Cada vez más familias chilenas viven en villas miserias
Las villas miserias, campamentos o favelas aumentaron en Chile en el lapso del último año, pasando de 660 a 702 asentamientos informales, según la actualización del catastro de la Fundación Techo.
12/07/2017 EL MUNDOLas villas miserias, campamentos o favelas aumentaron en Chile en el lapso del último año, pasando de 660 a 702 asentamientos informales, según la actualización del catastro de la Fundación Techo.
Son un total de 40.541 familias y, de acuerdo a la investigación, por cada dos familias que salen de un campamento entran otras tres a vivir en condiciones de marginalidad, en muchos casos sin agua y conexiones eléctricas truchas. De hecho, entre 2016 y 2017 se cerraron 45 campamentos, pero se abrieron 87 más.
Hace 10 años, había 533 de estos campamentos de pobreza con un total de 28.578 familias. En 2011 la cifra subió a 657; en 2013, a 705; y el año pasado se observó una baja a 660 asentamientos pero con 38.770 familias. Las regiones con más asentamientos informales son el puerto de Valparaíso (159); Bío Bío (130); Metropolitana (81); Atacama (62) y Antofagasta (60). Por número de familias, la lista la encabeza Valparaíso (10.072); Bío Bío (7.484) y Antofagasta (6.771).
Consultad por ANSA acerca de este incremento, el director social de la Fundación TECHO-Chile, Gonzalo Rodríguez, explicó que al fenómeno de entrada mayor que salidas de las villas miserias «le llamamos «campamentación».
Es el tema en el que están focalizados ahora, es decir, saber las razones por las cuales las familias toman la decisión de vivir en campamentos. Mencionó un estudio de la Universidad Católica del Norte sobre Antofagasta, «región en la cual han aumentado en más de 400% los campamentos los últimos 6 años». Detalló que en esa zona (a 1.340 kilómetros al norte de Santiago), «el sueldo promedio del primer quintil más pobre son 209.000 pesos (316 dólares), y un arriendo mínimo en Antofagasta cuesta en promedio 197.000 pesos» (298 dólares). «Hoy en Chile -abundó- no existe una ley que regule el suelo, generándose una desregulación inmobiliaria que provoca una especulación de los precios» derivada de la escasez del suelo y, como consecuencia, se restringe la tierra sólo para algunos, quedando las familias más pobres sin acceso a ello». Además, expuso, sumado al tema de los salarios, «tenemos un escenario completamente desfavorable para acceder a una vivienda digna y adecuada: los sueldos no alcanzan para costear los arriendos, y menos para el dividendo de una vivienda definitiva».
En su opinión, es «urgente» la instalación de una mesa intersectorial que se proponga terminar con los campamentos, poniendo los derechos de las familias en el centro de la discusión.
Consultado también por la masiva llegada de migrantes a Chile en los últimos años, Rodríguez sostuvo que en Antofagasta (1.340 kilómetros al norte de Santiago) se da mucho que vivan en campamentos «porque no tienen alternativa y muchas veces ni siquiera cuentan con papeles regulares». La gran mayoría proviene de una situación de vulnerabilidad, no les alcanza para un arriendo, «pero no hay una vinculación directa entre aumento de la migración y los campamentos». «Desde 2011, hay un aumento sostenido de las villas miserias» (48%) e insistió en la falta de una ley que regule el valor del suelo, pues «año a año, los pobres van quedando más desplazados, condenándoseles a vivir en condiciones indignas».