“Remate de la ciencia”

Las organizaciones de científicos se reunieron con funcionarios de Ciencia, pero rechazaron la propuesta de que los excluidos del Conicet ingresen en universidades cobrando menos y sin estabilidad laboral.

Las organizaciones de científicos se reunieron con funcionarios de Ciencia, pero rechazaron la propuesta de que los excluidos del Conicet ingresen en universidades cobrando menos y sin estabilidad laboral.

La situación de los 500 investigadores excluidos del Conicet por el recorte presupuestario sigue sin resolverse. Ayer por la mañana los científicos cortaron la calle Godoy Cruz, frente al Ministerio de Ciencia y Tecnología, para reclamar una solución. Allí realizaron una performance que escenificó “el remate de la ciencia”, mientras los representantes de las organizaciones de científicos entraban para mantener con funcionarios la cuarta reunión de la comisión mixta creada en diciembre del año pasado para buscar una salida al conflicto. Desde la cartera encabezada por Lino Barañao insistieron en flexibilizar las condiciones de trabajo de los investigadores que no pudieron entrar en la carrera del Conicet, enviándolos a universidades, donde cobrarían menos y no gozarían de estabilidad laboral. Las organizaciones volvieron a rechazar la propuesta.

“Es un acuerdo insuficiente que no tiene que ver con el acta-acuerdo que se firmó en diciembre. No ofrecieron ninguna respuesta, lo único claro es su vocación de seguir avanzando en el ajuste”, dijo a PáginaI12 Mercedes García Carrillo, de JCP, quien fue parte de la reunión.

La última reunión de comisión mixta se había realizado el 8 de agosto, luego de que las organizaciones entraran al hall del ministerio y expresaran que no se irían si Barañao no los recibía. Luego se desplegó un operativo policial por unos minutos, aunque no pasó a mayores. Los científicos esperaban que ayer el ministerio diera un paso en avanzar con algunas de sus exigencias. Sin embargo, nada de eso pasó.

El ministro Barañao; Alan Temiño, de la gerencia de Asuntos legales del Conicet; Lucas Luchilo, de la Secretaría de Articulación Científico Tecnológica; y Agustín Campero, secretario de Planeamiento y Políticas del ministerio, fueron quienes negociaron por la cartera científica. Mientras que la Red Federal de Afectados, Jóvenes Científicos Precarizados, ATE- Conicet, Científicos y Universitarios Autoconvocados, Becarios Empoderados, Ciencia y Técnica Argentina y la federación docente Conadu Histórica estuvieron en representación de los investigadores.

Guido Giorgi, quien participó de la reunión por la Red Federal de Afectados, dijo a este diario que fueron con propuestas para que los excluidos del Conicet ingresen en las universidades con mayor estabilidad laboral (el tema más sensible, dicen), que los científicos participen de la redacción del convenio entre los ministerio de Ciencia y de Educación (del que dependen las casas de estudios superiores), y por último, que el salario sea el mismo que percibirían si estuvieran en el Conicet. “No dieron margen de negociación”, afirmó Giorgi, quien señaló que la táctica de los funcionarios es forzar a que los investigadores negocien individualmente con cada universidad. “Quieren fraccionar la lucha –se quejó–, quebrar el colectivo. Pero no lo van a conseguir.”

El argumento de los funcionarios es que la autonomía universitaria nos les permite realizar ninguna concesión, porque no pueden pasar por arriba de ninguna institución. Los científicos creen que pueden hacer más, a través de un convenio marco de aceptación voluntaria por parte de las universidades, pero que no quieren.

El 12 de septiembre se volverán a ver las caras, en una nueva reunión de la comisión: es probable que los científicos vayan más enojados que ayer y tomen “medidas más contundentes”, según se comentaba ayer.

Antes de esa fecha, el Ministerio de Ciencia debería tener una reunión con la Secretaría de Políticas Universitarias para analizar las cuestiones que les trasladaron los científicos. Los afectados recalcan que no tienen nada contra las universidades (muchos dan clases en ellas y manifiestan estar a gusto), pero que pasando a otra institución perderían todos los beneficios del Conicet (los que les corresponden, plantean, por haber aprobado todas las instancias de evaluación).

Para Nuria Giniger, de CyUA, la reunión clarificó una vez más que el objetivo de Cambiemos es “achicar el sistema científico”. “Quieren trasladar el conflicto –dijo– desde el Ministerio de Ciencia a las universidades e intentan dilatarlo todo el tiempo.”

Fuente: Página 12