Pablo Iglesias se impuso en Podemos a la alternativa moderada

El líder de la formación le ganó la votación interna a Iñigo Errejón, que se quedó con la minoría en la cúpula partidaria. Incógnitas a futuro.

El líder de la formación le ganó la votación interna a Iñigo Errejón, que se quedó con la minoría en la cúpula partidaria. Incógnitas a futuro.

Pablo Iglesias obtuvo la victoria en el congreso del partido de izquierda radical Podemos, imponiendo su línea dura sobre el reformista Iñigo Errejón que igualmente consiguió una importante catidad de cargos en la directiva nacional.

Iglesias fue ratificado en su cargo con el 89 por ciento de los votos de los 155.000 militantes que participaron. Pero no compitió por ese puesto Errejón, sino el abogado Juan Moreno Yagüe. Además, las otras votaciones resultaron mucho más ajustadas: en el llamado «Documento político», por ejemplo, Iglesias obtuvo 56 por ciento contra poco más de 33 por ciento de Errejón. Iglesias colocó a la mayoría de sus fieles en la dirección y logró que se aprobaran sus programas. Durante los días previos se había temido una fractura de Podemos al polarizarse la confrontación entre Iglesias y Errejón. Pero ambos quedaron muy enfrentados respecto al camino a seguir para intentar llegar al poder en España. Podemos es la tercera fuerza política española, dentro de un panorama muy fragmentado desde las elecciones de diciembre de 2015, cuando el tradicional bipolarismo español fue sustituido por una división en cuatro fuerzas. Esa división fue ratificada apenas seis meses después, cuando los españoles volvieron a las urnas. La primera fuerza es el gobernante Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, que también este fin de semana realizó su congreso y ratificó su hegemonía interna. El socialismo del PSOE es la segunda fuerza parlamentaria y territorial.

Iglesias obtuvo ayer 37 de los 62 miembros del denominado «Consejo Ciudadano», que es la cúpula de Podemos, frente a los 23 que logró Errejón. Además, una tercera facción, la de los Anticapitalistas, ha logrado dos puestos, que no tenían. Según contabiliza anoche el diario ABC, «el ajustado resultado de la consulta a las bases refuerza la posición de Errejón en Podemos».

Iglesias, que confrontó vivamente con Errejón durante el congreso, tuvo un discurso de la victoria en tono similar. «El viento del cambio sigue soplando y hoy Podemos es más fuerte y maduro», lanzó Iglesias. «Humildad y unidad hasta la victoria», agregó, antes de abrazar a los nuevos integrantes de la directiva, entre ellos el propio Errejón, quien mostraba una media sonrisa.

Iglesias había presentado este congreso como un plebiscito sobre su liderazgo, cuestionado internamente al no darse en tan augurado «sorpasso» sobre el PSOE en las pasadas elecciones de junio, convocadas ante el persistente bloqueo en el Parlamento por falta de una mayoría clara. La situación se desbloqueó en octubre pasado, cuando el PSOE votó finalmente por la investidura de Rajoy.

Si Iglesias y sus programas eran derrotados por los de Errejón, afirmó ayer Iglesias, abandonaría la secretaría general de Podemos, formación de extrema izquierda nacida en 2014 al calor de las protestas contra los recortes fiscales. Durante el congreso y en los días previos, se fue agriando el debate, con un mediático cruce de recriminaciones entre Iglesias y Errejón. Destacaba ayer la agencia DPA que Podemos es según las últimas encuestas la segunda fuerza política, por encima del PSOE. Pero las encuestas en España han quedado muy desprestigiadas, en especial al no vaticinar los resultados de junio de 2016, cuando pronosticaban el «sorpasso» de Podemos sobre el PSOE, que nunca ocurrió. Al contrario: Podemos perdió más de un millón de votos respecto del voto de seis meses antes pese a su alianza con IU. También fallaron al no detectar el avance del PP de Rajoy.

Errejón busca dar un rostro más amable al partido y captar electores más moderados. Sin decirlo, busca aprovecharse de la profunda crisis del socialismo, que está a la deriva luego del fiasco de Pedro Sánchez. Iglesias, al contrario, va tras un partido de «activistas institucionales» y preconiza una «vuelta a la calle». Si bien esta receta le ha dado ayer la victoria interna, no parece que sea el camino para sacar del gobierno al PP de Rajoy, la gran obsesión de Iglesias.

Fuente: La capital Rosario