Acequias a la vista, por los árboles y fisonomía de Mendoza

Las obras de remodelación de calles como Arístides Villanueva “tapan” estos emblemas mendocinos, que quieren poner en valor reconocidos patrimonialistas.

Las obras de remodelación de calles como Arístides Villanueva “tapan” estos emblemas mendocinos, que quieren poner en valor reconocidos patrimonialistas. El Consejo del Arbolado Público recomienda trabajos que permitan cauces permeables para el riego de las plantas.

Si hay algo que distingue a la ciudad de Mendoza de las del resto del país son sus acequias, bebederos artificiales creados por el hombre para saciar la sed de los árboles. Es un rasgo por el que alguna vez la capital postuló para ser patrimonio de la humanidad.

Actualmente, quien ha cruzado por el microcentro, lo habrá visto, se están llevando adelante importantes obras de remodelación de las principales arterias. Esto incluye trabajos sobre acequias, algunos tramos por cuadra, lo que ha puesto en alerta a patrimonialistas y habitantes que consideran que se pone en riesgo la identidad que caracteriza a Mendoza.

Desde la Municipalidad capitalina dijeron que se analizaron cuando se armó el proyecto de renovación y que también se puso en relevancia el hecho de que en un porcentaje altísimo siguen a cielo abierto.

El intendente Rodolfo Suárez aclaró que para remodelarlas el municipio se ajustó al código de edificación que establece qué acequias deben taparse y cuáles no: “En la plaza San Martín,  por ejemplo, la ordenanza dice cuáles deben permanecer tapadas y nos hemos adecuado a esa normativa”.

Mario Isgró arquitecto y secretario de Planificación, Infraestructura y Ambiente de la comuna aclaró que se ha trabajado en colocar puentes al final de las sendas peatonales (donde no había), para que esta finalice como corresponde. “Tiene que haber un puente peatonal, no pueden quedar al descubierto”, dijo el funcionario.

Además, agregó que la Ciudad tiene el compromiso de preservar las acequias a cielo abierto salvo que se necesite ampliar el tránsito peatonal. “Lo importante es que las acequias siguen existiendo como tales aunque no tengan presencia visual”, aclaró Isgró.

En el caso de la calle Arístides, donde ya puede apreciarse esta situación, dijo que los canales se revistieron en piedra bola en superficie y se colocó un sumidero frente al árbol, además del nicho, para que la planta pueda beber. “Es sobre todo para el forestal joven, porque el pequeño rectángulo descubierto contribuye a su riego”, dijo el funcionario de la Municipalidad.

Un error

Para el especialista Jorge Ricardo Ponte, arquitecto y autor del libro “De los caciques del agua a la Mendoza de las acequias. Cinco siglos de historia de acequias, zanjones y molino”, es un error de la Municipalidad cubrir las acequias.

“Es innecesario. Hay un término italiano que es repristinare, que indica volver algo a su condición prístina. En este caso, el de las acequias, era una buena oportunidad para volver a hacerlas como eran originalmente. Me parece que ha sido un error”, señaló Ponte.

Luego, citó el caso de Venecia para explicar que muchos de los problemas que tiene esa ciudad italiana vienen del mantenimiento de sus canales, ya que se invierte mucho dinero en mantenerlos despojados de sedimento que trae el río naturalmente.

“Lo natural es que desapareciera la ciudad como la conocemos. Y en el caso de Mendoza resulta obvio que las acequias provocan molestias, pero atentan contra la identidad que nos hace diferentes”, dijo el arquitecto.

Ponte añadió que el gran valor de la provincia son las acequias paralelas a las calzadas, porque es aquí donde se generó el modelo (leader case) del formato que se ve en las calles. “Es por eso que sobrevivieron al siglo XIX respecto de otras ciudades del mundo, como México, que tenían acequias y hoy ya nadie lo recuerda. Si perdemos el testimonio, perdemos la memoria”, expuso el especialista.

Concluyendo, dijo que lo que tiene que hacer el gobierno municipal es reconocer que es un error y abrirlas, porque de lo contrario, la gran obra que ha hecho la ciudad se desluce. “Me da pena porque se ha hecho un gran esfuerzo y esto lo arruina. Seguramente el intendente no estuvo a cargo de la decisión técnica. Esto es culpa de quienes hicieron el diseño”, terminó Ponte.

Cuidados

Dardo Roberto Mur, ingeniero Agrónomo y miembro de la Asamblea por el árbol, dijo que el primer consejo a la obra fue que cada espécimen tuviera un hueco en la base y entre árbol y árbol para que no sufrieran las modificaciones.

“Desde el Consejo de Defensa (del Arbolado) estamos revisando y controlando que esto se esté haciendo efectivamente. Debe haber un cribado al pie y espacios sin cemento entre ellos”, remarcó Mur añadiendo que en algunos casos se pidió la ampliación de los nichos. Respecto de la higiene que algunos señalan aportará la cobertura de las acequias, Mur dijo que eso depende en realidad del cuidado de las personas. “La higiene depende de que las personas no tiren basura”, apuntó.

Para terminar, dijo que todo esta obra afecta desde lo patrimonial, porque se ha ido perdiendo, lamentablemente, la verdadera acequia. “Es cierto que utilizan piedra bola en las acequias, como las de antes, pero con cemento no es lo mismo que de tierra”, finalizó Mur.

Fuente: Los Andes