repasó temas de la política internacional, hizo consideraciones de índole conceptual respecto de cuestiones como el “populismo” y sus diversas acepciones y acerca de la teología de la liberación, de la que rescató aspectos positivos.

Acerca del nuevo presidente de Estados Unidos el papa Jorge Bergoglio dijo que no hay que “asustarse o alegrarse por lo que pueda suceder” ni “ser profetas de calamidades o de bienestares que no se van a dar” porque eso sería “caer en una gran imprudencia”. “Se verá”, afirmó el Papa. “Veremos lo que hace y ahí se evalúa. Siempre sobre lo concreto” porque “el cristianismo o es concreto o no es cristianismo”. Francisco afirmó en la ocasión que “nosotros perdemos mucho el sentido de lo concreto” y recordó que “el otro día (me decía) un pensador que este mundo está tan desordenado que le falta un punto fijo. Y es precisamente lo concreto lo que te da los puntos fijos. Qué hiciste, qué decidiste, cómo te movés”. Y continuado con su postura ante la nueva realidad política de Estados Unidos remató diciendo que “por eso yo frente a eso espero y veo”. Y consultado acerca de si lo dicho por Trump hasta ahora no le merece ya preocupación, el Papa reafirmó: “Espero. Dios me esperó tanto tiempo (a mi), con todos mis pecados…”.

Otra pregunta referida a las actitudes de xenofobia y odio hacia el extranjero que existen en distintas partes del mundo y que Trump encarnó durante su campaña y al asumir la presidencia, le permitió al Papa hacer una consideración sobre “los populismos” y discernir sobre la condición “equívoca” del vocablo. Para Bergoglio “en América Latina el populismo tiene otro significado” diferente a la idea de quienes proponen “busquemos un salvador que nos devuelva la identidad y defendámonos con muros, con alambres, con lo que sea, de los otros pueblos que nos puedan quitar la identidad”. Según Francisco “eso es muy grave” y por eso puso como ejemplo Alemania en el 33: “un pueblo que estaba en crisis, que buscó su identidad y apareció este líder carismático (Hitler) que permitió darles una identidad, y les dio una identidad distorsionada y ya sabemos lo que pasó”.

Sin hacer ninguna referencia directa a Trump y sus propuesta el Papa sostuvo en la entrevista concedida a El País, que “cada país tiene derecho a controlar sus fronteras, quién entra y quién sale, y los países que están en peligro –del terrorismo o cosas por el estilo– tienen derecho a controlarlas más, pero ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus vecinos”.

Para Bergoglio, en cambio, la idea de “populismo” es diferente en América Latina y, por ese motivo, “cuando oía populismo acá (en Europa) no entendía mucho, me perdía hasta que me di cuenta de que eran significados muy distintos según los lugares”. Según lo entiende Francisco “allí (en América Latina, el populismo) significa el protagonismo de los pueblos, por ejemplo, de los movimientos populares. Se organizan entre ellos… es otra cosa”, afirmó refiriéndose precisamente a expresiones políticas a las que él mismo, desde el pontificado, ha brindado importante respaldo, alentado y promovido la organización en los últimos años.

En su trayectoria como sacerdote y obispo Bergoglio se encuadró dentro de la corriente llamada “teología del pueblo”, uno de cuyos principales exponentes fue el ya fallecido teólogo también argentino, Lucio Gera. Para Emilce Cuda, coordinadora del Grupo de Trabajo CLACSO “Teología ética y política”, el papa Francisco encarna una propuesta disonante en el escenario de la política actual partiendo de la base de que “para la noción de pueblo argentina, pueblo es el pueblo pobre trabajador, donde lo ético opera antes que lo político, y no es lo coercitivo o doctrinal a priori, sino que es producto de una práctica cultural que articula a posteriori esas dos dimensiones relativas al sujeto nosotros-pueblo: la dimensión vertical con el Otro, y la horizontal con el otro”, Es, dice la autora, “una ética histórica donde la noción de sujeto-individuo aislado como sujeto moral es desplazada por la noción de nosotros-pueblo situado”. (Cude, E., “Teología del pueblo: ¿teología de la liberación o movimiento populista?”, U. N. Arturo Jauretche).

A esta visión atribuyen otros autores la propuesta encarnada en los documentos de Francisco, especialmente en Evangelii Gaudium (24.11.13) donde sostiene “no a la economía de la exclusión”, “no a la nueva idolatría del dinero”, “no aun dinero que gobierna en lugar de servir”, “no a la inequidad que genera violencia”.

Para Francisco “la teología de la liberación fue una cosa positiva en América Latina”, porque “tuvo aspectos positivos y también tuvo desviaciones, sobre todo en la parte del análisis marxista de la realidad”.

Según el Papa “Latinoamérica está sufriendo los efectos de un sistema económico en cuyo centro está el dios dinero, y entonces se cae en las políticas de exclusión muy grande. Y se sufre mucho. Y, evidentemente, hoy día Latinoamérica está sufriendo un fuerte embate del liberalismo económico fuerte,  de ese que yo condeno en Evangelii Gaudium cuando digo que ‘esta economía mata’. Mata de hambre, mata de falta de cultura”. Para señalar luego que “la emigración no es solo de de Africa a Lampedusa o a Lesbos. La emigración es también desde Panamá a la frontera de México con Estados Unidos y en Europa. La fabrican para acá, para los ricos, y pierden la vida en eso. Y están los que se prestan a eso”, subrayó.

Refiriéndose a otras cuestiones el Papa reiteró que China y el Vaticano están trabajando de manera conjunta y se mostró dispuesto a visitar el país asiático “cuando me inviten”. Dijo que “los saben ellos” (los chinos). Y agregó que “además, en China las iglesias están llenas” y que “se puede practicar la religión en China”.

Fuente: Página 12