La ola de despidos sigue con intensidad

En apenas dos días hubo más de 1000 despidos industriales. A los de Pepsico y Lanxess, se sumaron los de Puma y Empepa. Muchas empresas avanzan de ese modo en la reestructuración de su producción y en normas de flexibilización laboral.

La ola de despidos sigue con intensidad

Marcha de protesta de trabajadores de Puma en Chilecito y Chamical. Hubo 180 despidos en esa empresa.

En apenas dos días hubo más de 1000 despidos industriales. A los de Pepsico y Lanxess, se sumaron los de Puma y Empepa. Muchas empresas avanzan de ese modo en la reestructuración de su producción y en normas de flexibilización laboral.

La empresa de calzado e indumentaria deportiva Puma anunció la reducción de sus plantas en las localidades riojanas de Chilecito y Chamical, que afecta a 180 trabajadores, mientras que ayer también se conoció el despido de 70 empleados por el cierre de los talleres ferroviarios Rioro, cerca de Rosario. Durante la jornada del martes cerró la planta bonaerense de Florida de Pepsico, cuyos 600 trabajadores comenzaron a ser notificados con los telegramas de despidos y denuncian que la empresa actúa en complicidad con el Ministerio de Trabajo. Se suma al cierre de la firma química Lanxess en Zárate, que deja sin empleo a 170 trabajadores. Los casos se enmarcan en un contexto de aumento de la desocupación.

En apenas dos días se informaron más de 1000 despidos en empresas del sector industrial. En los casos de Pepsico y Puma, los dos más resonantes, las empresas argumentan que la baja de personal responde a una estrategia de fortalecimiento de las empresas. Las firmas se reacomodan al nuevo contexto de reducción del mercado interno, aumento de las importaciones y viabilidad política para avanzar en la flexibilización laboral.

Puma anunció la reducción de sus plantas de calzado de Chilecito y Chamical, que afecta a sus 180 empleados. Formalmente, la empresa busca cerrar las desvinculaciones a través de retiros voluntarios. “Son despidos encubiertos, no hay ninguna duda”, señaló a este diario Agustín Amicone, titular del gremio del calzado. En marzo, Puma había cerrado la planta de Sanagasta, donde trabajaban 100 operarios y a fines del año pasado cerró su proveedora Herzo, ubicada en San Luis. Puma está radicada hace 37 años en la provincia de La Rioja y justificó que la reducción de personal “está motivada por la necesidad de introducir un recambio tecnológico para mejorar la eficiencia y garantizando la continuidad del negocio”. La firma está decidida a limitar su producción integral de calzado para concentrarse en el ensamblaje con partes importadas, como hacen sus competidoras Adidas y Nike. Pero además, hay un alarmante crecimiento de la importación de calzado terminado. Amicone detalla que “entre enero y abril la importación de calzado terminado subió un 33 por ciento. A este ritmo vamos a terminar el año con 30 millones de pares importados, incluso por arriba de los 27 millones de 2016. No se vende nada y encima traen importados”.

Por su parte, ayer los talleres ferroviarios Rioro enviaron 70 telegramas de despido a sus trabajadores. La empresa del Grupo Emepa ubicada en la localidad de Pérez, en las afueras de la ciudad de Rosario está en la cuerda floja desde hace varios meses. La firma dijo que “concentrará las actividades en los talleres de Laguna Paiva” y relacionó el cierre de la planta con la caída de contratos que se habían firmado con el Estado nacional. Los talleres Rioro realizaban reparaciones de locomotores y coches del sistema ferroviario. Después de la renovación de trenes durante el Gobierno anterior, la firma se concentró en el trabajo sobre ramales interurbanos. La crisis final apareció con la decisión del Gobierno de Mauricio Macri de no renovar los contratos que Rioro tenía con el Belgrano Cargas. La empresa también venía produciendo boyas para la hidrovía. El Grupo Emepa tiene 5 mil trabajadores en ocho unidades de negocios.

Los empleados de Rioro se encontraron ayer con un cartel firmado por la empresa en el que dice que “ha cesado su actividad tal como fue informado al personal conforme a la ley” y agrega que “para terminar el proceso, el departamento de recursos humanos se comunicará a la brevedad con cada uno de los desvinculados”. La modalidad del “cartelito” también fue adoptada el martes por la empresa de snacks Pepsico, que despidió a 600 trabajadores a raíz del cierre de su planta bonaerense de Florida, en donde se producen las papas fritas Lays Clásicas y Saborizadas, Twistos, maní, 3D y Cheetos.

Pepsico, tal como planteó Puma, dijo que los despidos mejorarían la productividad de la empresa. “Este modelo industrial conlleva muchos beneficios, incluyendo mayor eficiencia y más cercanía en la relación con los agricultores y proveedores de papa”, dijo la compañía. En un escenario de caída del consumo, presión para flexibilizar el trabajo y aumento de importaciones, la “mejora de la productividad” no viene por la tecnologización sino por la reducción del personal.

Fuentes del gremio de la alimentación advierten que el último lunes Pepsico presentó el proceso preventivo de crisis en el Ministerio de Trabajo, que fue aprobado inmediatamente y por ello la firma comenzó a enviar los telegramas de despidos. “Para poder cerrar la planta, la empresa tendría que haber presentado el preventivo de crisis hace un mes. No respetaron los tiempos pero el Ministerio aprobó la maniobra. Eso quiere decir que el Gobierno está con la patronal y no con nosotros”, dijeron desde la comisión interna de los trabajadores de la planta de Florida.

Fuetne: Página 12