Huelga de la policía desata un infierno en ciudad brasileña

La tensión aumentó entre el Ejército, enviado por el presidente de Brasil Michel Temer, y la policía de Espíritu Santo que está en huelga desde la semana pasada, período en el que fueron asesinadas 87 personas y hubo decenas de saqueos.

La tensión aumentó entre el Ejército, enviado por el presidente de Brasil Michel Temer, y la policía de Espíritu Santo que está en huelga desde la semana pasada, período en el que fueron asesinadas 87 personas y hubo decenas de saqueos.

Soldados del Ejército y tropas de la Fuerza Nacional de Seguridad rodearon hoy el cuartel general de la Policía Militarizada de Espíritu Santo, donde están acantonados los agentes provinciales desde la noche del último viernes.

Luego de algunos rodeos, y presuntas negociaciones, los efectivos enviados por el presidente Temer desistieron de ingresar al predio y así se disipó el riesgo de enfrentamientos entre dos grupos fuertemente armados.

Este miércoles Vitoria, capital de Espíritu Santo, amaneció desierta: sin transporte público y los comercios cerrados para evitar ser saqueados, y los que abrieron contaron con agentes de seguridad privados. La crisis de la seguridad en el estado de Espíritu Santo, fronterizo con Río de Janeiro, alcanzó dimensión nacional por la gravedad de la ola de violencia a que dio lugar desde las primeras horas del sábado.

Según informó ayer la Policía Civil de investigaciones, 87 personas fueron asesinadas hasta la mañana de este miércoles en acciones lanzadas por delincuentes ante la pasividad de las fuerzas del orden de Espíritu Santo.

Sin olvidar que el levantamiento policial de Espíritu Santo puede convertirse en un ensayo de futuros motines que pondrían en «peligro al propio Estado de Derecho», según advirtió el abogado Dirceu Augusto da Camara Valle, doctor en derecho penal por la Pontificia Universidad Católica.

«La Constitución prohíbe expresamente la sindicalización y las huelgas de las policías provinciales en el entendimiento de que son cuerpos armados y entrenados que objetivamente están en condiciones de tomar el estado por la vía de los hechos», agregó Camara Valle.

En Brasil las policías militarizadas de las 27 provincias cuentan con cerca de un millón de elementos.

Según trascendidos las fuerzas de seguridad de Río de Janeiro ya tomaron nota de la rebelión en Espíritu Santo y podrían levantarse en los próximos días a través de asociaciones de familiares de la policía.

De hecho en Espíritu Santo la huelga policial está disimulada detrás de una movilización de las esposas y familiares que establecieron piquetes frente a los cuarteles para impedir que salgan las patrullas.

«Esto es un chantaje (…) si nosotros no enfrentamos esto ahora mañana pasará algo parecido en el resto de Brasil», afirmó hoy el gobernador de Espíritu Santo, Paulo Hartung.

La medida de fuerza policial que ha sembrado el pánico en la población «es lo mismo que secuestrar la libertad de la gente y después cobrar rescate», planteó el jefe de gobierno del estado de Espíritu Santo , en la región sudeste del país.

Ante la ola inédita de asesinatos ya no hay más espacio para ubicar los cadáveres en el Instituto Médico Legal de Vitoria, donde algunos cuerpos están fuera de los refrigeradores y el olor es nauseabundo, según denunciaron familiares de las víctimas.

Los policías que reclaman 43% de aumento salarial, lo cual significaría una erogación de 500 millones de reales, poco menos de 160 millones de reales «que no tenemos, si pagamos eso vamos a la quiebra», señaló el gobernador Hartung.

Fuente: Tucumán Hoy