En la Ciudad, las canastas vuelan alto

Una familia de cuatro integrantes que vive en la Ciudad de Buenos Aires necesitó el mes pasado un ingreso de 14.127,56 pesos para superar la línea de la pobreza

Una familia de cuatro integrantes que vive en la Ciudad de Buenos Aires necesitó el mes pasado un ingreso de 14.127,56 pesos para superar la línea de la pobreza. La valorización de la canasta utilizada por las autoridades estadísticas porteñas para establecer el punto a partir del cual un hogar es considerado pobre registró un alza de 0,2 por ciento frente a enero y una escalada del 31,2 por ciento con relación a igual mes de 2016. El valor de los productos fundamentales con los que se determina la línea de indigencia  se ubicó en 5593,15 pesos, una suba de 0,3 por ciento contra enero y del 26,2 por ciento respecto de igual período el año anterior.

El deterioro en las condiciones laborales y los aumentos de precios asociados a las políticas económicas desplegadas por el gobierno de Mauricio Macri durante los primeros nueve meses de su gestión resultaron en un incremento en materia de pobreza e indigencia que alcanzaron sus niveles más elevados de los últimos siete años. El Sistema de Canastas de consumo de la Ciudad de Buenos Aires “mide la capacidad de acceso de los hogares de la Ciudad para cubrir un conjunto de bienes y servicios compatible con el estándar de vida de la población de la Ciudad”. En el caso de una pareja de jubilados, la canasta básica alimentaria se ubicó en 3.563,66 pesos contra 3.466,38 del mes anterior. En tanto que la línea de pobreza para dos jubilados se ubicó en 6.942,59 contra 6.767,42 de enero.

La semana pasada el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) que depende de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimó un incremento en la pobreza de 29 por ciento registrado a fines de 2015 hasta 32,9 por ciento de la población entre junio-septiembre del año pasado. Los responsables de elaborar esas cifras advirtieron que “el impacto de la devaluación, las medidas anti-inflacionarias, el contexto internacional adverso y el rezago de la inversión privada y pública habrían generado un escenario crítico, aún más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales”.

Fuente: Página 12