Sin remedio: los pueblos cordobeses no consiguen médicos
Se concentran cada vez más en las grandes ciudades. Más de 350 localidades tienen problemas para contar con estos profesionales.
07/07/2017 MUNICIPIOSSe concentran cada vez más en las grandes ciudades. Más de 350 localidades tienen problemas para contar con estos profesionales. La Provincia anuncia ahora becas para tentar a nuevos egresados de Medicina. Historias de localidades que buscan y no encuentran.
El diagnóstico no es nuevo y la patología resulta conocida: desde hace años, la radiografía muestra que, de los más de 20 mil médicos matriculados en la provincia de Córdoba, el 70 por ciento está concentrado en la Capital, donde vive el 40 por ciento de la población.
Del 30 por ciento restante, la inmensa mayoría se desempeña en unas 60 ciudades medianas y grandes del interior. Pero el mapa cordobés está integrado por 427 localidades, por lo que hay más de 350 pueblos con dificultades para contar con profesionales de la salud. El cuadro se agrava en las comunas más pequeñas: hay un centenar que no tiene ni siquiera un médico disponible en forma permanente.
El problema no es sólo cordobés: se repite parejo en todas las provincias.
Algunos pueblos ensayan ofertas económicas para tentarlos. Varios ofrecen vivienda y traslados, además de la remuneración, pero aun así no logran convencerlos.
Proponen becas
En este marco, el Ministerio de Salud de Córdoba confirmó que se abrió, hasta fines de este mes, una primera convocatoria de becas para promover una especialidad en medicina generalista familiar “con la condición de que estos médicos se radiquen y hagan su especialización en el interior”, según puntualizó el ministro Francisco Fortuna.
La Provincia invertiría unos 30 millones de pesos por año para costear las becas de esos médicos. La intención es cubrir un cupo de 250 profesionales desde este año, con la cobertura académica de las facultades de Medicina de las universidades nacionales de Córdoba y de Villa María, y la asistencia de los hospitales provinciales regionales.
“Pero no será fácil su reclutamiento”, advirtió de todos modos el ministro, admitiendo las dificultades. Fortuna pidió la participación de intendentes y jefes comunales para ayudar a convocar a los médicos recién recibidos a que hagan su práctica final obligatoria mediante esta modalidad.
“Les pagaremos una beca que es el 80 por ciento de una residencia médica. Y no rinden para ingresar: con la voluntad para hacerlo será suficiente”, acotó el ministro.
Las primeras prácticas comenzarán en agosto y habrá una nueva convocatoria en los próximos meses para una segunda tanda.
Pueblos sin
“El año pasado se jubiló el único médico que venía desde hacía 15 años y todavía estamos buscando reemplazantes. Ya pasaron tres, pero no les gusta venir al pueblo. Dicen que no les sirve como experiencia”, contó Leticia Allocco, intendenta de Silvio Pellico. Para llegar al pueblo hay que transitar desde Villa María 30 kilómetros de asfalto más otros 13 de ripio.
“El municipio les ponía un remise para que no tuvieran que usar su auto, pero igualmente no logramos retenerlos”, precisó Allocco.
Un día de guardia en una clínica de Villa María se paga alrededor de tres mil pesos, según citaron profesionales de esa ciudad. La intendenta de Silvio Pellico contó que a pueblos como el de ella les piden 4.500 pesos por día más viáticos para ir a atender a dispensarios públicos. “A todos los pueblos nos pasa lo mismo”, comentó Allocco.
La falta de interesados en Villa María y en Córdoba la llevó a buscar en un grupo de Facebook de médicos. La respuesta vino desde Rosario. “Estamos a punto de firmar un convenio con la Universidad Nacional de Rosario. Otros intendentes me pidieron ese contacto para llamarlos”, relató.
Tío Pujio está a sólo 18 kilómetros por autopista de Villa María. Cuenta con buen acceso y todo tipo de servicios, pero tampoco encuentra médicos. Nancy Schiavi, su intendenta, subrayó que lo económico es una traba. “Cuesta que quieran venir al pueblo. Acá ofrecemos muchas horas de atención, pero no conseguimos cubrirlas”, describió.
Los fines de semana o feriados es más complicado aún poder garantizar una guardia en los municipios chicos que cuentan con un dispensario.
Para los que no tienen ni un centro de salud comunal, las chances de contar con un médico ya son casi nulas.
Ante la escasa oferta, sube la competencia. Un intendente de un pueblo del centro provincial contó que había contratado a una pareja de profesionales a la que pagaba 30 mil pesos por 10 días de atención, pero que otro municipio les duplicó la oferta y decidieron cambiar de destino.
Una larga lista
Impira, en el departamento Río Segundo y a 65 kilómetros de la Capital, cuenta con 200 habitantes. Un solo médico atiende dos días a la semana en su centro de salud. El jefe comunal, Ulises Viale, señaló que quisiera ofrecer una prestación mayor a sus vecinos, pero “los números no lo permiten”, dice. Quienes viven en Impira deben viajar con frecuencia a otras ciudades o a la Capital para hacerse atender. Para las urgencias, la salita cuenta con una enfermera, quien vive en el pueblo.
Otro caso, entre cientos posibles, es San Clemente, cerca de Alta Gracia. Hace unos años, contaba con un médico permanente, pero ya no. Carolina Cuello, de la comisión comunal, explicó: “Hay tres que llegan de forma rotativa durante la semana; uno es ginecólogo, otro endocrinólogo y el tercero es generalista”. Permanentemente sólo hay una enfermera. “Y es también muy difícil encontrar enfermeras matriculadas”, completó Cuello.
La especialización aparece como una cuestión clave. Hay pocos médicos generalistas y los especialistas no se imaginan siendo únicos en comunidades donde la atención debe ser multidisciplinaria y en las que serían menos útiles en soledad.
Al menos un reconocimiento
El Círculo Médico de Córdoba busca destacar ejemplos.
Ángel Minguez, presidente del Círculo Médico de Córdoba, admitió que la carencia de profesionales en pueblos chicos es una realidad que se agudiza y la atribuyó a varias razones. Citó los menores ingresos económicos que la situación representa en general para los médicos, las mayores dificultades para su actualización profesional y un acceso más reducido a servicios para sus familias. El Círculo –anticipó– analiza crear este año un reconocimiento a médicos destacados que trabajan en pueblos pequeños.