Hilda, la «mamá» que le da de comer a 250 niños en San Rafael

Comenzó hace un par de años con un merendero en su humilde vivienda y lleva adelante tres comedores. Necesita más ayuda

Comenzó hace un par de años con un merendero en su humilde vivienda y lleva adelante tres comedores. Necesita más ayuda

«La solidaridad no es dar lo que me sobra, es dar lo que me hace falta», versa una conocida frase.

Hilda Rodríguez, tal vez sin pensarlo pero sintiéndolo profundamente lo puso en práctica. En julio de 2015 empezó de su bolsillo y con la ayuda de unas vecinas un pequeño merendero en su humilde hogar de callejón Libertador de El Molino, en San Rafael, y hoy lleva adelante tres comedores que alimentan a más de 250 niños de 2 a 14 años de ese barrio y alrededores.

«Caritas Felices», el merendero que dio origen a todo este trabajo solidario, ahora es uno de los tres comedores y donde asisten más de 100 chicos.

Pero esto no es nuevo para Hilda, ya que antes de volver a su San Rafael natal vivió gran parte de su vida en Buenos Aires donde participó de un proyecto solidario similar.

«Como se enteraron que era cocinera, me buscaron para cocinar y me hicieron un merendero entre la villa 1-11-14 y el barrio Illia, que también es peligroso. Ahí estuve 15 años dando la merienda y la cena, teníamos 350 a 400 niños, muchos con problemas de droga», contó en un informe de Canal 6 de San Rafael.

Su vida no fue fácil. Su mamá murió cuando tenía 10 años, se crió con la abuela en El Tropezón y a los 16 años partió a Buenos Aires con una tía, se casó, tuvo a sus hijas y enviudó.

Ese comedor cerró, se volvió a San Rafael donde tiene a su familia y se instaló en El Molino. «No podía estar sin hacer nada, tengo la costumbre de estar activa, entonces puse un merendero, la primera semana vinieron 25 niños, la segunda 40, a los seis meses ya habían 60 a 70 chicos, fue creciendo y se nos ocurrió darle comida dos o tres veces por semana», contó orgullosa de su trabajo.

Empezó a solicitar donaciones a través de los medios de comunicación locales y «hasta hoy le agradezco muchísimo a la gente de San Rafael, porque desde que abrí me sigue donando la misma gente. Y cuando no les pido me llaman por teléfono y me preguntan ¿por qué no me pedís?. Pero llega un momento como ahora que estamos en una situación crítica,nos faltan muchas cosas, principalmente harina, cacao para el chocolate de los niños, azúcar que no tenemos, aceite para cocinar y verduras».

Comentó que «en este comedor comen todos los días, yo les hago albóndigas, hamburguesas, pizzas que les encanta, también les gusta el guiso de arroz con bastante pollo».

A ello se suma el merendero móvil, que está en el medio del barrio y a las 5 de la tarde entrega botellas con chocolate y bolsitas de raspaditas que dona una panadería.

«A los chicos los quiero muchísimo, son mi vida, es grande el amor que tengo por ellos y no me gustaría que les falte nada», expresó Hilda entre lágrimas.

Explicó que «acá hay muchas mamás que están separadas y están con todos los niñitos, no pueden dejarlos solos para ir a trabajar. ¿Y a dónde va a encontrar trabajo una mamá con tres o cuatro hijos?. Y el otro problema es que hay papás privados de la libertad o que están sin trabajo».

Actualmente los comedores necesitan nuevos donantes, por lo que los interesados en colaborar pueden comunicarse al teléfono 011-66838219, o acercarse a callejón Libertador, sexta casa. Se entra por el primer callejón que está a la derecha después de cruzar el canal Marginal.

Hilda agradeció «muchísimo a la gente, porque estos dos años los llevé adelante por los donantes. Estoy comprometida con esto hasta el último día de mi vida».

Fuente: UNO Mendoza