Ya se siente el impacto social de la crisis de la cooperativa Sancor

En Buenos Aires, hubo una protesta de Camioneros. Córdoba y Santa Fe gestionarán con la Nación. Piden preservar la cooperativa.

En Buenos Aires, hubo una protesta de Camioneros. Córdoba y Santa Fe gestionarán con la Nación. Piden preservar la cooperativa.

La crisis de Sancor comenzó a mostrar el impacto social que tendrá en el interior si se profundiza. La cooperativa cerró cuatro plantas procesadoras en las que trabajan 500 personas, y se podría extender a otras dos unidades productivas en los próximos días.

En la localidad santafesina de Centeno, donde se ubica uno de los establecimientos parados, vecinos y operarios de la firma levantaron una carpa frente a la fábrica de quesos como expresión de alerta. En Buenos Aires, los camioneros que conduce Pablo Moyano protestaron frente al centro de distribución de la cooperativa sobre la Panamericana. Si bien el sindicato de los trabajadores lácteos, Atilra, dijo que no se recibieron telegramas de despidos, admitió que la empresa avanza con un plan de reestructuración que incluye «retiros voluntarios».

El coloso cooperativo, con 15 plantas distribuidas en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, que ocupa a 4 mil empleados e involucra a 80 cooperativas lácteas es parte fundamental del entramado productivo de la región. La firma arrastra problemas económicos desde hace muchos años, que se agudizaron con la caída del fideicomiso de comercio con Venezuela, mercado al que exportaba con alto valor.

El año pasado puso en marcha un plan de reestructuración que incluyó la venta de su línea de yogures a Vicentín. Pero el horizonte no se despejó totalmente, por cuestiones ligadas al manejo gerencial pero también por las dos crisis hídricas que pulverizaron la producción de leche en la cuenca santafesina, la baja de los mercados externos y la caída de la demanda interna.

En este contexto, por su carácter de cooperativa, la firma pagaba aproximadamente un peso más por litro de leche a sus tamberos.

En un escenario de escasez general de leche, la firma comenzó a atrasarse en los pagos, lo que afectó la recepción de materia prima. Hoy enfrenta una virtual «corrida láctea» que requiere de fondos frescos para solucionarla.

Por eso, gestiona un «puente financiero» con el gobierno nacional mientras avanza en su plan de achique, que incluye la concentración de la producción industrial en menos plantas, la reducción del plantel de personal y la discontinuación de líneas de elaboración.

Paralelamente, baraja distintas alternativas de capitalización: una es la negociación de un crédito de 450 millones de dólares con un grupo de bancos de inversión extranjeros, y otra es la asociación con una empresa europea.

Desde la conducción empresaria aseguran que este plan de ajuste, que tendrá costo social, permitirá mantener a salvo el modelo de cooperativa. Esgrimen como un escenario no deseado el concurso preventivo y la venta.

Recientemente, autoridades de la firma se reunieron con el presidente Mauricio Macri para pedir un auxilio financiero, pero desde el Ejecutivo los mandaron a hacer el ajuste.

El ministro de Producción, Francisco Cabrera, explicó que el gobierno estuvo el último año «al lado de Sancor, ayudándola con préstamos por fuera del circuito financiero» del orden de los 500 millones de pesos. Ahora supeditaron la entrega de más ayuda a un «ordenamiento» de su plan de negocios. El funcionario sostuvo que la compañía «se metió en un problema serio» cuando fue «un exportador importante de leche en polvo a Venezuela, que le dejó de pagar».

«Si la deuda crece, tiene que reestructurar algo de su plan de negocios», advirtió el ministro, quien, no obstante, subrayó que «el caso de Sancor es particular» porque «los productores que le venden leche son los dueños de la compañía industrial y, durante muchos años, se subsidió el precio de la leche de manera que los tamberos, que eran los accionistas, tuvieran un mejor precio que el del mercado».

Y agregó: «El verdadero problema de Sancor no es tanto el tambero, que es una persona solvente porque tiene activos, sino los empleados».

La vocación de disciplinamiento de la administración nacional en este caso pone en alerta a los gobiernos provinciales, que temen un conflicto social «sin precedentes» en su territorio. Los gobernadores de Santa Fe y Córdoba, Miguel Lifschitz y Juan Schiaretti ya se pusieron en contacto para acercar propuestas e ideas en forma conjunta al gobierno nacional.

Defender la cooperativa

«Hay que tener cuidado con las decisiones que se toman porque el impacto social en las provincias puede ser devastador, nosotros queremos una solución que minimice ese costo y que, sin dejar de discutir sobre el manejo de la firma, preserve el carácter cooperativo de Sancor», dijo el ministro de Producción de Santa Fe, Luis Contigiani.

Temblor. En Centeno, los trabajadores de la firma acampan frente a la planta de Sancor. Crisis de magnitud.

Fuente: La Capital Rosario