Hay un brote verde que está creciendo con fuerza

Grandes inversores locales y extranjeros comenzaron a dolarizar sus carteras como estrategia defensiva a la espera de las elecciones de medio término. Además, el complejo agroexportador disminuyó la liquidación de divisas.

Grandes inversores locales y extranjeros comenzaron a dolarizar sus carteras como estrategia defensiva a la espera de las elecciones de medio término. Además, el complejo agroexportador disminuyó la liquidación de divisas.

El dólar cerró ayer a 17,06 pesos, con un aumento de 18 centavos respecto del viernes y de 70 centavos en los últimos 30 días, que equivale a un alza de 4,3 por ciento. El tipo de cambio alcanzó una cotización record desde la salida de convertibilidad en 2002 y acumula una suba del 75 por ciento desde que asumió el Gobierno de Mauricio Macri. Los grandes inversores salieron a comprar divisas en las últimas semanas para protegerse ante la incertidumbre de las elecciones y presionaron al alza la cotización. La menor entrada de divisas por la reducción de la liquidación de la cosecha del campo y la moderación en el ingreso de capitales de corto plazo agregaron tensiones en la plaza cambiaria. Las reservas internacionales se ubicaron en 47.818 millones de dólares y bajaron 177 millones. En el directorio del Banco Central no mostraron señales de preocupación por el salto del tipo de cambio y se aferran a la meta de inflación del 17 por ciento para este año. Economistas consultados por este diario, en contraste, aseguran que el alza del dólar impactará en los precios de julio, en particular, sobre los alimentos.
Los informes de las consultoras de la city y las agencias de bolsa coinciden en que en las próximas semanas seguirá la volatilidad cambiaria. “Es claro que debemos aprender a convivir con una mayor inestabilidad en el precio del dólar. Las elecciones en el horizonte aseguran esta situación, porque llevan a un piso mayor de demanda, a lo que ahora se suma efecto vacaciones y aguinaldo”, dijeron a este diario en Portfolio Personal. Agregaron que la llegada de dólares al país dependerá de la capacidad del Gobierno para continuar emitiendo deuda y las decisiones del complejo agroexportador.

Los empresarios del campo se mostraron reacios a liquidar la cosecha en las últimas semanas y apuestan por la suba del dólar. Los datos de la cámara de exportadores de cereales registraron que en los últimos cinco días hábiles de junio se liquidaron unos 478 millones de dólares, una cifra 32,6 por ciento inferior respecto de la comercializada en igual período del año pasado. El complejo agropecuario presiona al Gobierno para obtener una mayor rentabilidad cambiaria mientras envía mensajes críticos por la suba de los costos de los combustibles en el mercado interno. La alianza implícita del campo con el equipo económico, tras la eliminación de las retenciones a comienzo de 2016, empieza a estar en tensión y el agro vuelve a mostrar las maniobras típicas de especulación con la cosecha que disminuyen la entrada de divisas al país.

La reducción en el ingreso de dólares no sólo es por la menor liquidación de los granos sino por una caía en el entusiasmo de los fondos de inversión internacionales con el país. Morgan Stanley decidió no cambiar la categoría de la Argentina de mercado fronterizo a emergente y despertó la desconfianza de los grandes jugadores de las finanzas globales. En los últimos meses, no obstante, ingresaron una gran cantidad de divisas al mercado interno para especular con la bicicleta financiera y adquirir compañías. Un informe de la consultora Pwc registró que el 57 por ciento de las compras y fusiones de empresas en el mercado interno quedaron en manos de capitales extranjeros en 2017. La cifra, que era menor al 35 por ciento en 2015, muestra la extranjerización de la economía y una mayor dependencia ante los intereses de inversores del exterior.

Las autoridad del Banco Central se mantienen firme en la idea de no intervenir en la plaza cambiaria para frenar la escalada del tipo de cambio y aseguran que, gracias a su esquema monetario, no habrá tensiones sobre los precios internos. El año pasado habían planteado el mismo argumento pero, tras la devaluación de diciembre de 2015, se anotó una inflación del 41 por ciento en 2016, la más elevada en 25 años. El mayor impacto de la suba del dólar, según economistas que dialogaron con este diario, se sentirá sobre los alimentos (ver nota aparte). Precisaron que la suba del dólar en el último año y medio se traslado casi en su totalidad a los precios de los principales productos de consumo masivo. Según el Indec, algunos de los alimentos con mayores subas en los últimos meses fueron el aceite (94 por ciento), la papa (58 por ciento) y la lecha (39 por ciento).

Fuente: Página 12